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sábado, 29 de julio de 2017

HACIENDO EQUILIBRIOS

Las primarias han llegado para quedarse. Los militantes del PSPV deciden su secretario el domingo 16. La elección de Pedro Sánchez como Secretario General del PSOE ha marcado la campaña valenciana. Escribo estas líneas antes de que las urnas digan la suya. No es la primera vez que los socialistas valencianos eligen a su dirección por este sistema. Es fácil dudar cuando los efectos no son los esperados. ¿Qué consideran los socialistas una buena respuesta? La que mejora sus resultados electorales. En 2015 no fueron buenos para el PSPV. ¿Las primarias son la solución?, posiblemente no. Ni solucionan todo ni hacen milagros. Implican más a la militancia, eso sí. La movilizan en tiempos de conformismo y apatía. Y dan una oportunidad al debate político, tan anhelado por las bases. Aquí la sangre no ha corrido como en Ferraz aquel 1 de octubre de 2016 en que volaron más dagas que en una película de Fu Manchú. Desde hace dos años, y a pesar de obtener el PSPV sus peores resultados en unas municipales y autonómicas, Ximo Puig puede presumir de ser el President de la Generalitat. Un mérito que debe en gran parte a Compromís y Podem que supieron estar a la altura de las circunstancias. Se equivocaría el PSPV si patrimonializa l’Acord del Botànic que puso fin a dos décadas de hegemonía del PP. Tal vez, llevado por un cierto triunfalismo, Ximo Puig se ha visto con frecuencia tentado a confundir su cargo institucional con los intereses de su partido, como denuncia su contrincante en primarias, Rafa García, actual alcalde de Burjassot. La sobreactuación no es recomendable y menos cuando se gobierna en coalición. Aunque gane las primarias, ese es el talón de Aquiles de Puig: dar su apoyo incondicional a una presidenta de Andalucía poco sensible con los intereses valencianos y no contar con la opinión de la militancia del PSPV en temas importantes. Construir un partido desde el poder es una opción. Históricamente demasiadas veces empleada por los socialistas. Es un buen método para fomentar el clientelismo y la corrupción. Consolidar un partido al margen del poder que detente es más difícil, pero suele dar resultados más estables. Un dilema que afecta a todos. El trasfondo de las primarias del PSPV es la hegemonía en la izquierda y el valencianismo, un espacio de apenas 60 mil votos -los que separan al PSPV de Compromís- y mínima distancia si se tiene en cuenta la volatilidad del electorado. 

EN COMÚ
                  Martes 11 de julio, Jordi Peris, portavoz de València en Comú, uno de los tres pilares del gobierno municipal, dimite como concejal. ¿Peris era el eslabón más débil de VeC? Tal vez. Un poco de historia. Martes 23 de septiembre de 2014, una multitudinaria asamblea en el teatro Micalet decide, no sin dificultades, converger electoralmente. Así nació Guanyem València, un movimiento asambleario tras la estela del 15M. Un neonato Podemos competía con Esquerra Unida por el espacio abierto por los indignados en 2011. Los anticapitalistas eran bisagra. Este movimiento asambleario atravesó numerosas zozobras y cambios de nombre. Como resultado de unas primarias salió una candidatura encabezada por personas próximas al 15M y a Podemos. Las urnas dieron tres concejales a VeC, ninguno de EUPV que tampoco lo logró en su candidatura oficial, quedándose por primera vez fuera del Consistorio. Compromís, PSPV y VeC no tardaron en llegar a un acuerdo para acabar con 24 años de hegemonía del PP y formar un gobierno tripartito encabezado por Joan Ribó.
                  A las tensiones usuales en las nuevas formaciones políticas, como es el caso de VeC, se suma la reclamación de EUPV de su parte en la coalición. Entraron en el grupo por la cuota de asesores. Con la salida de Peris, Neus Fàbregas –de EUPV y ex asesora de VeC- accede al govern de “la Nau” . ¿Terminarán los injustificados ataques de EUPV a Ribó? Ya se verá. Y, ¿qué hará Podemos?

PROTECCIÓN
                  La gestión de la pluralidad no es fácil. Y menos en vísperas electorales. Pasado el ecuador de la legislatura, la diferentes fuerzas que conforman el Consell de la Generalitat y el Consistorio tendrán que redoblar los esfuerzos para que sus diferencias no pongan en cuestión los gobiernos del cambio. Las primarias del PSPV son una prueba. También la reorganización de los grupos. Conselleres, concejales, diputados y asesores de ambos sexos, marcan territorio a veces sin tener en cuenta dónde dejan caer la meada. La prudencia no es mala consejera. Hace unos días, el derribo del llamado “casinet” del Cabanyal encendió algunas alarmas. El edificio no estaba protegido. Excusatio non petita, accusatio manifesta. Ahora que se puede, habrá que proteger la democracia.
URBANO GARCIA

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