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jueves, 13 de enero de 2022

LOS PURINES DEL PP

 

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, hizo unas declaraciones, publicadas el 26 de diciembre en The Guardian, en defensa de la ganadería sostenible, tradicional, familiar, de pequeñas y medianas granjas, extensiva, frente a las macrogranjas, de producción intensiva. Una semana después, las derechas -y algún socialista de pacotilla- se lanzaron al degüello acusando al miembro del gobierno de coalición y líder de Izquierda Unida de traidor a la patria. ¡Ay, señor! Líbranos de los defensores de la patria. De quienes dicen defenderla y acusan de antipatriotas a los que no opinan como ellos.

Pues sí, resulta que tiene razón el ministro, las macrogranjas son bombas nucleares biológicas, arrasan las tierras en las que se instalan, acaban con los recursos naturales, contaminan mucho, producen más cantidad de menor calidad y venden más barato, arruinan la ganadería tradicional. Todo eso son las macrogranjas. ¿Es el modelo que defiende el PP? Si es así, dígalo claro señor Casado, señor Mazón, señora Catalá. Díganselo a esos ganaderos que protestan contra la instalación de macrogranjas en su pueblo, en su autonomía, porque acaban con las granjas familiares. Digan que están contra la Agenda 2030.

Las macrogranjas son grandes empresas de producción de carne animal de forma industrializada, automatizada, con muchos animales y poca mano de obra. Cotizan en Bolsa y en sus Consejos de administración se sientan desde fondos capital riesgo a entidades financieras. Es la ganadería del nuevo capitalismo financiero, cuyos productos inundan el mercado low cost y los frigoríficos de las economías menos pudientes que compran chopped en lugar de chuletón de Ávila, por ejemplo. 

EL MARCO

                También en el consumo cárnico hay diferencias sociales. Ocultar esa realidad es el gran éxito de la batalla cultural emprendida por las derechas. Tiene mérito hacer creer a quienes comen chopped que comen solomillo de cerdo de pata negra criado con bellota de la dehesa extremeña. Hay que tener cara dura para vender esa moto gripada. No hay nada como unas elecciones en el horizonte para sacar la máquina de fake news a ver si alguna cuela. ¡Y vamos si han colado! Las elecciones en Castilla-León bien valen una misa en la catedral de Burgos, piensan los hacedores de encuestas. Al PP no le salen los números, pero da igual. Lo importante es cambiar de socio a mitad de la carrera -neofranquistas por postliberales-, y abrir un ciclo electoral que barruntan favorable. Ya veremos en qué queda tanto purín en medio de la pandemia. Por lo pronto, el supuesto ataque a nuestra ganadería ha movilizado a algunos ganaderos que como actores de una charlotada se creen maestros de lidia por actuar en una plaza de toros.

                Desde que el lingüista Lakoff puso de moda eso de los marcos, es lo primero que buscamos. ¿En qué marco colocamos los ataques a Garzón? Yo los situaría en el mismo saco que “el virus SARS-Cov-2 no existe”, “la vacuna no sirve para nada” o “nadie ha llegado a la Luna”. Allí colocaría las palabras que dicen que dijo el ministro y que nunca salieron de su boca. Claro que nos hacen dudar cuando todos dicen que dijo lo que nunca fue dicho. En eso andan algunos medios de comunicación, haciendo de altavoz de falacias y mentiras, en lugar de contribuir a la inteligencia del lector, desmontándolas. Así nos va.   

El periodista Antonio Maestre ha indagado para saber quién está detrás de las macrogranjas. Por lo pronto ha descubierto a una de las grandes fortunas de España, al heredero de Fuertes Fernández, fundador de embutidos El Pozo, que es titular de CEFUSA, empresa que cría 651 mil cochinos en algunas de las macrogranjas que hay en nuestro país. Por el olor de los purines se llega al cerdo.  

Cuatro autonomías prohíben o limitan la construcción de granjas de cría intensiva de ganado: Castilla-La Mancha, Aragón, Cataluña y Navarra. Por contra, Castilla-León ha aligerado la normativa para estas instalaciones. Tal vez sea la propuesta del PP a la Castilla vaciada: llenarla de macrogranjas. La Unión Europea está en contra de estas explotaciones ganaderas, y ha multado a España por no limitar la contaminación de los acuíferos que estas granjas producen. Y no olvidemos la agenda verde europea. 

EL RELATO

                Tan importante como el marco es construir un relato que parezca creíble, aunque no lo sea. No importa si hay que recortar la verdad para encajarla en una caja de cerillas. Eso hace el PP, llevar hasta el límite de su fantasía los casos de menores que han sufrido algún tipo de abuso -sexual, generalmente- en centros de acogida de autonomías no gobernadas por la derecha, mientras pone sordina a la red de prostitución de menores descubierta en los centros de acogida de Madrid. Huelen mejor los purines.

URBANO GARCÍA

urbanogarciaperez@gmail.com

Imagen: Macrogranja porcina.

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