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lunes, 5 de diciembre de 2011

REFUNDAR

Hay verbos muy sufridos. Igual valen para un roto que para un descosido. Refundar es uno de ellos. Tenía buena prensa hasta que Sarkozy lo devaluó con aquella atrevida proposición de que “había que refundar el capitalismo”. Aquello quedó como una boutade, por utilizar un galicismo suave. Ahora, en compañía de Merkel, Ángela para los amigos, dice que hay que “refundar Europa”, la Unión Europea se entiende. Algo habrá que hacer con la eurozona para que el euro no sea el gran fracaso europeo del siglo XXI. El recuerdo de fracasos anteriores no es nada bueno. Tan solo hay que mirar a los del siglo XX, de ellos salieron dos grandes guerras y un continente dos veces arrasado. Pero ahora las cosas se hacen con más cabeza. O eso dicen. La guerra ya no es solución, aunque las tácticas usadas ahora por esa simbiosis llamada Merkozy no son tan distintas. No hay más que ver el número de cadáveres arrojados a las cunetas del sistema, o las soluciones “técnicas” impuestas en detrimento de la democracia. A nadie parece importarle que los nuevos mandatarios de Italia, Mario Monti, y de Grecia, Papadimos, hayan salido de las ubres de Goldman Sachs. La misma financiera que ayudó a maquillar las cuentas griegas cuando el conservador Karamanlis se lo pidió para poder entrar en el entonces selecto club del euro. Al fin y al cabo, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, procede de esa misma escuela.

Y qué quiere esa derecha europea que gobierna una nave a la deriva. Pues ni más ni menos que más disciplina presupuestaria y más sanciones, más ayudas a los bancos y menos a los ciudadanos.



REINICIAR

Otro verbo bipolar. Con él hizo campaña en las generales EQUO, la formación con la que López de Uralde quiere cohesionar el espacio rojiverde, el de un ecosocialismo homologable al del resto de países europeos. Aquí, su convergencia con Compromís le ha dado representación en el Congreso de los Diputados. Una enjuta presencia para una tarea ingente. Y es que el cuestionamiento del modelo productivo parece varado con la excusa de la crisis, sin tener en cuenta que la crisis también lo es del propio modelo económico. El reinicio que defiende EQUO es el del sistema democrático. Un reinicio que pasa por más democracia, más transparencia y más participación. Nada que ver con el reinicio del ultraliberalismo que defiende el PP, al menos en sus prácticas. Mientras Mariano intenta convencer a los sindicatos de la trágala de reformar por enésima vez el mercado laboral, su camarada Cospedal, virreina del Toboso, aplica en su ínsula la privatización acelerada de la gestión de los hospitales públicos. Todo un programa de acción para reeditar el capitalismo decimonónico con nuevos brios.

En esta tierra antaño de oportunidades, lo que se quiere reiniciar es la burbuja inmobiliaria. Volver a la anhelada edad de oro de la especulación. Habría trabajo de paleta para todos y así Cospedal no necesitaría renunciar a ninguno de sus sueldos. Pero el patio no está para bollos y hay que hacer recortes.



RECORTAR

Pero una cosa es recortar el paro y otra recortar las prestaciones a los parados para que se esfuercen más en buscar trabajo. No es lo mismo. La política de la derecha, aquí del PP, pasa por culpabilizar de la crisis a los que menos tienen. Y hacerles pagar por ello. No es lo mismo rebajar el déficit recortando servicios públicos, que hacerlo incrementando los ingresos. Y no es lo mismo que esos ingresos procedan de impuestos indirectos (todos pagamos lo mismo), que aumentar la carga impositiva a las actividades financieras especulativas. No es lo mismo. El recorte del poco estado del bienestar que tenemos en nuestro país aumenta la brecha entre ricos y pobres. Erosiona la cohesión social e incrementa las tensiones. Las tijeras del PP amenazan con una poda injusta. De la ciudadanía depende el consentirlo.



NOTA: Hace unos días, la policía judicial a las órdenes del juez José Castro que instruye en Baleares el llamado caso/ ovillo Palma Arena, convirtió Valencia en epicentro de la investigación. Los dos anteriores directores de la Ciudad de las Artes y las Ciencias (CACSA), Jorge Vela y José Manuel Aguilar, están ya imputados, y la lista podría crecer. Hay que recordar que Urdangarín y su empresa Nóos hicieron suculentos negocios en tierras valencianas contando con el beneplácito y la opacidad de Camps y Rita, al frente del Consell y del Ayuntamiento de Valencia, respectivamente. Valencia capital de la corrupción.

URBANO GARCÍA

urbanogarciaperez@gmail.com