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jueves, 30 de septiembre de 2021

BRUJAS

“Quien no se mueve, no siente sus cadenas”

ROSA LUXEMBURGO (1871-1919)

 

                Ni la ciudad belga ni las de Zugarramurdi, aunque estas últimas son reivindicadas por un feminismo que destapa prejuicios y deconstruye relatos antropológicos, quitándoles la caspa patriarcal con la que se construyeron. Hablo del empoderamiento de ese segundo sexo que se atrevió a diseccionar Simone de Beauvoir en un lejano 1949, cuando todo estaba por hacer y no todo era posible en aquel momento. Las mujeres no tuvieron derecho a voto en Francia hasta 1944, por ejemplo.

Entrado el siglo XXI, hay descendientes del australopiteco que siguen subidos a la garrofera. Hace poco, uno de esos bípedos que se considera humano, lanzó un “¡bruja!”, como si fuera un escupitajo. Fue en el Congreso, lugar de culto al debate civilizado. En teoría, claro. El mastuerzo regurgitó “¡bruja!”, como preámbulo a quemarla en la hoguera de su odio. Dice el currículo de este pitecántropo que es juez en excedencia, en excrecencia habría que decir. Un colega suyo ha dictado un auto, por el cual no considera atentado a la intimidad colgar imágenes -en una web porno y captadas con cámara oculta- de un centenar de mujeres miccionando en un callejón lejos de miradas indiscretas. Eran las fiestas patronales, no había servicios públicos y los hombres meaban en el mismo rincón. ¡Vaya criterio de selección el de los jueces!

Posiblemente, cuando tengamos la suficiente perspectiva temporal para hacer balance, llegaremos a la conclusión de que el feminismo fue la revolución más profunda y duradera del siglo XX. Su labor igualitaria no ha terminado. En comparación, todas las demás revoluciones han sido efímeras y reversibles. ¡Qué el burka y los imbéciles no nos impidan ver la realidad!

 LIDERESAS

                Unas se despiden, otras llegan. Ángela Merkel cierra su era al frente de Alemania. Fue la primera mujer que presidió el gobierno alemán. Ha dejado huella, en Alemania y en Europa. No será la última. En los recientes comicios, Annalena Baerbock, lideresa de los Verdes, cosechó un nada despreciable 14,8% de los votos. Los Verdes están presentes en todas las posibles combinaciones para formar gobierno. Un valor en alza, y no sólo en la patria de Goethe. En Francia, Anne Hidalgo, la alcaldesa de París, anuncia su candidatura con una agenda verde y encabezando un PSF en horas bajas. Antes que ella, otra mujer y socialista, Ségolène Royal, intentó romper el techo de cristal de las urnas francesas. Entonces, no pudo ser.

                Donde posiblemente más se note el empoderamiento femenino sea en las jóvenes generaciones. Greta Thunberg es el modelo y Friday Future la organización con la que muchas se sienten identificadas. Aunque son una selecta minoría, están zarandeando el carcomido edificio patriarcal, que diría cualquier mente sensata. Frente al impulso civilizatorio, la sinrazón de la barbarie.

Toda acción causa una reacción, cuya intensidad depende del grado de estulticia del reaccionario. Ley física que me acabo de inventar. Los reaccionarios proliferan como setas, cultivados por el compost que circula por redes sociales y medios de comunicación que venden escatología buscando audiencia. Habrá que ponerles coto, o al menos cuota para que paguen por todo lo que rompen.

 SORORIDAD

                Dícese de la solidaridad entre mujeres. Podría ser compañerismo, camaradería, … la sororidad es algo más. Es una solidaridad especial, unos lazos que tienen que ver con el apoyo mutuo, con sentir como propio el sentir ajeno. Va más allá de la empatía. ¿Existe la sororidad política? Es posible.

                Hace unas semanas, en su visita a València, Yolanda Díaz, la eficaz vicepresidenta del Gobierno, se entrevistó con Mónica Oltra, otra eficaz vicepresidenta. Hay buena sintonía entre ambas. A nadie se le escapa que la izquierda del PSOE busca construir y dar lustre a un espacio político propio. En ese objetivo coinciden las dos vicepresidentas. Faltaría Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, para formar una troika casi perfecta. Los cimientos de futuros acuerdos hay que empezar a ponerlos ahora. No sea que a alguien no le salgan las cuentas y decida adelantar las elecciones. No sería la primera vez que ocurre. ¡Serán brujas!

NOTA: Mientras el PP debate en convenciones y congresos su presente y su futuro, Ayuso vende en EEUU herrumbrosas lanzas imperiales, y Catalá, escudera de Mazón en el cap i casal, acumula cargos para que nada se escape al control del alicantino. Está claro, ni todas son Mariana Pineda, ni todas son brujas.  

URBANO GARCÍA

urbanogarciaperez@gmail.com

Imagen: El congreso de las brujas. Pinturas negras de Goya.




 

martes, 21 de septiembre de 2021

15 EUROS

 

Ese es el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para 2021. Con esta subida se alcanzan los 965€/mes. El propósito de Gobierno y sindicatos es llegar a los 1000€/mes para 2025. Aún muy lejos de los 1.589,47€/mes de Francia, por poner un ejemplo próximo. A pesar de la reducida subida, la patronal española consideró que era inaceptable y, antes de empezar a negociar, se levantó de la mesa. “Subiendo el salario mínimo, se pierden empleos”, dijo Pérez Sala, presidente del Círculo de Empresarios, sin que se le cayera la cara de vergüenza. A fecha de 1 de septiembre, la inflación estaba en el 3%, por tanto, para los sindicatos la subida aprobada se queda muy corta. Lo saben Yolanda Díaz y Nadia Calviño, las dos vicepresidentas que son como las dos almas del gobierno de coalición, la socialdemócrata y la social-liberal. Este pulso parece que ha vuelto a ganarlo Yolanda, discreta pero eficaz negociadora.  

                Próximos a superar la crisis pandémica, el balance en la distribución de la riqueza no puede ser más negativo. En lugar de acortarse la brecha entre pobres y ricos, ésta se ha ahondado más. Lo sabe Agamenón y su porquero. La desigualdad crece, aquí y en el mundo, impulsada por unas leyes (¿del mercado?, ¿del capital?) que dan facilidades a los ricos para evadir impuestos, mientras que aprietan las tuercas a quienes viven de sus sueldos. Como todas las crisis se parecen, para ésta siguen siendo válidos muchos análisis y fórmulas que se mostraron acertados en otros tiempos. Ante situaciones parecidas, parecidas soluciones. La ecuación se cumple: una sociedad pobre no consume. Y sin consumo no hay progreso económico, ni industrial, ni nada. Hay injusticia y desigualdad, antesala de malestar y conflicto.

PROVOCACIÓN

                En ese caldo de cultivo anida el odio y la intolerancia, bien lo sabe esa extrema derecha parasitaria siempre atenta a las flaquezas humanas para hurgar en la herida, ficticia y exagerada. No hace mucho lo vimos en esa bravata montada en Madrid, donde saludando a la romana, con antorchas y banderas fascistas, quisieron sembrar la inquina en calles que respiran respeto. Dice la delegada del Gobierno que autorizó la marcha porque la solicitó un vecino para protestar por la Agenda 2030 (ambicioso programa de Naciones Unidas con el fin de alcanzar 17 objetivos de desarrollo sostenible para dentro de 9 años). El vecino era Alberto Ayala Cantalicio, un conocido fascista madrileño varias veces detenido por agresiones. Y el objetivo de la marcha fascista quedó claro: provocar. En esa incubadora anida la extrema derecha.

Ahora, aunque con escaño en las Cortes, esa extrema derecha monta ensayos de pogrom, imitando los que hacían de verdad las juventudes hitlerianas. Y las teles -públicas y privadas- haciéndole gratis la propaganda. Entre antorchas y banderas asomó una valenciana, la llevaba un fascista conocido por estos lares, José Luis Roberto, propietario de la Levantina de Seguridad. Tal vez fue a Madrid a prepararse para el 9 d’Octubre, fecha en la que el fascio local hace lo que mejor sabe: provocar y agredir a demócratas. Queda poco para la fiesta nacional, veremos qué hace nuestra delegada de Gobierno.

BAJO EL VOLCÁN

Escribo estas líneas con la imagen en la retina del volcán de La Palma escupiendo lava, y lenguas de fuego arrasando lentamente y con macabra precisión todo lo que encuentran a su paso. Rememoro la novela que Malcolm Lowry escribió en 1947, y John Huston llevó a la pantalla en 1984.

Me vienen a la cabeza otras situaciones volcánicas. El bloqueo del Consejo General del Poder Judicial, por ejemplo. Con casi tres años caducado. Con un presidente, Carlos Lesmes -cuya carrera debe al PP- negándose a dimitir, y un PP -cuyo control del poder judicial debe, en gran parte, a Lesmes- negándose a cumplir la Constitución. Por cierto, la nómina de Lesmes ronda los 140 mil € al año. Comparen con la subida del SMI, por ponerme un poco demagógico.

Hace unos días, Ignacio Escolar, desde eldiario.es, diseccionó la trayectoria profesional de Lesmes, y la de algunos de sus colegas del CGPJ, por ejemplo, la de Fernando de Rosa, bien conocido por València, y cuyas entradas y salidas del PP -como las de Lesmes- siempre le han reportado suculentos ascensos profesionales. ¿Quién habla de politizar la Justicia?

También pienso en la volcánica situación en la que Juan Carlos de Borbón ha dejado a la Corona, desprestigiada por un rey emérito que antes de serlo fue comisionista, y después defraudador. ¡Caramba! Y a los empresarios les parece que subir 15€ el SMI nos llevará a la ruina. ¡Válgame dios!  

URBANO GARCÍA

urbanogarciaperez@gmail.com

Imagen: Acuerdo ministerio y sindicatos (CCOO y UGT) para subir el SMI. La CEOE no firma el acuerdo. EFE

martes, 14 de septiembre de 2021

DE PIROCÚMULOS Y METÁFORAS

Los habíamos visto en otras latitudes. En California habían arrasado durante días enormes extensiones de terreno dejándonos la imagen de un paisaje antesala del infierno. En 2017, fue en Portugal. Hace unas semanas, en Grecia y Turquía. Incendios devastadores consumen con una voracidad nunca vista inmensas masas forestales. Los científicos ambientalistas nos lo llevan avisando desde hace tiempo. La crisis climática también es esto. Parece un guión de una de esas películas apocalípticas que tanto gustan en Hollywood. Aunque puestos a elegir apocalipsis, la industria cinematográfica tiene en el Afganistán de los talibanes nuevas/viejas fuentes de inspiración. Es amarga la verdad…

Les llaman incendios de sexta generación, en una enumeración pirómana de la que hasta hace pocos días no teníamos ni idea. Nuestro vocabulario se enriquece a golpe de tragedia ambiental. Hace un par de años, por estas fechas, añadimos a nuestro bagaje lingüístico la palabra DANA, siglas de Depresión Aislada en Niveles Altos. Lo de “gota fría” nos sonaba más esotérico y misterioso. Dicen los meteorólogos que el término DANA es más preciso y ajustado al fenómeno que tratamos de describir.

“Danas”, “pirocúmulos” y hasta “piro-cumulonimbos” han venido para quedarse. Cada vez serán más corrientes. Con la crisis climática, los fenómenos atmosféricos extremos tienden a producirse con mayor frecuencia. Grandes temporales alternarán con episodios de extrema sequía, la cual alimentará, más si cabe, los grandes incendios. Y no es que éstos formen parte del catálogo meteorológico, pero van íntimamente asociados. Hay que añadir el factor humano del que hablaba Graham Greene, que el novelista situaba en el ámbito de los espías y no en el de los pirómanos, en donde yo lo sitúo.       

                El incendio de Sierra Bermeja, en Málaga, cerca de Ronda y Marbella, ha destapado nuestra fragilidad. Una más en la larga lista de fragilidades puestas al descubierto en lo que llevamos de siglo XXI. ¿Estamos preparados para sofocar los incendios de sexta generación? Parece que no. Dicen los expertos que este tipo de incendios -como todos- hay que apagarlos antes de que se produzcan. Dicen los expertos que el abandono de los bosques forma parte del mismo paquete que la España vaciada. Se abandonan los pueblos y se deja de considerar el bosque como una fuente de riqueza o de supervivencia. Ya no hace falta leña para la lumbre, ni pastos para el ganado, ni madera para los muebles … Y sin gente, nadie vela por el patrimonio natural. La dinámica capitalista situó el foco en un tipo de desarrollo que se ha demostrado insostenible. ¿Aún no nos hemos dado cuenta? Habrá que corregir el rumbo, piensan muchos. Tengo la impresión de que se acelera la crisis climática. Habrá un punto sin retorno, no sabemos cuándo llegará. Sobran motivos para la angustia. ¡Vayan buscando un método eficaz de relajación!, nos hará falta.  

PIROCLÁSTICO

                Una palabra me lleva a la otra, como si fueran cerezas. La nube piroclástica fue lo peor. Llegó a Pompeya antes que la lava sepultara los cadáveres. Una nube de cenizas y fuego, densa como el tarquín y tóxica como el cianuro, inundó la ciudad imperial. El drama es conocido. Y vamos con la metáfora. Algunos partidos son como nubes piroclásticas, tóxicos y capaces de matar cualquier brote de democracia. Lo vemos estos días en el enésimo aplazamiento de la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Y ya van más de 1000 días y sus mil noches con el mandato caducado. El PP retuerce su argumentario más allá de lo humanamente soportable. Todo para no soltar la presa. Nos creen imbéciles. Piensan que no sabemos que secuestran la justicia para su propio interés. Para bloquearla por tierra, mar y aire. Para inclinar a su favor la balanza de la justicia. ¡Ay, la Justicia!, pobre ciega que piensa que las leyes no son del color del cristal con que las ve quien las aplica. Que los jueces elijan a los jueces. Está muy bien, pero, ¿quién elige a los jueces? ¿Realmente son imparciales?, ¿viven al margen de las condiciones materiales en las que viven? ¿No tienen amigos, socios o colegas? ¡A otros músicos con esas gaitas!

 ORRIOLS

                Aterrizo en este barrio de València del que sólo se habla cuando la violencia sale a la calle. El PP reduce todo a ley y orden, como si la crisis sanitaria, económica y moral pudiera ser embridada sólo con más policía. Eso pide la Catalá, olvidando decir que su partido -el PP- congeló la plantilla de funcionarios, y su alcaldesa durante 20 años -Rita- redujo el número de policías locales lo máximo que pudo. La amnesia del PP resulta insultante. Le gustaría ser como los pirocúmulos, caer del cielo y arrasarlo todo.

URBANO GARCÍA

urbanogarciaperez@gmail.com

Imagen: Pleno del CGPJ. DANI DUCH. 

 

miércoles, 8 de septiembre de 2021

DEL ROCE AL CARIÑO

 

Uno lleva al otro. Eso dicen. Sabemos bien que no ocurre siempre. La proximidad -el roce-, si no es libre y voluntaria, puede convertirse en un calvario. No hay peor infierno que convivir a la fuerza con quien te maltrata, por ejemplo. Otra enseñanza de la pandemia. Ahí están los datos para confirmarlo.

El confinamiento obligado a causa de la COVID ha sido, para algunas parejas, el peor de los grilletes. No todas las cadenas son de metal. Ni todas las bridas, físicas. El franquismo hizo del machismo una forma de sumisión. No es el único. “La mujer, la pata quebrada y en casa”, refrán digno de talibanes, sin intención de banalizar la brutal teocracia de la secta afgana. A veces olvidamos de dónde venimos. La dictadura dejó un poso que ahí sigue. Y nosotras/os tenemos la suerte de habernos podido cepillar la casposa herencia franquista. Otras/os siguen arrastrando pesadas losas. La semana pasada, en las páginas de la Turia, hablaba de ello -del machismo talibán- la colega Anna Enguix. Poco más puedo añadir.

DIFERENCIAS

                También hay roce y cariño en política. Más si se gobierna en coalición. En mi opinión, siempre es mejor gobernar en compañía. Amplía la base de representación y favorece el debate dentro del gobierno. De monolitismos dogmáticos hemos tenido bastante, al menos yo. Es verdad que, a veces, une más la necesidad que el cariño. ¡Qué le vamos a hacer! En política, como en la vida, hay pegamentos para todo.

Las diferentes izquierdas, tras años de desencuentros, parece que por fin han dado con el adhesivo que más les une. Su programa para gobernar es su máximo común divisor. Lo mucho en lo que están de acuerdo. Fuera de eso, toca esforzarse para afinar la sintonía. Cuando hablamos de gobierno de coalición, hablamos de diferentes proyectos políticos, diferentes espacios electorales, diferentes historias y liderazgos… Los gobiernos de coalición garantizan el debate y la confrontación de ideas. De esa dialéctica surge el programa para gobernar. Otra cosa es que haya interesados en tergiversar el debate, amplificando el ruido, para que no oigamos las propuestas. Tendremos que acostumbrarnos. El tiempo de las mayorías absolutas parece acabado, también para las derechas, mal que les pese a los nostálgicos del franquismo.

Tanto el gobierno central como el valenciano son fruto de coaliciones de izquierdas y progresistas. Y dentro de ambos se visualizan últimamente algunas discrepancias. En el caso de la Moncloa, una de las más sangrantes es la tarifa eléctrica. Ni el PSOE ni, mucho menos, Unidas Podemos pueden permitirse el lujo de que las empresas eléctricas tengan, en medio de la pandemia, sus máximos beneficios económicos. ¡Es indecente! No sé si pedir empatía es lo más apropiado. El pasado agosto hicieron su agosto las empresas del oligopolio, triplicando el precio del KW/hora de hace un año. Ante ese panorama, es lógico que haya discrepancias y debate. Como los hay a la hora de fijar cuánto y cuándo subir el Salario Mínimo.

EURODEBATE

                También en las coaliciones que gobiernan Generalitat y Ayuntamiento hay debate interno. Son pocos temas -todo hay que decirlo- pero de calado. Al margen de la financiación autonómica, tal vez el más polémico sea la ampliación norte del puerto de València, un proyecto heredado de la etapa despilfarradora del PP, con Rita (RIP), Camps y Zaplana hipotecándonos presente y futuro de forma pluscuamperfecta. Las deudas que nos dejaron -no sólo económicas- nos lastrarán aún por mucho tiempo.

Miércoles 1 de septiembre, el Comité de Peticiones del Parlamento Europeo, a solicitud de un ciudadano, debatió sobre la conveniencia de que la UE pida una nueva Declaración de Impacto Ambiental (DIA), para seguir financiando la ampliación, dados los cambios del proyecto y el tiempo transcurrido desde la anterior. En 2006 no teníamos la percepción actual. Para algunos, la crisis climática y la sanitaria no eran urgentes emergencias a las que atender. Tres lustros después, vemos las cosas de otra manera. Las crisis que atraviesa el capitalismo -no me atrevo a decir que terminales-, nos plantean importantes retos. Uno de ellos es saber cómo luchamos mejor contra la crisis climática. La Consellera, Mireia Mollà, defendió una nueva DIA, también Urtasun, Pineda (UP) y Auken (Verdes). Rodríguez Piñero (PSOE), coincidió con el PP, y con Aurelio Martínez, presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Sagunt y Gandía: todo está perfecto y no hace falta ninguna otra evaluación ambiental. La presidenta de la sesión, Dolors Montserrat (PP), zanjó el debate tras ver que PP y PSOE estaban de acuerdo con la Autoridad Portuaria en seguir adelante con un proyecto caro, insostenible, contaminante, que apenas creará empleo y que pondrá en peligro nuestro ecosistema, incluida la Albufera. ¿Roce o cariño? ¿Qué dicen los socialistas valencianos?

URBANO GARCÍA

urbanogarciaperez@gmail.com

Imagen: Vista aérea del Puerto de València/ eldiario.es


viernes, 3 de septiembre de 2021

COLAPSO

Tan importante es el comienzo como el final del relato. Tanto hay que cuidar la primera frase como la última. Sirve para un libro, un artículo o una guerra. Aunque ninguna guerra empieza ni termina bien. Todas son igual de nefastas. Las guerras de Estados Unidos no son una excepción, no sabe empezarlas ni acabarlas. Lleva tiempo demostrándolo. El final de la guerra en Afganistán no ha podido ser más caótico. “No vinimos a hacer de Afganistán una democracia”, dijo Biden. Eso ya lo sabíamos. Entonces, si no fueron o fuimos a tierra afgana movidos por una causa humanitaria, ni democrática, ¿a qué diablos fuimos? ¿Qué llevó a EEUU a agitar más el avispero de Oriente Medio? Sus sucesivos presidentes han sido claros: para que no hubiera atentados en EEUU. De hecho, no volvió a haber un 11-S en USA. Hubo en otros sitios. No con la magnitud de 2001, pero casi igual de traumáticos. ¿Hemos olvidado el 11-M de 2004? Deberíamos recordarlo para no olvidar de qué calaña son quienes hicieron de la mentira su final de campaña. Era víspera de elecciones y el PP quería que votáramos sumidos en la confusión. ¡Malditos bastardos!

KABUL 2021/ALICANTE 1939

                Hubo antes otros aeropuertos de Kabul. Viendo las imágenes de cientos de afganos queriendo salir de un país que se precipita en su pasado, debería sernos más fácil ponernos en la piel de miles de personas forzadas a exiliarse, obligadas a dejar su casa. Hablo del final de la guerra de España, por ejemplo. No hay guerras ni exilios buenos. Drama para los que logran irse, más drama para quienes no lo consiguen. Unos y otros, infinita angustia ante un futuro cegado. Con unos y con otros, nuestra máxima empatía.

En los últimos 4 días de marzo de 1939, el puerto de Alicante fue uno de los escenarios de la tragedia. El 28 zarpó el Stanbrook con 2.638 personas a bordo. A partir de ese momento, nada. Dolor sin gloria, angustia y, más que miedo, terror. El relato del periodista Eduardo de Guzmán, una de las miles de personas -algunos cronistas hablan de hasta 40.000- que esperaron hacinadas en el muelle alicantino a ser detenidas por los franquistas, es espeluznante y da la medida de aquella tragedia. Solos y abandonados por una comunidad internacional que no hizo nada. O peor, que encerró a los refugiados españoles en campos de concentración. Los de exterminio llegaron después de la mano de los nazis. Ese dolor y ese drama forma parte de nuestra memoria democrática, de un pasado que no deberíamos olvidar.

                La comunidad internacional no es la misma ahora que en los años 30. Aunque, cuando se trata de solidaridad con población migrante -todos los que migran huyen de algo: del hambre o de la guerra-, sigue dejando mucho que desear. A todo colapso le sucede una crisis humanitaria. La hubo en 1939, y la habrá en 2021. “Llega el tiempo de la diplomacia”, dice el gobierno de EEUU. Veremos si es suficiente para ayudar a salir de Afganistán a todos los que quieren abandonar un país en manos de fanáticos talibanes. Y la Unión Europea, ¿qué dice? Por ahora, poco. Acoger acogerá, pero menos de lo que permiten sus posibilidades. La Unión no puede seguir confiando todo en unos EEUU que sólo velan por sus intereses. Estas son asignaturas pendientes que la Unión debe abordar con urgencia. Pero ahora, algunos países de la Unión entran en ciclo electoral, con la parálisis y el incremento de la demagogia que eso conlleva. Y con una extrema derecha siempre dispuesta a sacar rédito político de los peores instintos humanos.   

 MAR MUERTO/MAR MENOR

                Algunos ven tan próximos los términos que confunden el adjetivo. El mar de Aral es un mar menor y se ha muerto en apenas medio siglo. El colapso de la laguna salada de la costa de Cartagena es un hecho denunciado desde hace años por las organizaciones ecologistas. Este verano volvieron a encenderse todas las alarmas al aparecer toneladas de peces muertos en sus orillas. A finales de los años 60’, en pleno desarrollismo franquista, sobre imágenes aéreas del Mar Menor, contaba el NO-DO: “La mano del hombre con su iniciativa y tesón ha hecho habitable esta superficie estéril y desaprovechada”. Medio siglo después, el colapso. En 1994, la Confederación Hidrográfica del Segura autorizó la explotación del acuífero salobre del Campo de Cartagena, los terrenos que rodean el Mar Menor. Hoy hay 42.000 hectáreas de cultivos con hasta 3 cosechas al año, más de 10.000 regantes, el 20% de la superficie cultivada tiene riego ilegal, se utilizan todo tipo de fertilizantes, no se depuran las aguas, … ante la pasividad, cuando no la tolerancia, del gobierno autonómico, competente en la materia. Resultado: la muerte del Mar Menor. El ecocidio de todo un ecosistema marino original y único. ¿Seremos capaces de parar y revertir este colapso?    

URBANO GARCÍA

urbanogarciaperez@gmail.com

Imagen: Peces muertos en el Mar Menor/ Marcial Guillén EFE.