www.carteleraturia.com

miércoles, 8 de septiembre de 2021

DEL ROCE AL CARIÑO

 

Uno lleva al otro. Eso dicen. Sabemos bien que no ocurre siempre. La proximidad -el roce-, si no es libre y voluntaria, puede convertirse en un calvario. No hay peor infierno que convivir a la fuerza con quien te maltrata, por ejemplo. Otra enseñanza de la pandemia. Ahí están los datos para confirmarlo.

El confinamiento obligado a causa de la COVID ha sido, para algunas parejas, el peor de los grilletes. No todas las cadenas son de metal. Ni todas las bridas, físicas. El franquismo hizo del machismo una forma de sumisión. No es el único. “La mujer, la pata quebrada y en casa”, refrán digno de talibanes, sin intención de banalizar la brutal teocracia de la secta afgana. A veces olvidamos de dónde venimos. La dictadura dejó un poso que ahí sigue. Y nosotras/os tenemos la suerte de habernos podido cepillar la casposa herencia franquista. Otras/os siguen arrastrando pesadas losas. La semana pasada, en las páginas de la Turia, hablaba de ello -del machismo talibán- la colega Anna Enguix. Poco más puedo añadir.

DIFERENCIAS

                También hay roce y cariño en política. Más si se gobierna en coalición. En mi opinión, siempre es mejor gobernar en compañía. Amplía la base de representación y favorece el debate dentro del gobierno. De monolitismos dogmáticos hemos tenido bastante, al menos yo. Es verdad que, a veces, une más la necesidad que el cariño. ¡Qué le vamos a hacer! En política, como en la vida, hay pegamentos para todo.

Las diferentes izquierdas, tras años de desencuentros, parece que por fin han dado con el adhesivo que más les une. Su programa para gobernar es su máximo común divisor. Lo mucho en lo que están de acuerdo. Fuera de eso, toca esforzarse para afinar la sintonía. Cuando hablamos de gobierno de coalición, hablamos de diferentes proyectos políticos, diferentes espacios electorales, diferentes historias y liderazgos… Los gobiernos de coalición garantizan el debate y la confrontación de ideas. De esa dialéctica surge el programa para gobernar. Otra cosa es que haya interesados en tergiversar el debate, amplificando el ruido, para que no oigamos las propuestas. Tendremos que acostumbrarnos. El tiempo de las mayorías absolutas parece acabado, también para las derechas, mal que les pese a los nostálgicos del franquismo.

Tanto el gobierno central como el valenciano son fruto de coaliciones de izquierdas y progresistas. Y dentro de ambos se visualizan últimamente algunas discrepancias. En el caso de la Moncloa, una de las más sangrantes es la tarifa eléctrica. Ni el PSOE ni, mucho menos, Unidas Podemos pueden permitirse el lujo de que las empresas eléctricas tengan, en medio de la pandemia, sus máximos beneficios económicos. ¡Es indecente! No sé si pedir empatía es lo más apropiado. El pasado agosto hicieron su agosto las empresas del oligopolio, triplicando el precio del KW/hora de hace un año. Ante ese panorama, es lógico que haya discrepancias y debate. Como los hay a la hora de fijar cuánto y cuándo subir el Salario Mínimo.

EURODEBATE

                También en las coaliciones que gobiernan Generalitat y Ayuntamiento hay debate interno. Son pocos temas -todo hay que decirlo- pero de calado. Al margen de la financiación autonómica, tal vez el más polémico sea la ampliación norte del puerto de València, un proyecto heredado de la etapa despilfarradora del PP, con Rita (RIP), Camps y Zaplana hipotecándonos presente y futuro de forma pluscuamperfecta. Las deudas que nos dejaron -no sólo económicas- nos lastrarán aún por mucho tiempo.

Miércoles 1 de septiembre, el Comité de Peticiones del Parlamento Europeo, a solicitud de un ciudadano, debatió sobre la conveniencia de que la UE pida una nueva Declaración de Impacto Ambiental (DIA), para seguir financiando la ampliación, dados los cambios del proyecto y el tiempo transcurrido desde la anterior. En 2006 no teníamos la percepción actual. Para algunos, la crisis climática y la sanitaria no eran urgentes emergencias a las que atender. Tres lustros después, vemos las cosas de otra manera. Las crisis que atraviesa el capitalismo -no me atrevo a decir que terminales-, nos plantean importantes retos. Uno de ellos es saber cómo luchamos mejor contra la crisis climática. La Consellera, Mireia Mollà, defendió una nueva DIA, también Urtasun, Pineda (UP) y Auken (Verdes). Rodríguez Piñero (PSOE), coincidió con el PP, y con Aurelio Martínez, presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Sagunt y Gandía: todo está perfecto y no hace falta ninguna otra evaluación ambiental. La presidenta de la sesión, Dolors Montserrat (PP), zanjó el debate tras ver que PP y PSOE estaban de acuerdo con la Autoridad Portuaria en seguir adelante con un proyecto caro, insostenible, contaminante, que apenas creará empleo y que pondrá en peligro nuestro ecosistema, incluida la Albufera. ¿Roce o cariño? ¿Qué dicen los socialistas valencianos?

URBANO GARCÍA

urbanogarciaperez@gmail.com

Imagen: Vista aérea del Puerto de València/ eldiario.es


1 comentario: