Ese es el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI)
para 2021. Con esta subida se alcanzan los 965€/mes. El propósito de Gobierno y
sindicatos es llegar a los 1000€/mes para 2025. Aún muy lejos de los 1.589,47€/mes
de Francia, por poner un ejemplo próximo. A pesar de la reducida subida, la
patronal española consideró que era inaceptable y, antes de empezar a negociar,
se levantó de la mesa. “Subiendo el salario mínimo, se pierden empleos”, dijo
Pérez Sala, presidente del Círculo de Empresarios, sin que se le cayera la
cara de vergüenza. A fecha de 1 de septiembre, la inflación estaba en el 3%,
por tanto, para los sindicatos la subida aprobada se queda muy corta. Lo saben
Yolanda Díaz y Nadia Calviño, las dos vicepresidentas que son como las dos
almas del gobierno de coalición, la socialdemócrata y la social-liberal. Este
pulso parece que ha vuelto a ganarlo Yolanda, discreta pero eficaz negociadora.
Próximos
a superar la crisis pandémica, el balance en la distribución de la riqueza no
puede ser más negativo. En lugar de acortarse la brecha entre pobres y ricos,
ésta se ha ahondado más. Lo sabe Agamenón y su porquero. La desigualdad crece,
aquí y en el mundo, impulsada por unas leyes (¿del mercado?, ¿del capital?) que
dan facilidades a los ricos para evadir impuestos, mientras que aprietan las
tuercas a quienes viven de sus sueldos. Como todas las crisis se parecen, para
ésta siguen siendo válidos muchos análisis y fórmulas que se mostraron
acertados en otros tiempos. Ante situaciones parecidas, parecidas soluciones.
La ecuación se cumple: una sociedad pobre no consume. Y sin consumo no hay
progreso económico, ni industrial, ni nada. Hay injusticia y desigualdad,
antesala de malestar y conflicto.
PROVOCACIÓN
En
ese caldo de cultivo anida el odio y la intolerancia, bien lo sabe esa extrema
derecha parasitaria siempre atenta a las flaquezas humanas para hurgar en la herida,
ficticia y exagerada. No hace mucho lo vimos en esa bravata montada en Madrid,
donde saludando a la romana, con antorchas y banderas fascistas, quisieron
sembrar la inquina en calles que respiran respeto. Dice la delegada del
Gobierno que autorizó la marcha porque la solicitó un vecino para protestar por
la Agenda 2030 (ambicioso programa de Naciones Unidas con el fin de alcanzar 17
objetivos de desarrollo sostenible para dentro de 9 años). El vecino era
Alberto Ayala Cantalicio, un conocido fascista madrileño varias veces detenido
por agresiones. Y el objetivo de la marcha fascista quedó claro: provocar. En esa
incubadora anida la extrema derecha.
Ahora, aunque con escaño en las
Cortes, esa extrema derecha monta ensayos de pogrom, imitando los que
hacían de verdad las juventudes hitlerianas. Y las teles -públicas y privadas- haciéndole
gratis la propaganda. Entre antorchas y banderas asomó una valenciana, la
llevaba un fascista conocido por estos lares, José Luis Roberto, propietario de
la Levantina de Seguridad. Tal vez fue a Madrid a prepararse para el 9 d’Octubre,
fecha en la que el fascio local hace lo que mejor sabe: provocar y agredir a
demócratas. Queda poco para la fiesta nacional, veremos qué hace nuestra
delegada de Gobierno.
BAJO EL VOLCÁN
Escribo estas líneas con la imagen
en la retina del volcán de La Palma escupiendo lava, y lenguas de fuego
arrasando lentamente y con macabra precisión todo lo que encuentran a su paso. Rememoro
la novela que Malcolm Lowry escribió en 1947, y John Huston llevó a la pantalla
en 1984.
Me vienen a la cabeza otras
situaciones volcánicas. El bloqueo del Consejo General del Poder Judicial, por
ejemplo. Con casi tres años caducado. Con un presidente, Carlos Lesmes -cuya
carrera debe al PP- negándose a dimitir, y un PP -cuyo control del poder
judicial debe, en gran parte, a Lesmes- negándose a cumplir la Constitución. Por
cierto, la nómina de Lesmes ronda los 140 mil € al año. Comparen con la subida
del SMI, por ponerme un poco demagógico.
Hace unos días, Ignacio Escolar,
desde eldiario.es, diseccionó la trayectoria profesional de Lesmes, y la de
algunos de sus colegas del CGPJ, por ejemplo, la de Fernando de Rosa, bien
conocido por València, y cuyas entradas y salidas del PP -como las de Lesmes- siempre
le han reportado suculentos ascensos profesionales. ¿Quién habla de politizar
la Justicia?
También pienso en la volcánica
situación en la que Juan Carlos de Borbón ha dejado a la Corona, desprestigiada
por un rey emérito que antes de serlo fue comisionista, y después defraudador. ¡Caramba!
Y a los empresarios les parece que subir 15€ el SMI nos llevará a la ruina.
¡Válgame dios!
URBANO GARCÍA
Imagen: Acuerdo ministerio y sindicatos (CCOO y UGT) para subir el SMI. La CEOE no firma el acuerdo. EFE
No hay comentarios:
Publicar un comentario