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martes, 21 de septiembre de 2021

15 EUROS

 

Ese es el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para 2021. Con esta subida se alcanzan los 965€/mes. El propósito de Gobierno y sindicatos es llegar a los 1000€/mes para 2025. Aún muy lejos de los 1.589,47€/mes de Francia, por poner un ejemplo próximo. A pesar de la reducida subida, la patronal española consideró que era inaceptable y, antes de empezar a negociar, se levantó de la mesa. “Subiendo el salario mínimo, se pierden empleos”, dijo Pérez Sala, presidente del Círculo de Empresarios, sin que se le cayera la cara de vergüenza. A fecha de 1 de septiembre, la inflación estaba en el 3%, por tanto, para los sindicatos la subida aprobada se queda muy corta. Lo saben Yolanda Díaz y Nadia Calviño, las dos vicepresidentas que son como las dos almas del gobierno de coalición, la socialdemócrata y la social-liberal. Este pulso parece que ha vuelto a ganarlo Yolanda, discreta pero eficaz negociadora.  

                Próximos a superar la crisis pandémica, el balance en la distribución de la riqueza no puede ser más negativo. En lugar de acortarse la brecha entre pobres y ricos, ésta se ha ahondado más. Lo sabe Agamenón y su porquero. La desigualdad crece, aquí y en el mundo, impulsada por unas leyes (¿del mercado?, ¿del capital?) que dan facilidades a los ricos para evadir impuestos, mientras que aprietan las tuercas a quienes viven de sus sueldos. Como todas las crisis se parecen, para ésta siguen siendo válidos muchos análisis y fórmulas que se mostraron acertados en otros tiempos. Ante situaciones parecidas, parecidas soluciones. La ecuación se cumple: una sociedad pobre no consume. Y sin consumo no hay progreso económico, ni industrial, ni nada. Hay injusticia y desigualdad, antesala de malestar y conflicto.

PROVOCACIÓN

                En ese caldo de cultivo anida el odio y la intolerancia, bien lo sabe esa extrema derecha parasitaria siempre atenta a las flaquezas humanas para hurgar en la herida, ficticia y exagerada. No hace mucho lo vimos en esa bravata montada en Madrid, donde saludando a la romana, con antorchas y banderas fascistas, quisieron sembrar la inquina en calles que respiran respeto. Dice la delegada del Gobierno que autorizó la marcha porque la solicitó un vecino para protestar por la Agenda 2030 (ambicioso programa de Naciones Unidas con el fin de alcanzar 17 objetivos de desarrollo sostenible para dentro de 9 años). El vecino era Alberto Ayala Cantalicio, un conocido fascista madrileño varias veces detenido por agresiones. Y el objetivo de la marcha fascista quedó claro: provocar. En esa incubadora anida la extrema derecha.

Ahora, aunque con escaño en las Cortes, esa extrema derecha monta ensayos de pogrom, imitando los que hacían de verdad las juventudes hitlerianas. Y las teles -públicas y privadas- haciéndole gratis la propaganda. Entre antorchas y banderas asomó una valenciana, la llevaba un fascista conocido por estos lares, José Luis Roberto, propietario de la Levantina de Seguridad. Tal vez fue a Madrid a prepararse para el 9 d’Octubre, fecha en la que el fascio local hace lo que mejor sabe: provocar y agredir a demócratas. Queda poco para la fiesta nacional, veremos qué hace nuestra delegada de Gobierno.

BAJO EL VOLCÁN

Escribo estas líneas con la imagen en la retina del volcán de La Palma escupiendo lava, y lenguas de fuego arrasando lentamente y con macabra precisión todo lo que encuentran a su paso. Rememoro la novela que Malcolm Lowry escribió en 1947, y John Huston llevó a la pantalla en 1984.

Me vienen a la cabeza otras situaciones volcánicas. El bloqueo del Consejo General del Poder Judicial, por ejemplo. Con casi tres años caducado. Con un presidente, Carlos Lesmes -cuya carrera debe al PP- negándose a dimitir, y un PP -cuyo control del poder judicial debe, en gran parte, a Lesmes- negándose a cumplir la Constitución. Por cierto, la nómina de Lesmes ronda los 140 mil € al año. Comparen con la subida del SMI, por ponerme un poco demagógico.

Hace unos días, Ignacio Escolar, desde eldiario.es, diseccionó la trayectoria profesional de Lesmes, y la de algunos de sus colegas del CGPJ, por ejemplo, la de Fernando de Rosa, bien conocido por València, y cuyas entradas y salidas del PP -como las de Lesmes- siempre le han reportado suculentos ascensos profesionales. ¿Quién habla de politizar la Justicia?

También pienso en la volcánica situación en la que Juan Carlos de Borbón ha dejado a la Corona, desprestigiada por un rey emérito que antes de serlo fue comisionista, y después defraudador. ¡Caramba! Y a los empresarios les parece que subir 15€ el SMI nos llevará a la ruina. ¡Válgame dios!  

URBANO GARCÍA

urbanogarciaperez@gmail.com

Imagen: Acuerdo ministerio y sindicatos (CCOO y UGT) para subir el SMI. La CEOE no firma el acuerdo. EFE

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