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viernes, 3 de septiembre de 2021

COLAPSO

Tan importante es el comienzo como el final del relato. Tanto hay que cuidar la primera frase como la última. Sirve para un libro, un artículo o una guerra. Aunque ninguna guerra empieza ni termina bien. Todas son igual de nefastas. Las guerras de Estados Unidos no son una excepción, no sabe empezarlas ni acabarlas. Lleva tiempo demostrándolo. El final de la guerra en Afganistán no ha podido ser más caótico. “No vinimos a hacer de Afganistán una democracia”, dijo Biden. Eso ya lo sabíamos. Entonces, si no fueron o fuimos a tierra afgana movidos por una causa humanitaria, ni democrática, ¿a qué diablos fuimos? ¿Qué llevó a EEUU a agitar más el avispero de Oriente Medio? Sus sucesivos presidentes han sido claros: para que no hubiera atentados en EEUU. De hecho, no volvió a haber un 11-S en USA. Hubo en otros sitios. No con la magnitud de 2001, pero casi igual de traumáticos. ¿Hemos olvidado el 11-M de 2004? Deberíamos recordarlo para no olvidar de qué calaña son quienes hicieron de la mentira su final de campaña. Era víspera de elecciones y el PP quería que votáramos sumidos en la confusión. ¡Malditos bastardos!

KABUL 2021/ALICANTE 1939

                Hubo antes otros aeropuertos de Kabul. Viendo las imágenes de cientos de afganos queriendo salir de un país que se precipita en su pasado, debería sernos más fácil ponernos en la piel de miles de personas forzadas a exiliarse, obligadas a dejar su casa. Hablo del final de la guerra de España, por ejemplo. No hay guerras ni exilios buenos. Drama para los que logran irse, más drama para quienes no lo consiguen. Unos y otros, infinita angustia ante un futuro cegado. Con unos y con otros, nuestra máxima empatía.

En los últimos 4 días de marzo de 1939, el puerto de Alicante fue uno de los escenarios de la tragedia. El 28 zarpó el Stanbrook con 2.638 personas a bordo. A partir de ese momento, nada. Dolor sin gloria, angustia y, más que miedo, terror. El relato del periodista Eduardo de Guzmán, una de las miles de personas -algunos cronistas hablan de hasta 40.000- que esperaron hacinadas en el muelle alicantino a ser detenidas por los franquistas, es espeluznante y da la medida de aquella tragedia. Solos y abandonados por una comunidad internacional que no hizo nada. O peor, que encerró a los refugiados españoles en campos de concentración. Los de exterminio llegaron después de la mano de los nazis. Ese dolor y ese drama forma parte de nuestra memoria democrática, de un pasado que no deberíamos olvidar.

                La comunidad internacional no es la misma ahora que en los años 30. Aunque, cuando se trata de solidaridad con población migrante -todos los que migran huyen de algo: del hambre o de la guerra-, sigue dejando mucho que desear. A todo colapso le sucede una crisis humanitaria. La hubo en 1939, y la habrá en 2021. “Llega el tiempo de la diplomacia”, dice el gobierno de EEUU. Veremos si es suficiente para ayudar a salir de Afganistán a todos los que quieren abandonar un país en manos de fanáticos talibanes. Y la Unión Europea, ¿qué dice? Por ahora, poco. Acoger acogerá, pero menos de lo que permiten sus posibilidades. La Unión no puede seguir confiando todo en unos EEUU que sólo velan por sus intereses. Estas son asignaturas pendientes que la Unión debe abordar con urgencia. Pero ahora, algunos países de la Unión entran en ciclo electoral, con la parálisis y el incremento de la demagogia que eso conlleva. Y con una extrema derecha siempre dispuesta a sacar rédito político de los peores instintos humanos.   

 MAR MUERTO/MAR MENOR

                Algunos ven tan próximos los términos que confunden el adjetivo. El mar de Aral es un mar menor y se ha muerto en apenas medio siglo. El colapso de la laguna salada de la costa de Cartagena es un hecho denunciado desde hace años por las organizaciones ecologistas. Este verano volvieron a encenderse todas las alarmas al aparecer toneladas de peces muertos en sus orillas. A finales de los años 60’, en pleno desarrollismo franquista, sobre imágenes aéreas del Mar Menor, contaba el NO-DO: “La mano del hombre con su iniciativa y tesón ha hecho habitable esta superficie estéril y desaprovechada”. Medio siglo después, el colapso. En 1994, la Confederación Hidrográfica del Segura autorizó la explotación del acuífero salobre del Campo de Cartagena, los terrenos que rodean el Mar Menor. Hoy hay 42.000 hectáreas de cultivos con hasta 3 cosechas al año, más de 10.000 regantes, el 20% de la superficie cultivada tiene riego ilegal, se utilizan todo tipo de fertilizantes, no se depuran las aguas, … ante la pasividad, cuando no la tolerancia, del gobierno autonómico, competente en la materia. Resultado: la muerte del Mar Menor. El ecocidio de todo un ecosistema marino original y único. ¿Seremos capaces de parar y revertir este colapso?    

URBANO GARCÍA

urbanogarciaperez@gmail.com

Imagen: Peces muertos en el Mar Menor/ Marcial Guillén EFE.

 

2 comentarios:

  1. Però els morts... són dels nostres? Tan se val: persones que fugen de la gana o del terror, peixos d'un ecosistema considerat una superfície estèril i desaprofitada... Si no són dels nostres, no ens ferix les entranyes.
    Fa anys, un cap d'informatius de TVE CV em renyà per no gravar un cadàver víctima d'un accident de trànsit (tots els accidents de trànsit són notícia?), I afegí que el seu professor de periodisme, i director perenne de la Hoja del lunes (per als jóvens, diari que publicava l'Asociación de la Prensa de Valencia perquè els periodistes pugueren fer festa diumenge), deia que un mort alegra l'informatiu. Li repliquí que el dia que el mort fora un fill seu, en parlaríem. I és clar, és posà a escridassar-me. Fins a eixe moment, el mort no era dels seus.

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  2. Bon dia. Gràcies pel comentari, Unknown. Tota la raó. La percepció de proximitat, de ser dels nostres ens facilita molt l'empatia. Conèixer, posar-te en la pell de persones desconegudes o llunyanes és lo més difícil. Per aixó cal fer un esforç, un exercici d'acostament. I el paper dels periodistes és fonamental per crear un cert sentiment de proximitat, sense caure en el sensacionalisme. Com ens va ensenyar Eisentein, no fa falta mostrar el cadàver, amb un detalle -un rellotge trencat, per exemple- hi ha prou per dir el fonamental. I quasi sempre la força de la metàfora és molt superior a qualsevol altra imatge. Salut

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