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miércoles, 19 de septiembre de 2018

LIBERTAD

“Libertad sin ira, libertad, guárdate tu miedo y tu ira”, cantaba Jarcha allá por los años 70’. Fue uno de los muchos himnos que tuvo la Transición a la democracia. Tal vez el que mejor representó eso que se llamó “consenso”. En 1976, sirvió de sintonía para la campaña de lanzamiento deDiario 16, uno de los periódicos que aparecieron esos años y que fueron GPS de una ciudadanía ayuna de democracia e ignorante de lo que ésta representaba. Oída hoy no deja de sorprendernos su inocencia, lo que no la libró de la censura. La larga estela del franquismo sobrevivió al óbito del dictador. Entonces, todo parecía posible. Había ilusión por el cambio, pero también ira y miedo. Tiempos frenéticos en los que se cubrieron etapas como si fuera una carrera de obstáculos y, a la vez, contrarreloj. Cuatro décadas después, tengo la impresión de que de nuevo se acelera la historia. Y las palabras vuelven a retorcerse. Y vuelve el miedo y la ira a condicionar la libertad. Cuatro décadas después de muerto Franco, sus restos esperan ser exhumados de Cuelgamuros siguiendo la voluntad del Congreso y de una inmensa mayoría de la población, según todas las encuestas. Pero el PP y C’s prefirieron abstenerse en una votación histórica. Hay pasados que resisten ser enterrados. 


PAROLE, PAROLE
                  Nicolás Sartorius, uno de los protagonistas de aquellos años en los que vivimos peligrosamente, acaba de publicar La manipulación del lenguaje. Breve diccionario de los engaños. Pequeña y oportuna guía para no perdernos en el bosque de las palabras. En estos tiempos de posverdad, mentiras y redes sociales, es muy útil tener una brújula que nos oriente en medio de la confusión. Internet nos informa a golpe de clic, pero no es verdad todo lo que circula por la red. Además, sabemos que el exceso de información produce ruido. La mentira y las fake newsse han convertido en armas de destrucción masiva de la democracia, sea en Washington o en Móstoles. 
                  Aunque para armas destructivas de verdad las bombas inteligentes, oxímoron que no consuela. Las que vendió Morenés -ministro del lobby armamentístico- a la teocracia saudita lo son. La entrega de estas “peladillas” le ha tocado a un gobierno que se dice pacifista. “Son láser de alta precisión y no se van a equivocar matando a yemeníes”, así justificó la ministra-portavoz el cambio de criterio del gobierno. Del digo “digo” al digo “Diego”, todo un alarde de ilusionismo semántico. La amenaza saudí de rescindir la compra de cinco corbetas obró el milagro. Pan o paz, falsa dicotomía. Hasta Kichi, alcalde de Cádiz, aparcó la rabia para atender a sus devociones. Los currantes de Navantia estaban con la mosca tras la oreja desde que Margarita Robles anunciara la no entrega de las bombas (¿inteligentes?) a Arabia. La clase obrera tampoco irá este año al paraíso.
 DERECHA, ¡AR!
                  Se empieza por pervertir el sentido de las palabras. Lo sabe Trump y también Casado y Rivera, lanzados estos últimos a la carrera de ver quién la dice más gorda. Sus corifeos les van a la zaga. No hay más que oír al campeón del mundo de lanzamiento de huesos de aceituna lanzando bulos como metralla. Las derechas andan enloquecidas por ver quién gana el pulso y se lleva al electorado más conservador. Allá cada cual con sus miserias. 
                  Lo malo es que ese aumento exponencial de la crispación la pagamos todos. En València, sin ir más lejos, no hay día en que Isabel Bonig o su escudera, digo de Eva Ortiz, no se dediquen a atacar la política de promoción del valenciano que desarrolla la Conselleríade Educación en nombre de una supuestamente maltratada libertad de los padres. El PP debería ser más prudente. No hace falta acudir a las hemerotecas, los juzgados ya se encargan de recordarnos lo que hicieron durante los 20 años que gozaron de mayorías absolutas. Les aseguro que no salen bien parados de la comparación.
                  “Hace un tiempo, en este lugar,…”, cantaba Jarcha, el fantasma que recorría Europa era el comunismo. Ahora es el populismo de derechas. Ese que habla de los inmigrantes como si fueran esclavos, que desprecia valores como la tolerancia y la colaboración. Que retuerce las palabras hasta hacerlas irreconocibles, que convierte el lenguaje en andamio para levantar monumentos a la mentira. Que vacía de contenido la libertad y hace de ella un objeto exclusivo sólo accesible a quienes tienen suficiente dinero como para comprarla. ¡Qué difícil es conquistar la libertad! 
URBANO GARCIA
urbanogarciaperez@gmail.com

Imágenes:
1. Portada del disco "Libertad sin ira" de JARCHA
2. Efectos de las bombas inteligentes. eldiario.es
3. Casado con Aznar en la Comisión de Investigación del Congreso. GTRES

EL 11-S Y EL EXAMEN DEL BOTÀNIC

Hay fechas destacadas en el calendario. El 11 de septiembre es una de ellas. Este año han confluido acontecimientos que han colmatado la agenda informativa. Por orden cronológico, el primer titular no puede ser otro que la Diada catalana. Resulta curioso que Catalunyacelebre su día nacional conmemorando una derrota y la ocupación de Barcelona por las tropas borbónicas. Era el 11 de septiembre de 1714. El triunfo definitivo de Felipe V en la guerra de Sucesión supuso el fin de las instituciones catalanas y el inicio de un absolutismo a imagen y semejanza del que su abuelo, Luis XIV, imponía en Francia. Los valencianos también arrastramos la derrota en esa larga guerra. La nuestra fue el 25 de abril de 1707. El mal vingué d’Almansa, cantaba Al Tall. Con la desfeta perdimos los Fueros, las instituciones y las leyes propias de los valencianos. Cuentan las crónicas recogidas por los historiadores que la represión fue brutal. Hay episodios en la historia de catalanes y valencianos en los que compartimos desgracias. Claro que nosotros optamos por el 9 d’Octubre como fiesta nacional, la entrada en València de Jaime I (1238).
                  La Diada de 2018 ha sido tan multitudinaria como las anteriores. La autoexclusión de PP y C’s ha dejado al soberanismo dueño y señor de todo el campo de juego. Mientras que las otras voces apenas se han oído bajo el estruendo de las emociones desatadas. A pesar de eso, las diferencias entre el pragmatismo de ERC y el maximalismo de los herederos de Convergènciacada día son más evidentes. Pesa el diferente estatus, unos en prisión preventiva y otros en un preventivo exilio. Ambas situaciones alimentan el martirologio. Un aliciente para movilizar las pasiones.
 OTRO MÁSTER
                  Barridos por la actualidad informativa, el aniversario del golpe de Estado de Pinochet contra Allende (1973) y el atentado contra las Torres Gemelas de New York (2001) fueron relegados en los mass media nacionales a recordatorios a pie de página. Lunes 10, la publicación por eldiario.es de las irregularidades en el máster “presencial” de Estudios Interdisciplinares de Género, cursado en 2011 por Carmen Montón -titular de Sanidad hasta el martes 11 y hace 7 años portavoz de igualdad del PSOE- abrió una nueva crisis en el ejecutivo de Pedro Sánchez. A las 38 horas ya había una nueva ministra. Una capacidad resolutiva que se explica por ser el tercer caso en poco tiempo y afectar a una ministra socialista. Cifuentes y Casado, ambos del PP, precedieron a Montón. Había que marcar la diferencia. ¿Qué hará ahora Casado? Los tres casos se dieron en la misma universidad, la Rey Juan Carlos; los tres, en cursos organizados por el Instituto de Derecho Público, un chiringuito clientelar clausurado tras los dos primeros escándalos. ¿Qué pasa en la URJC? El rector durante esos años era Pedro González-Trevijano, hoy en el Tribunal Constitucional. Favor con favor se paga. Sin duda, también han influido la falta de controles y las dinámicas neo liberales impuestas a las universidades públicas por el Plan Bolonia, haciendo de la rentabilidad económica argumentos académicos. Sin olvidar que la financiación de gran parte de nuestras universidades depende de los gobiernos autonómicos. La tentación de influir en la vida universitaria puede ser grande. No hay más que recordar cómo impulsó Zaplana la creación de la Miguel Hernández. Por cierto, segunda sede del Instituto de marras dirigido por Álvarez Conde, y Universidad en la que Francisco Camps hizo su tesis doctoral. 
 EXAMEN
                  El mismo día que Montón daba explicaciones por la mañana y por la tarde dimitía, el President de la Generalitat se sometía al examen de les Corts Valencianes. Última sesión de control de la legislatura. Oportunidad para hacer balance y esbozar algunas líneas de por dónde irá la campaña electoral. Los tres socios del Botànic manifestaron su voluntad de seguir caminando juntos, si los resultados en las urnas lo permiten. Queda faena por hacer, destacó Estañ, síndic de Podem. Ferri, de Compromís, levantó la bandera de una financiación justa para manifestar la total apuesta de su coalición por reeditar l’Acord. Mientras Mata, PSPV, desgranó los logros y la estabilidad del gobierno del mestizaje. Ximo Puig, principal protagonista de la sesión, resaltó el haber acabado con la nefasta hipoteca reputacional dejada por el PP. Isabel Bonig, PP, y Mari Carmen Sánchez, C’s, volvieron a usar Catalunya como espantajo y la libertad como ariete contra la justicia y la igualdad, además de pedir elecciones. Sí, han oído bien, ¡elecciones! Ellas sabrán. 
URBANO GARCIA
urbanogarciaperez@gmail.com

Imágenes: 
1. Sitio de Barcelona 11 de septiembre de 1714. Grabado de Jacques Rigaud (1680–1754)
2. Rajoy, Cañizares y Trevijano en 2006. eldiario.es
3. Ximo Puig y Mónica Oltra en la sesión de control. EFE

INICIO DE CURSO

Estamos en septiembre. Vuelve la rutina tras el paréntesis estival. ¿Rutina?, como si el verano y sus vacaciones no lo fueran. También son rutina. ¡Ahora!, antes ni eran ni habían, vacaciones, claro. Vuelve la rutina escolar y la política. Aderezada esta última con el morbo de ser curso electoral. Al menos habrá cita con las urnas municipales y autonómicas. La fecha de estas últimas no está clara. Depende de cuando convenga. Más o menos como las generales. La margarita autonómica tiene su propia dinámica. Desde la reforma de l’Estatut, es competencia del Molt Honorable President fijar la fecha de su convocatoria. No es asunto baladí. Yendo por libre se gana en visibilidad. Un bien muy preciado en tiempo de homogeneidades. El patio de mi casa es particular y el problema de la mala financiación valenciana merece ser destacado. Tener una agenda propia es una buena forma de que se nos tenga en cuenta. Pero adelantarlas huele a fracaso. Y no es eso. El Pacte del Botànic ha dado más estabilidad que las dos décadas de hegemonía del PP. 
                  Además, el calendario aprieta. Al margen del histórico momento en que seamos testigos de la exhumación del cadáver de Franco, están los presupuestos de Pedro Sánchez. Los primeros y únicos de esta legislatura bis en la que se intenta dar la vuelta al calcetín ultraliberal y reaccionario impreso por Rajoy en su largo periodo de gobierno. Es mucho más fácil destruir que construir. Al PP le costó poco desmontar parte de nuestro raquítico Estado del Bienestar. Lo complicado es recuperar lo recortado y privatizado. No hay más que ver las dificultades para revertir el modelo Alziraque tanto mal hizo a la sanidad pública valenciana. 
 DISONANCIAS
                  A medida que se acerca la cita electoral, los socios del Botanic y de la Nau van marcando sus diferencias. ¡Normal!, hay que aclarar al electorado quién es quién en un Pacte. La experiencia de un Consellbipartito (PSPV+Compromís), sostenido desde fuera por Podem, ha sido muy positiva. Los desencuentros entre los socios se limitan a políticas medioambientales y al urbanismo. No es poco. De las dificultades para la transición a un modelo energético más sostenible es un buen ejemplo la dimisión de Julià Àlvaro o la más reciente y a otra escala del ministro francés para el Cambio Climático. Respecto al modelo territorial, sólo hace falta fijarse en el diferente criterio respecto a Intu Mediterráneo, antes Puerto Mediterráneo, el mega centro de ocio y comercial de Paterna, para ver la diferente percepción que se tiene sobre el desarrollo y los proyectos especulativos. Ambas cuestiones -medio ambiente y urbanismo- están relacionadas. La burbuja del ladrillo espera su momento para volver a hincharse. Desde que el PSOE gobierna, el PSPV ha rebajado algunas de sus vindicaciones que son las del Consell. No es cuestión de complicarle la vida al “compañero Pedro”, debe pensar Ximo Puig. En eso que no cuente con Compromísle ha dicho Mónica Oltra. Tampoco Podem parece dispuesto a dejar de lado la agenda valenciana.
                  En el Ayuntamiento de València, l’Acord de la Nau (Compromís+PSPV+València en Comú) ha dado tanta estabilidad a la política del Cap i Casal que sus Presupuestos han sido aprobados antes que en Madrid y Barcelona. Pero también los socios locales buscan mejorar su perfil. Sandra Gómez, previsible candidata del PSPV a la alcaldía, no hay día que no salga en el Levante con cualquier excusa. Para marcar territorio y ganarse a los lobbies de la construcción, a los socialistas capitalinos no les importa retomar viejos proyectos urbanísticos que huelen a gran negocio, como el PAI del Grao. Un plan con aroma a expolio de suelo público y necesitado de una urgente revisión para ser digno remate del Jardí del Túria.
                  Al margen de estos desacuerdos, todos resaltan el buen trabajo hecho y el deseo de repetir.        
 FUERA DE JUEGO
                  Mientras todo eso ocurre en el ala izquierda de la Casa Blanca valenciana, las derechas siguen desorientadas tras la pérdida de la Moncloa y el desvanecimiento de los sueños conservadores. Aquí y ahora, PP y C’s compiten por hacerse con las herrumbrosas lanzas del anticatalanismo. Todo vale con tal de estigmatizar a los gobiernos del cambio, hasta retorcer la verdad convirtiéndola en una vulgar fake news. C’s tirará de Toni Cantó con un toque de arrebato. Mientras Bonig, con su grupo municipal bajo la lupa de la Justicia, busca resituarse trayendo al masterizado líder de su partido al inicio del curso político. Todo listo para un año complicado.                     
URBANO GARCIA
urbanogarciaperez@gmail.com

Imágenes:
1. Mónica Oltra y Vicent Soler en les Corts. EFE
2. Cumbre de l'Acord del Botànic. D16
3. Isabel Bonig (PP). EP


LA FOSA

Sin duda la más grande es la que está en Cuelgamuros. Pero el Valle de los Caídos es mucho más que la mayor fosa común del franquismo. Es el mayor monumento que conozco dedicado a recordar un golpe de Estado y al terror de una dictadura. Nada que ver con el olvido y el perdón. Todo lo contrario. Una imponente cruz se yergue sobre los muertos de una cruel guerra provocada por quienes se rebelaron contra el legítimo y democrático gobierno de la II República. Tras 59 años de construido y 43 de enterrado en él el cadáver del dictador, por fin se abre una puerta a la resolución de una anomalía democrática. El viernes 24 de agosto, el Consejo de Ministras y Ministros aprobó el decreto ley que modifica la Ley de la Memoria Histórica, y que facilitará la exhumación de los restos de Franco. Ahora le tocará pasar el trámite del Congreso. Hay una mayoría suficiente para dar el paso. PP y C’s han anunciado su oposición. El primero por el fondo, el segundo por las formas. El masterizadolíder del PP dice que hay cosas más importantes de las que ocuparse. Y eso lo dice la supuesta esperanza regeneradora. Tal vez, lo que de verdad le molesta al partido fundado por Fraga es que se toque a Franco. ¡Vaya con el tarro de las esencias!
                  “La democracia no les ha tratado mal, incluso ha sido generosa con ellos", dijo Zapatero refiriéndose a la familia del dictador. Nada más platearse la posibilidad de exhumar los restos de Franco, sus familiares manifestaron su oposición, que no pensaban hacerse cargo de los restos y que denunciarían al Estado por no respetar sus derechos. ¿Derechos? Parece una broma macabra. Con el cuerpo del Caudillo aún caliente, sus herederos se repartieron bienes y títulos sin ningún reparo. Hace unos meses, conocimos que la “nieta del Régimen”, digo de Carmen Martínez-Bordiu, pidió y se le concedió el título de duquesa de Franco y ser Grande de España. Título creado por Juan Carlos como reconocimiento a la viuda del Dictador. ¡Qué, qué! Como para estar satisfechos de cómo se transitó el paso de la dictadura a la democracia. “Desde los primeros días de diciembre de 1975 se inicia un proceso de desmemorización colectiva. No de olvido, sino de algo más preciso y voluntario, la capacidad de volverse desmemoriado. Franco ha muerto. ¡Viva el rey!”, dice Gregorio Moran en El precio de la Transición. De sacar a Franco de su mausoleo, se ha tardado demasiado, aunque nunca es tarde si la dicha es buena. Como queriendo imitar los enterramientos faraónicos, Franco enterró en Cuelgamuros a 30.000 victimas republicanas de su cruel guerra. Sin encomendarse a dios ni al diablo, y sin consentimiento de las familias. ¡Ya está bien de que continue tanta infamia! 
LA 112
                  Casi 80 años después de terminada la guerra y más de 40 de muerto Franco, familiares de víctimas republicanas siguen buscando a sus seres queridos en cunetas y cementerios. Uno de los más significativos es el de Paterna. Cerca de él se encuentra el llamado “paredón de España”. Contra ese muro fueron fusiladas cientos de personas leales al gobierno legítimo de la II República. 
                  Las fosas comunes del cementerio de Paterna forman parte del mapa de la ignominia que dibujó con sangre el franquismo. Miguel Mezquida, responsable de la exhumación, se queja amargamente de la prescripción de estos crímenes. “Habría que aplicar el derecho internacional por ser crímenes contra la humanidad y no deberían prescribir”, apunta Mezquida. La ingente tarea de exhumar y levantar acta judicial de los asesinatos en “tiempo de paz”, ha encontrado no pocas trabas y problemas económicos y judiciales. Para certificar que se trata de muertes violentas hace falta la intervención de algún representante de la Justicia. Responsabilidad de la que se han escaqueado no pocos magistrados. Respecto a la financiación de las exhumaciones y la identificación del ADN, deberían de ser las instituciones del Estado las que las asumieran. 
                  Hace unos días nos dejaba el historiador Josep Fontana. Tenía 86 años. En 2016, fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universitat de València. Pedro Ruiz y Vicent Soler fueron sus padrinos en el acto académico que tuvo lugar el 5 de febrero de aquel año, en el Paraninfo de La Nau. Fontana no ha llegado a ver el cadáver de Franco fuera del Valle de los Caídos. Mantuvo un posicionamiento crítico sobre algunas de las consecuencias de nuestra particular transición de la dictadura a la democracia. Y dejó escritas cosas como ésta: “La forma en que se produjo en España el pacto de la transición contribuyó a que se hiciera silencio sobre la historia del franquismo”. DEP.
URBANO GARCIA