Octubre -mes patriótico donde lo haya- fue el elegido por un PP bicéfalo para definir su patria, digo su perfil político, y deshojar la margarita de su futuro. Un PP que bascula entre el liberalismo sui géneris de Vargas Llosa, libre de lastres electorales, y el neofranquismo que Aznar predica con aires de talibán. Mientras Casado esquivaba el fuego amigo disparado desde sus propias filas, la lideresa de los madriles hacía las américas anunciando una hispanidad libre de nativos y patrias indigenistas. Las dos patrióticas giras confluyeron en el coso de València. Escenario de días de vino y rosas. De exaltaciones mitineras y corrupciones varias. Compromís recordó con un cartel luminoso frente a la plaza, las deudas que el PP mantiene con València. Por si alguien las ha olvidado. A veces cuesta entender las amnesias.
Resumen:
plaza llena, líder aclamado en loor de multitud como caudillo redentor, recuerdo
emocionado a la alcaldesa de España que murió repudiada por su propio partido,
víctima del “caloret”. Y el ectoplasma del ex molt honorable maese Camps
paseándose por el ruedo, contento de verse fuera del redil. Faltaban Rafael Blasco,
Correa y el Bigotes para que la escena hubiera sido memorable.
Al
discurso final de Casado no le faltó detalle. Ninguno de los avances
democráticos de los últimos años le parece bien. Ni los acuerdos con los
agentes sociales, ni cerrar las heridas aún abiertas de la interminable represión
franquista, ni recomponer los puentes del diálogo y la negociación territorial,
… nada le parece bien. Sólo conjuga el verbo derogar. Derogar la ley de la memoria
democrática, derogar el salario mínimo, derogar saldar las cuentas con el
pasado, derogar el diálogo para la resolución de conflictos, derogar la escuela
pública, … por derogar que no quede. ¿Patriota?
Como
quien no quiere la cosa, ya está aquí otro 9 d’Octubre. Éste con la pandemia más o menos
embridada, aunque toda precaución es poca contra un virus que sigue campando a
sus anchas. La vacuna limita mucho sus secuelas, pero no evita su propagación. 9
d’Octubre, día patriótico donde los haya. Cada cual con su bandera, siempre
que a nadie le dé por atizar al prójimo con su mástil. ¿Volverán los
neofascistas con su intolerante patriotismo? La lista de vindicaciones
valencianas sigue igual que antes de la pandemia. No se atisba un cambio en la
injusta financiación autonómica, que nos hace menos iguales. Ni se aprecian
mejoras en la red de comunicaciones del país. Tampoco se ve el final de las
obras del eje ferroviario mediterráneo … En fin, otro 9 d’Octubre con la
mochila cargada de promesas incumplidas.
En
2022 será el 40 aniversario del Estatut,
Ley Orgánica 5/1982, de 1 de julio, publicado en el BOE n.o 164,
10-7-1982. Estatut cocido en los
despachos, que nunca pasó por las urnas. ¡Ay, la patria! No estaría mal ir
preparando una reflexión, sobre lo hecho y sobre lo mucho que queda por hacer.
Aquel día se institucionalizó una unidad política con pasado, con historia, y
con un futuro por delante. ¿Una
patria?
Mientras
la factura de la electricidad se disparaba a niveles estratosféricos, Antonio
Miguel Carmona, economista y tertuliano, ex portavoz socialista en el
ayuntamiento de Madrid, cruzó una puerta giratoria buscando una nueva patria para
finiquitar su vida política. Y vamos si la encontró. Nada menos que la
vicepresidencia de Iberdrola, una de las patas del oligopolio energético. ¿Qué
vale una patria?
Luz
y taquígrafos. Nos hacen falta, aunque nos arruinemos con la factura eléctrica.
Lo está haciendo el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación,
coordinando a más de 600 profesionales de 150 medios de todo el mundo, para
poner negro sobre blanco quienes son los top ten del fraude. El
colectivo está desmenuzando los “papeles de Pandora”, una extensísima documentación
de 14 asesorías, con 29.000 titulares de compañías offshore domiciliadas
en paraísos fiscales. Medio millar son españoles. Entre los defraudadores está
Corinna Larsen y sus ingresos procedentes del Fondo de Inversiones Hispano
Saudí, con mención expresa a un tal Juan Carlos I y sus herederos, a los que
hace beneficiarios del 30% del valor de la offshore, en caso de
fallecimiento de la titular. ¿Patriotas?
Mientras
escribía estas patrióticas líneas, Facebook, WhatsApp, Instagram… se
eclipsaron. ¡Horror!, el mundo sin redes sociales. Estas son algunas de las 20
empresas transnacionales que apenas pagan el 5% de los beneficios que obtienen
en nuestro país. ¿Cuándo se jodió el Perú?, que decía Vargas Llosa antes de
encontrar su patria en una offshore. ¿De qué patria hablamos?
URBANO GARCÍA
Imagen:
Processó Cívica del 9 d’Octubre. EFE
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