POLITIKÓS

   No, no es una errata. Así llamaban a la política los atenienses del siglo VI antes de nuestra Era, los contemporáneos de Pericles, los primeros que anduvieron los procelosos caminos de la democracia. Bien está mirar hacia los orígenes en estos tiempos en que tanto se denigra la política y a los políticos. A pesar de la que está cayendo, vale la pena reivindicarla. Sólo la política -el sano ejercicio de ella- puede hacernos más libres. Lo decía Aristóteles, cualquier demócrata lo suscribe hoy en día. No incluyo en el término política ni a la politiquería ni a los politicastros que tanto hacen por degradarla. Coincido en eso con el ministro Gabilondo. Pero reivindicar ahora la política no es tarea fácil. 

MALESTAR

   Eso es lo que hay. Se siente, se palpa el malestar. Malestar por la interminable crisis, por el paro que crea, malestar por las soluciones que se dan, malestar por la corrupción que todo lo embrutece, malestar por el tronar mediático,… Hay malestar en la vida pública. Victoria Camps lo disecciona en uno de sus libros. Pero el malestar no afecta a todos por igual. Hay oídos sensibles a los que ensordece el continuo cacareo de las gallinas. Otros están contentos revolcándose en la inmundicia. La política, los políticos deberían servir para que fuéramos más felices. Dudo que ese sea el objetivo para muchos de los que viven de ella. Por eso la gente se desengaña. Y la desafección crece. Al menos en estas tierras, y entre los que más necesitan de unas buenas políticas sociales. La izquierda se abstiene, la derecha abraza a los corruptos. Aquí, levantas un ladrillo y te sale un pelotazo, una comisión o una licencia de TDT.

   ¡Sí!, de Televisión Digital Terrestre. Ya sabíamos de la ligereza –por ponerle un nombre- con que se habían dado los canales de TDT por parte del Consell de Camps y de González Pons (el ahora portavoz del PP era Conseller de Relaciones Institucionales cuando se repartieron las licencias), pero no sabíamos que se habían dado a petición del interesado. Es el caso de Alicante, pero no es el único. Allí, la red mafiosa tejida por los empresarios Fenoll y Ortiz, con la necesaria complicidad del presidente de la Diputación alicantina, además de repartirse suculentos dividendos a cuenta del contribuyente, puso en la misma puja algunas licencias de TDT.

   Así está el panorama digital valenciano, en manos de la extrema derecha y de empresarios corruptos como Fenoll y Ortiz. Por no hablar de las 13 licencias dadas a otro empresario imputado en la trama Gürtel, José Luis Ulibarri. A través de ese cristal quiere el PP que veamos la realidad valenciana. A través de ese y de Canal 9. Por eso se empeñan en censurar emisiones televisivas más plurales, más objetivas. Lo hacen con TV3, y con todas las televisiones que pongan en cuestión su manipulada visión de las cosas. También lo hacen para forzar al gobierno de España a que dé al Consell un tercer multiplex de TDT, y así que Camps pueda tener más canales para repartir entre sus amiguitos del alma.

   Y mientras, Rita llora porque no la dejan endeudarnos más. ¡Sí, endeudarnos! Rita quiere hipotecar más si cabe nuestro futuro. Y reclama a Madrid lo que no pide en la calle Caballeros. La descentralización financiera terminó en las autonomías. De estas a los municipios ni llegó, ni se la espera.

CANDIDATOS

   La política suele visualizarse en quienes figuran en las listas electorales. En el PP usan el diktat, lo que diga el jefe, para elaborarlas. O esperan a lo que diga la Justicia. Los socialistas apuestan por primarias cuando hay más de un candidato para encabezarlas. Una diferencia importante. Para abrir la lista autonómica del PSPV hay dos aspirantes, Alarte y Asunción. Carme Alborch no está en la municipal. Se postula Joan Calabuig. Podría haber más candidatos. También habrá primarias para Alicante y Castellón. Los valencianos, igual que los madrileños, nos merecemos lo mejor. Es un deber y una responsabilidad para con los ciudadanos. ¡Viva la participación! ¡Viva las primarias! ¡Viva la política!

URBANO GARCIA

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