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viernes, 7 de diciembre de 2012

SIN RUMBO NI TIMONEL


 Me equivoqué, lo reconozco. Vela, el Conseller de Hacienda, no tiene madera de político. De político del PP, quiero decir. Era el eslabón más débil de una cadena partidista soldada a golpe de omertá, ese juramento mafioso que ofrece protección a cambio de silencio. Una burla a los ciudadanos, un escarnio a la democracia. Tal vez por eso, por no ser uno de ellos, Vela dimitió antes de que la justicia tocara a su puerta. Poco antes, todo hay que decirlo. Apenas unas horas antes de que le llegara el requerimiento judicial para declarar como imputado por la filtración a su colega Blasco de un informe de la Intervención General solicitado por el juzgado. Podría habérselo pasado de forma más discreta. Pero Vela fue torpe y lo hizo en un Pleno de les Corts, ante las cámaras, con luz y taquígrafos. Vela pagó la factura de una confianza ciudadana hace tiempo perdida. Vuelve a la docencia tras salir escaldado de su aventura política. Dicen que es un buen técnico. Deja una ley de presupuestos acabada aunque sin haber pasado aún el trámite parlamentario. Vela no lo ha tenido fácil. Le ha tocado bailar con la más fea, con una economía depauperada, con unas arcas saqueadas por su propio partido, con un austericidio que condena al paro a miles de valencianos y valencianas, entre ellos a cientos de empleados públicos. A Vela le tocó negociar con Rajoy, De Guindos y Montoro –nuestra troika nacional- el rescate de la Generalitat, tras la caída en picado de los ingresos y una vez esquilmados sus fondos. Abandona el barco en el peor momento, de la peor forma. Otro daño colateral causado por ese tsunami de corrupción que arrasó las cuentas de la Conselleria de Cooperación en tiempos de Rafael Blasco. Será cruel, pero no le tengo pena. Él eligió su destino, nadie le forzó, José Manuel Vela fue libre para entrar en ese avispero, que dirían los liberales. Al Molt Honorable Alberto Fabra apenas le quedan manos para tapar tanta vía de agua. No le quedan recursos ni tiempo ni credibilidad. El vicepresidente, José Ciscar, se hará cargo provisionalmente de unas competencias que le vienen grandes. De modo que la nave de la hacienda valenciana, al igual que el gobierno, navega sin timonel y con el rumbo extraviado. 

HABANERAS
            Mientras en el Cap i Casal asistíamos a una dimisión intuida, pero no anunciada, en la Vega Baja y a ritmo de habanera se producía la condena del que fue todopoderoso señor de Torrevieja durante más de dos décadas. Pedro Hernández Mateo pecó de prepotencia y nepotismo, pero tan solo le condenan por falsedad documental y prevaricación. En 2004, Hernández Mateo adjudicó la contrata para la recogida de las basuras a la UTE Necso Entrecanales. Y lo hizo mediante maniobras torticeras, falseando el concurso público y encargando un informe externo a una empresa ligada a la UTE interesada, para eludir la oposición de los técnicos municipales. Todo un catálogo de malas prácticas que hasta ahora, muchos años después, no había tenido sanción judicial. Aunque la cuantía de la multa no es elevada, los siete años de inhabilitación para ejercer cargo público impiden su continuidad como diputado autonómico. Su sustituta será Elisa Díaz, hija de Díaz Alperi, uno de los nueve diputados imputados aún pendientes de sentencia en el grupo del PP. Todo un lastre para el compromiso de limpieza hecho por Fabra cuando relevó a Camps. Otra promesa incumplida.      

PENSIONISTAS
            “El compromiso electoral del PP se está cumpliendo a rajatabla (…) la mayoría de los pensionistas están enormemente agradecidos al gobierno”. Con tan falso argumento, Rafael Merino -un segundón del grupo parlamentario del PP- defendió la decisión del gobierno de no actualizar las pensiones con la subida del IPC que a 30 de noviembre era del 2,9%. Un incumplimiento más en la larga lista que ya acumula Rajoy. La vice albondiguilla fue la encargada de dar la mala nueva de la semana, del mes, del año. Pésimo agüero en víspera del 21 de diciembre de 2012 en que los mayas fijaron el fin del mundo. Con esta decisión, 9 millones de pensionistas perderán 2 puntos de su escuálido poder adquisitivo. “La decisión la impone la realidad, no Bruselas”, dice Rajoy. A nadie se le escapa que él, el presidente del gobierno, es el máximo responsable de una realidad que quita dinero a los pobres y se lo da a la banca, en forma de rescate que pagamos todos. El gobierno dice que no actualizar las pensiones ahorrará 4 mil millones de €, cuando se acaba de aprobar un rescate a la banca por 35 mil millones de €, la mitad de ellos para Bankia. Esa es la cruda realidad.  
URBANO GARCÍA

Imagen: LEVANTE

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