EFECTOS
Todo tiene una causa y produce un efecto. Es
cuestión de tiempo que ambos extremos se relacionen. Hasta hace poco, la
corrupción no pasaba factura al PP. No creo que los resultados de las
elecciones generales del 20D sean el reflejo de todo lo que ahora estamos
conociendo. Al cuerpo electoral le pasa algo parecido a lo que le ocurre al
espacio interestelar. Las ondas causadas por comportamientos corruptos tardan
en ser detectadas por el observatorio de las urnas. Y no se han desarrollado
suficientemente los instrumentos capaces de detectar estos fenómenos antes de
que sus consecuencias sean irreparables. Cuando algún partido invierte en una
cita electoral más dinero del que declara, comete un fraude de ley que suele
traducirse en los resultados de las votaciones. Al menos, eso es lo que se
pretende. Cuando se descubre la trampa, siempre es demasiado tarde. No hay
marcha atrás. Imposible desandar el camino. El tiempo pasado no vuelve. Acudir
dopado a unos comicios es un doble delito. Primero por ocultar a la opinión
pública y a los organismos de control esa sobrefinanciación, y en segundo lugar
por los resultados causados por esa acción delictiva.
Hay otros factores determinantes de los resultados.
Por ejemplo, la traducción de los votos en escaños dista de ajustarse a un
reparto equitativo. No todos los votos valen lo mismo. Pero son elementos que están
a la vista de todo el mundo, al menos de quienes quieran verlos. Ocurre por
ejemplo con el sistema electoral. No existe ninguno que sea perfecto. Mejorar
el que tenemos desde 1977 no es tarea fácil. Un reto para el nuevo gobierno, si
decide acometer esa reforma. Pero no todos los partidos lo tienen claro. Los
hay que salen beneficiados por el actual sistema. Cualquier cambio les
perjudicaría, sería ingenuo esperar que lo modificaran de motu propio. Esas
cartas están a la vista. Las otras, las de la financiación ilegal permanecen
ocultas hasta que la justicia las destapa.
GESTORAS
Las ondas gravitacionales de la corrupción afectan
ya a casi todos los ámbitos gestionados por el PP. La lista de casos cuestiona la
honorabilidad de muchos líderes y cuadros del partido de Rajoy. Tantos que es
difícil pensar en conductas personales. El tan cacareado por el PP eje de la
prosperidad (Madrid-Valencia-Baleares) ahora es lo más parecido a un rail
oxidado. Por esa red diseñada a mayor gloria de Aguirre, Zaplana, Camps y Matas
circularon durante un tiempo prácticas y usos fraudulentos. Gürtel, Nóos,
Púnica, Bankia,… en esas locomotoras viajó la corrupción y dejó su hedor en las
estaciones a su paso. A falta de una refundación, o de una más radical
disolución, el PP ha optado por ponerse en manos de gestoras. Militantes sin
pasado, sin mochilas llenas de mierda para llevar el día a día del partido. Pero
hay resistencias. Aguirre dimite, pero se queda al frente de grupo municipal del
PP madrileño. Me voy, pero me quedo. Rita ni eso. Rita blinda su aforamiento, a
pesar de tener a todo su grupo municipal imputado/investigado y a punto de ser
sustituido por una gestora. El caso Nóos llama a su puerta. Y tiene a Feria
Valencia en capilla. Las ondas de la corrupción política tardan en destaparse a
pesar de sus devastadores efectos. ¿Para cuándo un detector de la corrupción
política? ¿Estará en el programa del próximo gobierno?
NOTA: El martes 23 se
cumplen 35 años del 23F. Hoy en día los golpes de Estado ya no se dan sacando
los tanques a la calle. No le hace falta al poder económico para imponer sus
intereses.
URBANO GARCIA
urbanogarciaperez@gmail.com
2. Rita y Alfonso Grau. EL PERIODICO
3. Rita Barberá sale de la peluquería. ANTENA
4. Rita y Camps en les Corts. EFE
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