Todo puede empeorar. La
salvaje actuación de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado el 1-O en Catalunya tardará en borrase de
la memoria colectiva del pueblo catalán. También de quienes con una mirada
empática nos asomamos a las televisiones y nos dimos de bruces con imágenes que
nos retrotraían a los tiempos del franquismo.
La excepción fue TVE que optó por el
opio, mostró la sumisión de sus jefes al gobierno de Rajoy y su papel
instrumental al servicio del PP.
En apenas unas horas, el Estado español involucionó
décadas de democracia, por light que ésta
fuera. El boicot a las aspiraciones de Catalunya, plasmadas en 2006 en la recogida de firmas contra su refrendado Estatut por parte de un PP encabezado
por Rajoy, su recurso al Tribunal Constitucional y la posterior sentencia de
éste marcaron el inicio de una desafección que aún no ha tocado techo. El uso
perverso que el PP hace de los aparatos del Estado y de una legalidad
constitucional que la Transición dejó atada y bien atada, lleva camino de
convertirnos en un Estado fallido. Y no valen equidistancias para atemperar la
amargura del desamor. Perversos cálculos electorales son los que nos fracturan.
También el no asumir que el camino de la imposición, de la ocupación militar,
de la dictadura o la dictablanda ya
no caben en el siglo XXI y en un país europeo.
Podemos cartografiar la represión en Catalunya el
1-O. Veremos que no se actuó igual en todas partes. En Badalona, por ejemplo,
no hubo cargas y se dejó votar con tranquilidad. ¿Piensa el PP reconquistar
Catalunya desde el feudo del neo fascista García Albiol? El jefe del mando
operativo, el coronel Diego López de los
Cobos, el 23F, vestido de camisa azul, se presentó en el cuartel de la
Guardia Civil de Yecla para ofrecer sus servicios al golpista Tejero. Rubalcaba
lo llevó al Ministerio del Interior, y Zoido, actual ministro, lo colocó en el
tercer lugar del Ministerio. Su padre fue candidato de Fuerza Nueva, su hermano
presidía el Constitucional cuando sentenció el Estatut catalán. ¡Vaya currículum para un defensor de la democracia!
Martes 3, Felipe VI, Jefe del Estado, consideró
oportuno salir por fin a la palestra para justificar su sueldo. ¿Qué dijo? Nada que pudiera molestar al
inquilino de la Moncloa. ¿Ese es el papel de la monarquía constitucional? ¿Es
esa la función del Jefe del Estado ante la mayor crisis de su Estado? Nuestro
siglo XX está lleno de desencuentros borbónicos con el país, ¿estamos ante el
primero del siglo XXI? ¿Para quién habló Felipe VI? Ni una mención a los
heridos ni al diálogo que casi todo el mundo pide y la situación demanda con
urgencia. Ni un gramo de empatía.
DE L’1 AL 9
En medio el 6 y más allá el 12. Las patrias
entrecruzan sus caminos y casi siempre se ponen obstáculos. Juegan al escondite,
cuando no a juegos menos inocentes.
6 de octubre de 1934, Lluís Companys, President de la Generalitat, proclama “l’Estat
Català dins de la República Federal Espanyola”. El presidente del gobierno
de la II República, el también catalán Alejandro Lerroux, decreta el estado de
guerra. En el contexto actual, más que un símbolo. Lo ocurrido en 1934 es un
síntoma de las dificultades no resueltas que arrastramos para construir un
Estado plurinacional que a todos acomode. ¿Tan difícil es? Esta claro que sí.
Desde la Renaixença (1833-1892), Catalunya lleva reconstruyendo su identidad nacional, con las
dificultades propias de una nación sin Estado. La Renaixença valenciana (1833-1909) fue más larga, más poética y
menos política. No dejó poso. Tal vez, como dice Fuster, faltó una burguesía
industrial capaz de sostener una revolución liberal. Todos los estados nación
europeos nacen en el siglo XIX. España
llega tarde y mal a la cita con la historia, lastrada por su larga
decadencia como Imperio. Así se configura un Estado sin nación que contiene varias
naciones sin Estado. Un desfase no resuelto ni con dos dictaduras, varios
golpes de estado y una guerra incivil.
Hay muchos puntos de confluencia entre Catalunya y
el País Valenciano. La lengua no es el único. Nuestras economías mantienen relaciones
que van más allá de las que tienen territorios vecinos. Ambos países forman
parte del mismo eje mediterráneo, un
verdadero eje de prosperidad para España y para Europa, olvidado por el Estado
durante demasiado tiempo por motivos ideológicos. Ni lengua ni economía son
suficientes para construir una sola nación. Desde siempre, ambos territorios
han recorrido su propio camino. Cada cual tiene su historia, sus instituciones,
sus fiestas, su épica,… Una parte de la valenciana comenzó el 9 de octubre de 1238. Ese día, las
tropas de Jaime I entraron en Balansinya,
que poco después pasó a llamarse Valencia. ¡Feliz 9 de Octubre!
URBANO GARCIA
Imágenes:
1. Represión en Barcelona el 1-O. Diario Público
2. Cuadro de la batalla del Puig, antes de la conquista de Balansinya por Jaime I