“Me van a obligar a hacer lo que no quiero hacer”, con
esas palabras amenazantes acompañó Rajoy su penúltimo paso hacia el abismo, el
control directo de las finanzas catalanas por parte de Montoro. De facto,
aplicación del 155. Otra vuelta de tuerca al torniquete catalán y de paso al
Estado Autonómico. Está claro que el Presidente del Gobierno ha decidido pasar
el Rubicón y lanzarse con todos los aparatos del Estado a la conquista del Principat. Conquista, sometimiento,… ¿Nueva
Planta? Materia para un guión de Juego de Tronos, si no fuera por el dramatismo
real del momento.
Hace unos días, la
revista Nació Digital publicaba una
interesante entrevista a Josep Fontana. El historiador decía que “Espanya com a estat nacional és una creació recent, data del segle XIX”, hasta mitad del reinado
de Isabel II, el nuevo estado-nación no tenía ni bandera ni himno, y más que
una nación era un imperio en decadencia, apuntaba. Un análisis para tomar nota.
Rajoy con su sentidinho va camino de emular al
bombero pirómano. Su forma de apagar el fuego catalán da más combustible a un
conflicto alimentado por su inmovilismo y por su negativa a buscar soluciones
políticas a un problema político. La judicialización suele ser una salida rápida,
simple y temporal a problemas complejos y profundos, como es el territorial. Una
falsa solución.
A la incautación de carteles, cierres de páginas
web, citaciones judiciales a alcaldes insumisos,… se suma la prohibición
cautelar de actos informativos, dentro y fuera de Catalunya. Sobreactuación
represora que rezuma autoritarismo y que da árnica y argumentos a las víctimas.
A pesar de todo, las propuestas políticas no
faltan, ninguna a iniciativa del gobierno de Rajoy. Las fórmulas van desde el
apoyo incondicional a Mariano y su ejecutivo defendido en el Congreso por los
Ciudadanos de Rivera, a una asamblea de cargos electos a propuesta de Podemos,
o una Comisión interparlamentaria que estudie la reforma territorial (PSOE).
Todo es posible aún cuando el tempo histórico se acelera a medida que nos acercamos
a la fecha clave del 1 de octubre.
EL DEDO Y LA LUNA
Mientras el ojo catódico nos entretiene fijando
nuestra mirada en Catalunya y poniéndonos orejeras para que no veamos el resto,
el mundo sigue girando. El Consell
suma a todo el arco parlamentario en su Pacto Valenciano contra la Violencia de
Género. El paso más importante dado hasta ahora por un gobierno autonómico para
erradicar esta lacra. Sin embargo, el PP se descuelga del 28-O, la reivindicación
unitaria de una financiación justa para nuestro país, mostrando a las claras lo
poco que le preocupan los intereses valencianos. Por otra parte, en el juicio
de la Gürtel se acumulan las pruebas que certifican la financiación ilegal del
PP, dentro y fuera de campaña electoral. También que altos cargos del partido
de Rajoy, como Ana Mato, vivieron a cuerpo de rey gracias a las dádivas de
Correa y sus secuaces. Oxfam Intermon vuelve a poner el dedo en la llaga al
denunciar ante Bruselas que, a pocos días de que termine el plazo (28 de
septiembre), España sólo ha acogido a 1 de cada 10 refugiados de los que se
comprometió con la Unión Europea. Los incumplimientos del PP merecerían un
fuerte tirón de orejas por parte de las instituciones comunitarias. Veremos si no
miran hacia otro lado como con la grave crisis de los rohingyas huidos de Myanmar y refugiados en Bangladesh. Trump acude
por primera vez a Naciones Unidas para hablar de lo mal que funciona la ONU y ofrecer
sus soluciones mágicas, o sea su red de empresas y negocios transnacionales. Kim
Jong-un de la dinastía coreana de los Kim sigue jugando a lanzar cohetes como
quien lanza monedas en un pozo a la espera de que la vida se las devuelva. Y Maduro
se suma al diálogo auspiciado entre otros por Zapatero, pero TVE solo habla de
caos en Venezuela…
OTOÑO
Llega el otoño con la puntualidad que el cambio
climático permite. Reabren las escuelas con permiso de la Diputación alicantina.
El curso político se inicia con el debate sobre el estado de la Comunidad. La
agenda institucional se va completando a medida que se consume la legislatura.
Se aprueban medidas adicionales para resolver temas pendientes y evitar que se
cronifiquen. Se calientan motores de cara al Día Nacional de la Patria
Valenciana en loor de tradición, como mandan los cánones. Pero la economía sigue
gripada, con la financiación autonómica manifiestamente mejorable y ni atisbo
de avance en el horizonte. Volverán les
feuilles mortes y el PP volverá a
quedarse con el culo al aire, a no ser que cautelarmente Rajoy prohíba el futuro.
URBANO GARCIA
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