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jueves, 22 de febrero de 2018

BRECHAS

Del #MeToo hollywoodense a los abanicos rojos y el #MásMujeres de la Gala de los Goya. Aperitivos de la huelga del segundo sexo programada para el 8 de marzo. La librería de Isabel Coixet no fue la más pero sí la mejor galardonada en los Goya. Excepción a la regla.
                  
Se ha avanzado mucho en igualdad, pero sigue habiendo diferencias en los sueldos de hombres y mujeres. Y no sólo en el mundo del cine. Esa brecha supura en todos los oficios y latitudes. La denuncia se viste ahora de papel cuché, pero los sindicatos llevan tiempo clamando en el desierto. Las salidas a la crisis que han aplicado las derechas han ahondado las diferencias. Y las mujeres –esa mitad del cielo de la que hablaba Mao- han sido las peor paradas. El aumento de la precariedad, los trabajos temporales y mal pagados, se han cebado en mujeres y jóvenes. Cuando se suman las dos circunstancias, los resultados suelen ser catastróficos. Los jóvenes han ocupado la mal llamada economía colaborativa, ese nicho de trabajo en régimen de semi esclavitud con aroma a revolución industrial 2.0. Capitalismo de plataforma, dicen los sindicatos. Vuelta a los orígenes. En vez de telares, las nuevas máquinas herramientas son bicis y grandes mochilas con capacidad para satisfacer las exigencias del acelerado mercado de las redes sociales. Nada nuevo bajo el sol. Los llaman autónomos pero son esclavos de una reglas que ni pactan ni negocian. Los sindicatos están proscritos de lo que parece una distopía pero que es un nuevo capítulo de la vida misma.         
                  
“Mejor dejémoslo, ahora no toca”, contestó Rajoy a un periodista. ¿Cómo que no toca?

CONGELADOS
                  Si por Rajoy fuera, no tocaría nada. Su agenda está congelada. Como el clima que nos tiene ahora tiritando con una pseudo glaciación, tras comenzar el invierno con temperaturas tropicales. Así no hay quién pueda con la gripe. A la hiperactividad de don Mariano cuando gobernó con mayoría absoluta, siguió el susto de perderla. Y ahora a pararlo todo, no sea que desandemos el camino de la desigualdad tan currado por él en la X legislatura. Un alargado cuatrienio en que el PP hizo y deshizo a su antojo. 

Nunca como ahora se habían vetado tantas propuestas de la oposición. Medio centenar de iniciativas parlamentarias, aprobadas por mayoría de la Cámara Baja, están recurridas y paralizadas por el tándem PP+C’s, pareja de hecho contra la igualdad. Argumento: suponen un incremento del gasto, tema tabú para la Unión Europea. 

La Regla de Gasto se ha convertido en un corsé contra la igualdad. En una camisa de fuerza neoliberal para hacernos comulgar con ruedas de molino. Una regla que sirve igual para intervenir las cuentas autonómicas como para entrar a saco en los Ayuntamientos. La reforma de la propia Regla de Gasto, aprobada por una mayoría de diputados, está siendo boicoteada por el gobierno, en un alarde de cinismo difícil de igualar. El incremento de las pensiones o la subida del salario mínimo reciben el mismo maltrato por un gobierno sólo ocupado en convertir el laberinto catalán en un cul-de-sac judicial.

CADENA PERPETUA
                  O Catalunya o el capote de la prisión permanente revisable, eufemística forma de referirse a la cadena perpetua. Suenan tambores de populismo y las huestes del PP y C’s se apuntan a él con entusiasmo. En la X legislatura, la del rodillo, la mayoría absoluta del PP endureció las penas para los delitos de opinión, recortando la libertad de expresión a niveles del tardofranquismo, e instaurando la prisión permanente revisable. El PP buscaba agradar al votante más conservador. El PNV y el resto de la oposición frenaron, cuando pudieron, este retroceso democrático.
                  
El brutal asesinato de Diana Quer y una astuciosa campaña de su padre han vuelto a colocar el tema en la agenda política. El sensacionalismo mediático, siempre atento a hacer caja sin mirar con qué, no ha dudado en sumarse al coro de fans de la ley de Talión. El 25 aniversario del descubrimiento del brutal asesinato de “las tres niñas de Alcácer” ha contribuido a caldear, más si cabe, un ambiente altamente inflamable. Mientras, en los tribunales y en el Congreso, se juzga la financiación ilegal del PP, no sólo el valenciano. No están todos los que son. 

El PP pide reinstaurar la cadena perpetua y argumenta la prescripción de los delitos por corrupción que le afectan. Y aunque Camps figura en todas las quinielas, sigue descojonándose desde su despacho en el Consell Jurídic Consultiu. A cargo del contribuyente, claro. Esa es otra brecha y no pequeña.     

URBANO GARCIA
urbanogarciaperez@gmail.com

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