Ardió durante el franquismo, en el acertado título de
la serie con la que Paco León fabuló la larga estancia de Ava Gardner en la
capital de la dictadura. Y está volviendo a arder con una campaña electoral a
la que nos arrastran todos los días, aunque sólo voten los residentes en la
comunidad madrileña. Día sí, día también, somos llamados a rebato por cualquier
ocurrencia de quienes dirigen las campañas. O por cualquier noticia procedente
de los juzgados que altere el sensible tablero electoral. Es lo que pasó el
domingo 11, cuando el Juzgado n.o 5 de Madrid anuló las candidaturas
de Toni Cantó y Agustín Conde (ex alcalde de Toledo), por no residir en esa
comunidad en el plazo marcado por la ley. No cabe recurso contra la sentencia, pero
el PP la ha recurrido al Constitucional. ¡Vaya libertad!, … para delinquir. ¿Es
la que quiere el PP? ¿Será el fin de la carrera política de Cantó? O, ¿seguirá en
ese gran teatro bufo que para él es la política? ¿Volverá a C’s con el acta entre
las piernas?, o ¿será nombrado gestor de los teatros del Canal, si Ayuso gana
las elecciones con el apoyo de los neofranquistas? ¿Nos queda por ver algún
acto más de este émulo de don Perlimplín, adicto a los polvos mágicos de
perlimpinplín? La cita madrileña nos está dando una buena dosis de
entretenimiento y enseñanzas en medio de la terrible pandemia. Cantó canta.
ESTRATEGIAS
Lejos
de calmar a las fieras, la crisis sanitaria tensa más si cabe un panorama ya de
por sí bastante agitado. De nuevo vemos la polarización de la política en la
configuración de los bloques madrileños. El PP sabe que la mayoría de sus posibilidades
de gobernar pasa por el apoyo de los neofranquistas. Y éstos intentan por todos
los medios no ser fagocitados por un PP que vuelve a la identidad de sus
esencias franquistas. En el otro margen ocurre algo parecido. Sólo sumando
todos los votos progresistas darán una mayoría de progreso. Así están las cosas,
poco antes de que empiece la campaña electoral madrileña.
En función de esos objetivos,
cada cual desarrolla sus estrategias. Unos y otros, fichando en ese espacio en
descomposición, o en venta, autodenominado de “centro”. Y los de más allá,
intentando pescar en el terreno de las esencias, de derechas y de izquierdas. Del
tarro de las esencias de la derecha queda poco por rascar. La competencia por
hacerse con los despojos ideológicos del dictador es brutal, como brutal es el
sesgo con que tiñen sus propuestas los principales aspirantes: PP y
neofranquistas. Ambos siguen tácticas similares, para ganar Madrid queman Cataluña,
para ganar votos en el barrio de Salamanca montan bronca en Vallecas. Si de
paso consiguen algún voto obrero despistado, miel sobre hojuelas.
Más
incógnitas hay en la rama izquierda del madroño. La presentación de Pablo
Iglesias como candidato sacudió la campaña. Unidas Podemos también juega esa
partida, mientras que Más Madrid ve desinflarse sus expectativas. Por su parte,
el PSOE de Gabilondo, asesorado por Iván Redondo, juega la baza de la
moderación y la sensatez. Pero la imprevista entrada en el juego de Pedro
Sánchez, poniendo en duda -desde Angola- las cifras de la Covid-19 en Madrid, ha
desplazado el foco de atención del candidato al presidente. Duelo buscado por
Ayuso. Del socialismo al comunismo y de ahí a Pedro Sánchez, el caso es fijar
bien el enemigo. Las izquierdas deberán movilizar todos sus votos posibles si
quieren vencer.
VACUNACIONES
Diez
días después del Viernes de Dolores, el aumento de contagios, ingresos y UCI fue
el precio por “salvar la Semana Santa”. Mientras, la vacunación se adapta a la
recepción de vacunas. La Janssen, con su dosis única y su fácil transporte, acelerará
el ritmo. Como se ha demostrado con la radical disminución de muertes en residencias,
la vacuna es el mejor freno de la pandemia. Y eso que, en estos tiempos de
angustias, también las vacunas aumentan la incertidumbre. Nunca habíamos seguido
en directo los ensayos clínicos de un medicamento. Con las vacunas conocemos al minuto y por streaming cualquier
incidente. Y eso no tranquiliza, precisamente. No siempre es bueno el exceso de
información.
NOTA: Nadie duda que tras la pandemia el mundo cambiará. Habrá que revisar muchas cosas. Entre ellas, la actual globalización. Mercados más próximos, más inversión en sanidad y educación, y recuperar industrias básicas. Por eso, es inexplicable el visto bueno ministerial a la ampliación del Puerto de València. Una inversión insostenible que no resuelve el retraso de nuestra conexión por tren con el resto de Europa.
URBANO GARCIA
Imagen: Cartel de la serie ¡Arde Madrid!
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