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miércoles, 15 de diciembre de 2021

LA ROJA Y EL PAPA

 

                Sin duda, el encuentro privado de Yolanda Díaz, la vicepresidenta del Gobierno, y el Papa Francisco ha sido una de las buenas noticias de este diciembre tan colmatado de catástrofes. Una comunista hasta la médula hablando de cómo está el mundo con la máxima autoridad del Estado Vaticano, y máximo representante de la más inmensa comunidad de católicos creyentes, durante poco más de 40 minutos. Un tiempo precioso y preciso, ¿para cambiar la historia? No creo. Un encuentro que es síntoma de una normalidad que algunos se niegan a reconocer. El diálogo es lo normal, no la bronca y el desencuentro. ¿Qué hay diferencias entre Francisco y Yolanda? Pues claro, lo raro es que no las hubiera. Pero también hay puntos de encuentro. Y la lista de éstos es interminable. Empezando por los refugiados.

En el tema de la acogida están más de acuerdo la teoría y la práctica del Papa Francisco con las de Yolanda que con las de muchos gobernantes católicos y apostólicos, que utilizan a los refugiados como moneda de cambio para sus intereses. O con las de quienes difunden bulos y mentiras sobre menores acogidos para extender el virus del odio al diferente. Eso sí, luego mucho golpe en el pecho y misa diaria.

Pero la lista de temas en los que ambos mandatarios tienen opiniones parecidas no termina ahí. A nadie se le escapa que a ambos les preocupa y ocupa la gestión de la economía y el empleo. Aunque en esa cuestión, seguro que Yolanda tiene más que decir. Aunque el Papa también dejó por escrito en su encíclica Fratelli Tutti algunas reflexiones sobre la precarización del empleo que el capitalismo está fomentando. El precariado ya no es una anécdota en las relaciones laborales. Ha pasado a ser su forma más corriente, casi su norma. Y aunque afecta sobre todo al empleo de los más jóvenes, ningún tramo de edad ni ocupación está libre de esta perversa forma de contratación. Regular el trabajo precario forma parte de los objetivos de la ministra. Precarizar el trabajo fomenta la desigualdad. Lo dice el último informe de Cáritas, que seguro que el Papa de Roma y Yolanda conocen.

De la crisis pandémica salimos más precarios y más desiguales, más frágiles y más vulnerables. Pero no en todos los países se está saliendo igual. No en todos los países se está legislando para que la crisis no afecte más a los más débiles. Posiblemente, desde la cartera que gestiona comunista gallega es desde uno de los que más se está haciendo para que tengamos una salida más justa. Al menos es lo que pretende conseguir la ministra con la reforma de la reforma laboral que hizo el PP de Mariano Rajoy sin encomendarse a dios ni al diablo. Reformar, ampliar y derogar los aspectos más lesivos de una ley que hace que el 90% de los nuevos puestos de trabajo sean precarios.

Luego está la lucha contra la crisis climática. Más compleja que la compleja lucha contra el virus del SARS-Cov-2. Vemos y sufrimos las consecuencias del incremento de la temperatura del planeta. fenómenos meteorológicos como los huracanes o los temporales son más frecuentes y extremos. Las imágenes de algunas zonas del estado de Kentucky son una muestra de la devastación dejada por la última cadena de huracanes. O las inundaciones causadas por las lluvias extremas en el nordeste de la península ibérica. Tiene el Papa Francisco una encíclica sobre el medio ambiente y la crisis climática, Laudato Si, en la que radiografía la salud del planeta y habla de sus cuidados. Sí, también el planeta necesita cuidados. La lista de temas de los que podían hablar Yolanda y Bergoglio dan para mucho más de 40 minutos.

La reacción de la caverna mediática no tardó en llegar, tampoco la de quienes se sienten más guardianes de las esencias católicas que el propio Papa de Roma, como Macarena Puentes, responsable de comunicación del PP de Madrid, quien calificó de “cumbre comunista” el encuentro de la ministra con el Papa. A nadie sorprende ver la reacción de las derechas y sus voceros mediáticos ante un Papa que se preocupa por el estado del mundo. Esas derechas que ni se enteran de lo que se cocina en sus fogones.

LA COCINA DE MARIANO

                   Terminó sus sesiones la comisión parlamentaria del llamado caso “kitchen” con la comparecencia de Mariano Rajoy, presidente del Gobierno cuando se produjo el uso de medios de seguridad del Estado para destruir pruebas contra el PP en manos del ex tesorero del partido. Y don Mariano, como no podía ser de otro modo, lo negó todo. Hasta que hubiera una o varias cajas b en el PP, como han sentenciado tres tribunales diferentes.

                Mientras asistíamos a un capítulo de la “la cocina del PP”, nos llegó la noticia de que la cocina del emérito estaba más despejada, tras confesar el fiscal suizo que investigaba los 100 millones de dólares que cobró Juan Carlos de Arabia Saudí, la dificultad para obtener pruebas. La opacidad de Arabia y la ocultación del rastro de la operación ilícita salieron al auxilio de la corona. ¿Busca lo mismo el PP?

URBANO GARCÍA

urbanogarciaperez@gmail.com

Imagen: Yolanda Díaz y el Papa Francisco/ Blasting News


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