Son las siglas de Govern Obert. Se trata de una iniciativa nacida en Internet y que ya cuenta con centenares de seguidores http://governobert.socialgo.com/. Hacía falta. O al menos eso demuestra la buena acogida que ha tenido su aparición. Responde a la necesidad de aumentar la transparencia de nuestras instituciones democráticas. Vamos que una parte de la ciudadanía, tal vez la más consciente y por tanto responsable, reclama una mayor calidad democrática. Suele ocurrir cuando los representantes políticos no están a la altura de la sociedad a la que dicen representar. Y aquí, en esta tierra de oportunidades y oportunistas la distancia es abismal.
Además, la sociedad cuenta en la actualidad con los instrumentos necesarios para mejorar de forma notable su participación en la res pública. Me refiero a los avances informáticos. Sin ellos todo sería más difícil. Pero como demuestra la tozuda realidad, que existan esos medios no significa que se utilicen de forma adecuada para favorecer los intereses de la ciudadanía.
Además, la sociedad cuenta en la actualidad con los instrumentos necesarios para mejorar de forma notable su participación en la res pública. Me refiero a los avances informáticos. Sin ellos todo sería más difícil. Pero como demuestra la tozuda realidad, que existan esos medios no significa que se utilicen de forma adecuada para favorecer los intereses de la ciudadanía.
A pesar de los 35 años transcurridos desde la muerte del dictador, las instituciones de gobierno del Estado español siguen siendo poco transparentes. Sigue sin haber una ley que garantice el derecho de acceso de los ciudadanos a la información oficial.
Uno de los proyectos estrella de esta legislatura, la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, ha sido aplazado sine die, tal vez a la espera de que vengan esos tiempos mejores que nunca llegan. Por lo que respecta a las administraciones locales y autonómicas, la opacidad, en ocasiones, es absoluta. Y nada ni nadie garantizan que la situación vaya a mejorar. La crisis sirve de excusa para justificar todo tipo de aplazamientos, menos los que satisfacen la insaciable avidez de los mercados. Por eso, depende de nosotros que nuestra casi recién estrenada democracia no se quede de nuevo rezagada. Así al menos lo entienden los promotores de Govern Obert.
Sus propuestas son breves, pero tienen calado suficiente como para modificar de forma muy positiva las relaciones de los ciudadanos con las instituciones. Las resumen en una proposición de ley –se puede leer en su web- que les gustaría que fuera asumida por todos los partidos políticos de cara a las próximas citas electorales. Lo importante es empezar.
Para Govern Obert se trata de andar el camino que va de la democracia representativa que ahora tenemos, a una democracia participativa más acorde con el siglo XXI en el que estamos. Para lograrlo, además de leyes hace falta poner los medios técnicos al alcance de todos los ciudadanos. Es decir, universalizar la banda ancha, permitir el acceso público y gratuito a internet, fomentar el software libre, formar a la ciudadanía en el uso de las nuevas tecnologías de la información,…y reducir la brecha digital entre territorios y personas. En resumen, hacer del ciudadano un sujeto activo de la democracia y no un simple consumidor de todo tipo de basuras.
Uno de los proyectos estrella de esta legislatura, la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, ha sido aplazado sine die, tal vez a la espera de que vengan esos tiempos mejores que nunca llegan. Por lo que respecta a las administraciones locales y autonómicas, la opacidad, en ocasiones, es absoluta. Y nada ni nadie garantizan que la situación vaya a mejorar. La crisis sirve de excusa para justificar todo tipo de aplazamientos, menos los que satisfacen la insaciable avidez de los mercados. Por eso, depende de nosotros que nuestra casi recién estrenada democracia no se quede de nuevo rezagada. Así al menos lo entienden los promotores de Govern Obert.
Sus propuestas son breves, pero tienen calado suficiente como para modificar de forma muy positiva las relaciones de los ciudadanos con las instituciones. Las resumen en una proposición de ley –se puede leer en su web- que les gustaría que fuera asumida por todos los partidos políticos de cara a las próximas citas electorales. Lo importante es empezar.
Para Govern Obert se trata de andar el camino que va de la democracia representativa que ahora tenemos, a una democracia participativa más acorde con el siglo XXI en el que estamos. Para lograrlo, además de leyes hace falta poner los medios técnicos al alcance de todos los ciudadanos. Es decir, universalizar la banda ancha, permitir el acceso público y gratuito a internet, fomentar el software libre, formar a la ciudadanía en el uso de las nuevas tecnologías de la información,…y reducir la brecha digital entre territorios y personas. En resumen, hacer del ciudadano un sujeto activo de la democracia y no un simple consumidor de todo tipo de basuras.
DEMOCRACIA
Govern Obert se sitúa entre los nuevos movimientos cívicos que utilizan los avances tecnológicos para mejorar el control ciudadano sobre sus administraciones. La transparencia en el gobierno ya es una utopía realizable. La Open Government Directive de Barack Obama abrió el camino.
Y salvando las distancias, está en la línea del ciberactivismo de Anonymous y del periodismo de Julian Assange, revelando los secretos mejor guardados de la diplomacia. O, como ha anunciado WikiLeaks recientemente, dando a conocer los nombres de quienes esconden sus patrimonios en paraísos fiscales.
Internet también ha jugado un papel fundamental en las revueltas que han terminado con la dictadura de Ben Alí en Túnez. En un mundo globalizado, es más difícil ponerle puertas a la libertad. Tal vez por eso, otros regímenes autoritarios del Magreb han puesto a remojo sus barbas.
Podríamos decir que la corriente de la historia va en la dirección de mayor transparencia y más calidad democrática, aunque a veces cuesta creerlo. Especialmente aquí, en esta autonomía, en donde la opacidad y la falta de transparencia caracterizan las relaciones de las administraciones públicas con la ciudadanía.
URBANO GARCIA
Y salvando las distancias, está en la línea del ciberactivismo de Anonymous y del periodismo de Julian Assange, revelando los secretos mejor guardados de la diplomacia. O, como ha anunciado WikiLeaks recientemente, dando a conocer los nombres de quienes esconden sus patrimonios en paraísos fiscales.
Internet también ha jugado un papel fundamental en las revueltas que han terminado con la dictadura de Ben Alí en Túnez. En un mundo globalizado, es más difícil ponerle puertas a la libertad. Tal vez por eso, otros regímenes autoritarios del Magreb han puesto a remojo sus barbas.
Podríamos decir que la corriente de la historia va en la dirección de mayor transparencia y más calidad democrática, aunque a veces cuesta creerlo. Especialmente aquí, en esta autonomía, en donde la opacidad y la falta de transparencia caracterizan las relaciones de las administraciones públicas con la ciudadanía.
URBANO GARCIA
Imágenes:
1 LOGO GOVERN OBERT. De http://governobert.wordpress.com
2 PILARES OPEN GOVERNMENT. De www.goodspeedupdate.com
3 POR UN GOBIERNO TRANAPARENTE. De www.atinachil.cl
4 LEY DE TRANSPARENCIA. De www.loretoside.com
5 OPEN GOVERNMENT PRINCIPIOS. De www.blogs.gartner.com
6 OPEN GOVERNMENT ESTRUCTURA. De www.dot.gov
7 DIBUJO OPEN GOVERNMENT DIRECTIVE. De http://thesiteman.blogspot.com
8 CARETA ANONYMOUS. De www.moralesdeurioste.blogspot.com
9 WIKILEAKS. De www.actuable.es
10 CARTEL DE BEN ALI EN TUNEZ. De www.lavanguardia.es
11 FOTOMONTAJE DE LOS TRAJES DE CAMPS. El Flaco
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