Apretar lo suficiente para que tengan
miedo, pero no tanto como para que pierdan la esperanza. Es lo que piensan
todos los tiranos. Y es que la esperanza actúa como talismán, como palabra
mágica. Tras ella está la capacidad de la ciudadanía para cambiar las cosas,
para poner fin al sufrimiento gratuito. También la utopía lleva su nombre. Hasta
en la saga literaria de moda, hablo de Los
juegos del hambre, se habla de la esperanza como alimento para la
resistencia. En cierta medida, poner esperanza en donde sólo hay desencanto es
la gran contribución del 15M. Ahí radica su fuerza. El 15M ha levantado un muro
de esperanza ante el determinismo de un capitalismo desalmado. Pero no basta.
La esperanza es necesaria, pero no suficiente. Como tampoco lo es lograr parar
algún desahucio. No digo que sea inútil, ¡no!, no es eso. Pero por cada
desahucio que se frena, decenas se ejecutan. Hay que conseguir cambiar las
leyes. Ese es el reto. Lograr que se legisle pensando más en las personas y
menos en los mercados. El 15M ha conseguido hacer visible el sufrimiento de
mucha gente. El dolor de miles de personas que lo están pasando mal, muy mal,
con la llamada crisis y que no es otra cosa que la excusa de la derecha para dinamitar
con sus políticas la paz social. Donde hay adocenación, el 15M pone debate
político. Donde injusticia, solidaridad. Donde impotencia, la fuerza de un
movimiento social joven y con empatía. Donde soledad, la compañía de cientos de
personas aquejadas de las mismas dolencias. Donde silencio, la libertad de decir
lo que se piensa ante los otros. El 15M es mucho más que una terapia social. Mucho
más que una revuelta juvenil. Mucho más que una moda simpática que brota en
primavera.
TRACAS
Hacía
semanas que tanto Democracia Real Ya
como el 15M habían anunciado -por
internet y en la forma más tradicional de carteles pegados en las paredes- su
convocatoria para el 12 de mayo. Un año después de su irrupción en la adocenada
escena política de nuestro país, hay más motivos para la protesta. Hacía
semanas que habían anunciado su intención de acabar la manifestación en la
simbólica plaza del Ayuntamiento, rebautizada hace un año como del 15M. Hacía
semanas que habían manifestado su intención de concluir la marcha con una
asamblea en dicha plaza. Pero Rita echó mano de sus argucias de antigua jefa de
prensa del Gobernador Civil Fernández del Río, ¡sí!, el de la pantaná, el del 23F, y, ni corta ni
perezosa, mandó montar una mascletà en medio de la plaza. ¡Será por petardos!
La verdad es que la alcaldesa y la delegada del gobierno forman un buen tándem
reaccionario. Las dos compiten por ver quién es más facha. ¿Qué buscaba la
alcaldesa? ¿Es que no se imaginaba lo qué podía ocurrir? ¿Es que a esta mujer
la cabeza solo le sirve para cardársela? Ya se sabe que las pistolas las carga
el diablo. Y podía haber ocurrido una desgracia, ¡claro que sí! Una desgracia
de la que rápidamente se habría culpado al 15M. Y eso que los organizadores de
la marcha se desmarcaron de quienes querían ocupar la plaza. Con la culpa
habría venido la penitencia, y las multas y hasta el más que seguro paseo por
los tribunales. Todo estaba preparado para que Rita, cual Salomé, ofreciera a
Mariano la cabeza sangrante del 15M en bandeja de plata adornada con traca. ¿Y
la delegada? Paula Sanchez de León con no hacer nada tenía bastante. Al menos
eso fue lo que dijeron los del Sindicato Profesional de la Policía Local que, en
rueda de prensa, acusaron de pasividad a la Policía Nacional. Solos, entre los
indignados y los petardos. Así dejó Domínguez, el concejal del OPUS, a unos
pocos policías locales. Podría haber ocurrido una tragedia. Ocurrió un milagro.
Los indignados convirtieron de nuevo la plaza en ágora para el debate político.
Los motivos para el cabreo van en aumento.
DEBACLE
Los
síntomas de alarma siguen creciendo. En suelo patrio, Rajoy amenaza con
intervenir Asturias. En Bruselas, Merkel amenaza a Grecia. En ambos casos se
argumenta vacío de poder tras el paso por las urnas. Manu militari o manu del
capital. El resultado es el mismo: doblegar la voluntad de la ciudadanía y
someterla a diferentes grados de tiranía. Grecia volverá a las unas. Es
previsible que crezcan quienes defienden otra Europa más solidaria y más justa.
También crecen las dudas sobre el futuro del euro y el de la propia Unión
Europea. El premio Nobel Krugman escribía en The New York Times la cronología de un colapso
anunciado si no cambian las políticas de la Unión.
Mientras
todo eso ocurre en el mundo mundial, aquí, por los juzgados, desfilan
implicados, imputados, compinches, encubridores, aprovechados, regalados,
amigos, mangantes y chorizos de la Gürtel que hicieron de nuestra comunidad una
suerte de cueva de Alí Babá abierta a todo tipo de latrocinios, unos en
provecho propio, y otros para financiar, supuestamente, las campañas
electorales del PP valenciano. De aquellos polvos, estos lodos. ¿La debacle?
URBANO GARCÍA
FOTO: Urbano Garcia
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