www.carteleraturia.com

jueves, 26 de diciembre de 2013

CONCERTINAS

No sé si nombre tan musical se debe al sonido que producen al rasgar la carne o hay alguna explicación etimológica que desconozco además de ser un tipo de bandoneón. El caso es que las alambradas de cuchillas –eso son las concertinas- están de plena actualidad. El gobierno de Rajoy las ha vuelto a implantar en la frontera con Melilla. Hasta la iglesia católica ha repudiado su uso por ser contrario a la caridad cristiana y causar dolor innecesario. No opina lo mismo el ministro del ramo de espinas. Jorge Fernández Díaz defiende el carácter disuasorio de las concertinas. La medida está en sintonía con otras adoptadas por el ejecutivo del que forma parte. Medidas todas ellas cuyo único objetivo es disuadir a la población, sea inmigrante o local, de que el mejor remedio contra el dolor es la inmovilidad y el cilicio. La parálisis como bálsamo. No moverse, no hacer nada, no pensar, no protestar,… El silencio como terapia. La resignación como pócima. “También las puso el anterior gobierno”, se defiende el ministro. Las puso y las quitó, le falta decir a Jorge Fernández, en cuanto comprobó su poca eficacia y el plus de dolor que causaban. Desde luego ZP mostró más empatía que él con las personas que se ven obligadas a salir de su país y buscar cómo sobrevivir en otras geografías. Eso a pesar de mantener esa vergüenza que son los Centros de Internamiento (CIE), verdaderos campos de concentración en los que no se respeta ningún derecho humano.   

DISENTIR
                  Es curioso que el mismo ministro del Interior, supernumerario del Opus, sea el responsable de las concertinas y de la mal llamada ley de seguridad ciudadana. Con las primeras pretende, según él, poner coto a la “invasión de inmigrantes”. Con la segunda, poner concertinas a las mentes. Ambas medidas van en la misma dirección: blindar al gobierno de Rajoy de incómodas protestas. Ese parece el objetivo que persigue Mariano y sus mariachis en lo que queda de legislatura. Terminado el periodo de ajustes, ahora tiene que implantar la mordaza, la censura y el discurso único, para que nadie contradiga lo que se dice desde el púlpito de La Moncloa. No lo va a tener fácil. En los próximos meses, sobre el PP va a caer una catarata de imputaciones por diversos delitos de los que tendrá que responder ante la Justicia. Bárcenas, Gürtel, Brugal,… son algunos de los asuntos pendientes. A todos ellos, el PP pretende imponer sordina. Claro que en pleno siglo XXI, nadie ni nada puede poner puertas al campo de la información. Previniendo el incremento de la indignación ciudadana ante tanto desmán, el ejecutivo está desplegando toda una batería de políticas represoras. Cualquier protesta sin autorización gubernativa será sancionada con elevadas multas. No importa que la vindicación sea justa y pacífica, o que se hayan agotado todos los cauces para expresar la indignación. La máxima del PP: primero reprimir, luego multar. Preguntar nunca.

PERSEGUIR
                  No conforme con ciscarse en la libertad de expresión, el ejecutivo de Rajoy pretende invadir  hasta el último rincón de la administración. “Hacienda está llena de socialistas”, así justifica Montoro la caza de brujas emprendida en la Agencia Tributaria, un nido de rojos, según él. En pocas semanas, numerosos inspectores del Fisco han presentado su dimisión. Todo empezó cuando por orden superior se rebajó considerablemente la sanción impuesta por fraude fiscal a la cementera CEMEX, propietaria, entre otras, de las instalaciones de Buñol. La purga ideológica aún no ha terminado, poniendo en solfa la supuesta independencia política de la Agencia Tributaria. Una gota más, tras el trato a favor dado a la hija del Rey y otros episodios de similar enjundia.
                  Las persecuciones no se limitan a Hacienda. Hace unos días, en Xàtiva, al paso de la comitiva del Molt Honorable, unos niños en horario de recreo protestaron porque les habían quitado sus dibus preferidos al clausurar Canal 9. La Consellera del ramo de bendecir, digo de Educación, amenaza con expedientes y no descarta aplicar sanciones a profesores, padres, incluso a los alumnos. No sé si saldremos de la crisis, pero el PP ya nos ha puesto a las puertas del infierno.   
URBANO GARCIA


Imagen: ESD

No hay comentarios:

Publicar un comentario