http://youtu.be/SUw5I2rgkPM
A veces el edificio está
aparentemente bien, pero las vigas están horadadas por la carcoma. Las grietas
aparecen poco antes del derrumbe. Hasta ese momento, nadie había visto el mal
estado de la construcción. Pero ya es tarde para ponerle remedio. El edificio
se desploma y todo el mundo se pregunta el porqué. Aquí, y hablo de esta tierra
antaño de oportunidades, no han faltado las alarmas. Pero se tildaba a quienes
las señalaban de antipatriotas y aguafiestas. La mayoría prefería mirar hacia
otra parte y seguir votando a los mismos, a los que nos hundían más en la
miseria. Los miserables eran ellos, aunque utilizaran toda la artillería de sus
aparatos de propaganda para satanizar al discrepante. Así nos va tras casi dos
décadas de mal gobierno. No ha habido sorpresa. En todo caso, con la crisis se
ha acelerado el deterioro. Ahora se ve mejor la fragilidad del andamio
construido por la derecha. Ahora vemos cómo una forma de entender la política
ha ido carcomiendo todos los mecanismos sobre los que se levantó el
autogobierno. Todo el edificio está podrido.
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Nunca se había ido. Cuando la cesaron como
cancerbera del PP en RTVV se ofreció, gratis total, al servicio de Serafín. Eso
es confiar en los poderes taumatúrgicos de Fabra, Alberto. Aunque antes profesó
fe ciega en Camps y en Zaplana. Lo suyo con el PP es visceral, de corazón,
vamos. No sé si, desde su nuevo cargo al lado del Molt Honorable, Lola Johnson solucionará algo más que su desmedida ambición.
Por lo pronto tendrá que responder en sede parlamentaria por algunas de las peores
tropelías, manipulaciones y saqueos vistos por estos lares. Digo de los que se
hicieron cuando la nueva/vieja portavoz se encargaba de aplicar las órdenes del
Palau de la Generalitat en los informativos
de Canal 9, por ejemplo. Además de Johnson, Fabra ha recuperado otras piezas
fieles al régimen del desguace de RTVV. Otra prueba de que para el PP, RTVV tan
solo era un negociado más del gobierno autonómico. Una perversión que los
valencianos estamos pagando cara. Como dijo Císcar refiriéndose a Johnson, "es una persona que se cree
este proyecto (el del PP), está involucrada y ahora desde otro puesto va a
colaborar en el buen fin del gobierno de la Generalitat". No hace falta decir más. Eso sí, a Johnson & Johnson la
persigue hasta la sombra de la F1.
FIN DE REGIMEN
Después de casi cuatro lustros de hegemonía del PP,
más que de gobierno podemos hablar de Régimen. La derecha ha tejido una tupida
red de complicidades. Ha dictado la agenda y la dieta mediática en función de
su interés partidista. Ha moldeado a su antojo la administración. Ha trufado de
fieles servidores todos los recovecos de la vida política y civil valencianas.
Hasta el TSJ de la CV está bajo sospecha. Se ha ciscado en Montesquieu y su
división de poderes. Apenas hay resquicios no contaminados por su sesgo
ideológico. Sin embargo, por las grietas de ese edificio que la derecha ha
construido a su medida, se cuelan aires de libertad. Tal vez no hayamos llegado
aún a ese momento en que las ratas abandonan en masa el barco que se hunde,
pero todo se andará.
Hace unos días Joan Romero, catedrático de
geografía humana y ex secretario general del PSPV, escribía en las páginas de
EL PAÍS sobre El poder de la estupidez.
Partiendo del texto Allegro ma non troppo
del historiador Carlo M. Cipolla y de sus cuatro categorías de seres humanos:
incautos, inteligentes, malvados y estúpidos, Romero destacaba la estupidez como
la cualidad más repetida en los casi 20 años de gobiernos conservadores que nos
han llevado a la ruina actual. Yendo un poco más allá, hasta podríamos concluir
que incautos, malvados y estúpidos han formado el tripartito que durante estos
años nos han gobernado. ¿Cuándo nos gobernarán los inteligentes?
URBANO GARCIA
Imagen: EFE
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