¡Qué fácil es destruir!,
¡qué barato! ¿Verdad?, Sr Fabra. ¿Verdad?, Sras. y Sres. diputados del PP.
Desde luego mucho más fácil que construir. Duele, eso sí. Pero sarna con gusto
no pica y si es por interés, menos. Que mejor que hacerlo para quedar bien con
quienes le han puesto a uno en la poltrona. Usted no necesitó pasar por las
urnas. Ni sufrir la angustia del escrutinio ciudadano. Lo suyo fue una
designación a dedo en toda regla. Sí, ya sé que forma parte de la tradición de
su partido. También sé que luego sus camaradas le dieron el visto bueno. Pero quedará
en la historia que lo suyo fue una unción decidida por Rajoy y su guardia
pretoriana, en la que Cospedal del Toboso tuvo un papel relevante. Llegó la
hora de devolver los favores. Es posible que éste no sea el único factor para
el cierre de RTVV, pero algo habrá tenido que ver, ¡seguro! Luego está el tema
de las prisas. Ya sabe que son malas consejeras. ¿Tanto le molesta oír voces
discrepantes con su gestión y la de su partido? ¿Es que no soporta la libertad
de expresión? ¿O hay otras causas que obligan a acelerar el proceso de enterrar
en cal viva la memoria audiovisual valenciana de los últimos 24 años? Por
cierto, durante la mayoría de ellos el PP ha hecho y deshecho a su antojo en
RTVV.
MEMORIA
Es bien sabido que la nuestra es frágil. No tanto
como la de los peces, ¡cierto!, pero los pueblos mediterráneos tienen fama de
olvidadizos. Las nuevas tecnologías facilitan mucho la tarea de almacenar
documentos. Tal vez por eso, vivimos de forma tan dramática la pérdida del
disco duro de nuestro ordenador personal. En él volcamos una parte importante
de nuestras vidas. También la memoria de los 24 años de RTVV está almacenada en
discos duros. La memoria audiovisual y la administrativa, tal vez la más
interesante para la investigación judicial. Muchos de los caminos de la Gürtel
pasaban por Canal 9. A buen seguro que allí se guardan –confiemos en que aún
estén- huellas de regalos, compras y
contratos, como los que se hicieron para la visita del Papa en julio de
2006, o algo de la correspondencia entre Pedro García (director de RTVV en
aquella época) y sus amigos de la Gürtel. Tras la noche de los micros cerrados
y el apagón de RTVV es posible que el fundido a negro vaya más allá de las
emisiones. Hay antecedentes. Lo recordaba el diario LEVANTE. En 1980, un
incendio en el Centro de TVE en Valencia hizo desparecer una parte importante
de la memoria audiovisual de la Transición valenciana. Una pérdida irreparable.
Por eso resulta chocante que la policía judicial no se haya hecho cargo de la
custodia de los edificios de RTVV, teniendo en cuenta el material sensible que
alberga. Parece que la celeridad de la justicia tan solo afectaba a cortar la
señal y no a aspectos mucho más inquietantes. Cuando escribo estas líneas, la
única policía que vigila las instalaciones es la autonómica, a las órdenes de
Serafín Castellano, senyor dels paranys y Conseller
de Justicia. Es como si se pone al zorro a cuidar el gallinero.
ANTIVALENCIANOS
Tanto tiempo ofrendando nuevas glorias a España y a
los del PP de la CV se les ha olvidado defender los intereses de los
valencianos, a los que en teoría se deben. No lo digo solo por el cerrojazo a
RTVV, también por la extinción del sistema financiero, por la asfixia a la
cultura, por el desmantelamiento del tejido industrial, por su tibia defensa
del eje mediterráneo, por el abandono de sus obligaciones con los dependientes,…
La lista es interminable. Ante ella, Fabra ha optado por plegarse a los intereses
de su partido. Por ser el primero en la construcción de esa Una, Grande y Libre
que tanto parecen añorar algunos de sus camaradas. Eso y la crisis están
despertando a muchos valencianos que a buen seguro no dudarán en escupir sobre
la tumba de sus sepultureros.
NOTA: Federico López,
luchador antifranquista y dirigente vecinal de Valencia, nos dejó hace poco, antes
de ver cómo el Consell escribía esta
nueva página en la historia de la infamia. Descanse en paz.
URBANO GARCIA
FOTO: Mikel Ponce
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