http://youtu.be/qIeaPSqpvrQ
Lo que ayer era
impensable, hoy es posible. El abuelo de Juan Carlos dejó el trono tras unas
elecciones municipales. Su nieto lo abandona tras las europeas. Los tiempos han
cambiado. Es lo que va del siglo XX al XXI. Podría ser casualidad, pero ya se
sabe que ésta no existe.
Los datos más destacados del 25M fueron el descenso
hasta sus mínimos históricos de los dos grandes partidos (el bipartidismo no
llega al 50%), y el sorpasso de Esquerra Republicana a CiU, en Catalunya. Ambas circunstancias justificarían,
por si solas, la alarma monárquica. Hace tiempo que el sistema instaurado en
1978 da sobradas muestras de agotamiento. Renovarse o morir. En otros países,
crisis parecidas se solventan abriendo procesos constituyentes. Pero aquí sigue
habiendo miedo a un pasado que nos paraliza. En estas circunstancias, renovar
el contrato con la sociedad es lo lógico. Hay más motivos. También la sucesión en
la Jefatura del Estado merece al menos una consulta. Habría que recordar que
Juan Carlos I era rey (cuesta decirlo en pasado) por la gracia de Franco y de
su padre, Juan, que dejó de tener derechos dinásticos cuando Alfonso XIII
renunció a la corona y se autoexilió. Se abre pues un tiempo de incertidumbre
para quienes pensaban que tenían todo atado y bien atado. Juan Carlos ganó su
legitimidad democrática optando por no repetir los errores de su abuelo. Se
desprendió y renunció a gran parte de la herencia de Franco. Y en el 23F renovó
legitimidad apostando por el sentido común. Algún día sabremos qué papel jugó
en todo esto Estados Unidos, y entonces, a lo mejor, se nos caen más los
mitos.
DEPRISA, DEPRISA
2
de junio de 2014, fijen el día que ya es historia. Nadie puede creerse que la
Corona haya improvisado la fecha de la abdicación, coincidiendo también, otra
casualidad, con el Día de la República Italiana. A no ser que el hecho de haber
nacido en Roma haya impreso en Juan Carlos un fatum jubilar, lo más probable es
que el plan de jubilación monárquica, pensado desde hace tiempo, cayó en 2 como
la bola de la ruleta puede caer en 5 roja, puro azar. Buscaban el momento más
oportuno que nunca llegaba. Atrás quedaron muchas mejores oportunidades. Las
posibilidades de encontrar la ocasión más propicia se iban reduciendo. Los
resultados electorales del domingo 25 de mayo encendieron todas las alarmas en
la Zarzuela y en la Moncloa. El abismo se aproximaba a velocidad de crucero y
había que evitar como fuera asomarse al precipicio. Esperar más era suicida
para la Corona. De aquí no pasa, debió pensar Juan Carlos. Y así es como se
activó la estrategia sucesoria. Una vez en marcha el proceso había que actuar
con celeridad. Que la sociedad apenas pudiera asimilar la imparable sucesión de
acontecimientos.
El
guión es el previsto. Los principales actores del reparto sucesorio están sobre
aviso. Los ex presidentes han sido informados con anterioridad sobre los
detalles del procedimiento. El protocolo está ensayado. Se ajustan fechas,
dimisiones,… para que todo cuadre. Nada se deja a la improvisación. La rapidez
es fundamental en la guerra relámpago para pillar desprevenido al adversario.
La derrota es total, el coste mínimo. Funcionó en la Transición, ¿por qué no
ahora?
ENCAJE
Muchos
expertos coinciden en señalar el carácter transitorio del Estado autonómico.
Sólo así es posible concebir que se haya convertido en una fuente inagotable de
inestabilidad. La originalidad del modelo hispano consistió en dar salida a la
pulsión descentralizadora sin romper la unidad de la patria, tan querida por
los poderes fácticos. Pero a aquel diseño del 78 se le van rompiendo todas las
costuras. La cuenta atrás del referéndum
soberanista de Catalunya está en marcha. Desde el 25M lo pilota claramente
Esquerra Republicana. Hay que hacer algo antes de que no se pueda hacer nada,
medita Juan Carlos. A ciertas edades uno no está para muchos trotes. Hace falta
sangre nueva. ¿Qué mejor para legitimarse Felipe que solucionar un problema
para mi irresoluble?, debió preguntarse el monarca. ¿Iniciará Felipe VI el
camino de una reforma constitucional de carácter federal?, o ¿se logrará abrir
un proceso constituyente? Mientras llega ese momento, hay que actuar con
celeridad. Asegurar el apoyo de los 2/3 del Congreso de los Diputados No
importa si el PSOE pierde militancia a girones, ya la recuperará, deben de pensar
sus máximos dirigentes. Con lo que nadie contaba es con que la nueva generación
pide paso exigiendo más democracia y con nuevos métodos de hacer política. De
pronto, todo me parece viejo.
URBANO GARCIA
urbanogarciaperez@gmail.com
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