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miércoles, 22 de agosto de 2018

SUMMER...TIMO

Hasta ahora, el verano era sinónimo de serpiente periodística. Desde que la derecha se ha apuntado al populismo más descarnado, ese espacio es ocupado por las fake news. Un millón de africanos espera en la frontera para asaltar Europa, acabar con nuestra civilización e instaurar el Islam. Así, más o menos, se expresó el masterizado líder del PP en su reciente visita a Ceuta y Melilla. A Pablo Casado le faltó cantar con la Legión “La plaza de Tánger la van a tomar…”, para dar mayor resonancia a sus barbaridades. Que nadie le exija responsabilidades por su desmesura. “Es lo que piensa la mayoría”, continúa, autoproclamándose portavoz de la mayoría silenciosa. Parece que a Casado le gustaría seguir el camino de Salvini, el xenófobo ministro italiano. Y gozar de patente de corso. De este modo se siembra el pánico que alimenta el auge de los fascismos. No hay más que mirar hacia poniente y ver la deriva insolidaria del gobierno italiano. La derecha extrema ha convertido la migración en la palanca para su asalto al poder y para la destrucción de la sociedad del bienestar. Nada mejor que sembrar miedo para dinamitar la convivencia. PP y C’s compiten en ese campo a ver quién lanza la propuesta más bestia. En esa carrera reaccionaria es en la que hay que colocar las declaraciones vía Facebook del vicepresidente de la Diputación de Alicante, Alejandro Morant, por supuesto del PP, mostrándose partidario de las “deportaciones masivas” de inmigrantes. Texto que rápidamente borró y por el que pidió disculpas. Pero lo dicho, dicho está. 
PERCEPCIÓN
                  Relato ficticio sustituto de la realidad. Eso son las fake news. Sin pruebas, sin estar documentado. Ni Sánchez estuvo en València a la llegada del Aquarius, ni el acto solidario se convirtió en una feria de las vanidades como lo describió el masterizado líder del PP. Nada de eso ocurrió, al contrario. Mónica Oltra, vicepresidenta del Consell, fue la primera en pedir que los políticos evitaran “hacerse la foto”. Hasta la radio televisión autonómica evitó convertir la solidaridad en espectáculo, siendo muy criticada por ello. València y el Aquarius se convirtieron en un modelo a seguir. Un ejemplo para muchos países que sólo se miran en el espejo italiano. Frente a los muros, la intolerancia, las extradiciones en caliente, las concertinas, los campos de internamiento,… hay alternativas, como se pudo ver en la llegada del Aquarius a València. 
                  Hace unos días, el barco Open Arms de Proactiva, la ONG catalana, desembarcó en el puerto de Algeciras a 87 inmigrantes rescatados en medio del Mediterráneo y cuyo desembarco en puertos italianos fue prohibido por el gobierno del neofascista Salvini. La Unión Europea lo tiene fácil, tiene dónde elegir. El Comisario europeo para inmigraciones lo dejó claro en su vista a nuestro país. La solidaridad es más barata y gratificante que el modelo Trump. Hace falta más compromiso. 
                  En este tema, como en otros, el papel de los medios de comunicación es fundamental. Seguro que por eso, al PP le ha costado tanto soltar el control de RTVE. Hasta Rosa María Mateo le parecía mal. Bien lo sabe el empresario leonés Ulibarri, presente en el caso Gürtel, en Enredadera, y en todas las salsas con las que el PP condimenta la corrupción. Rita le dio la explotación de la televisión municipal de València, y Ulibarri la dejó marchitar tras sacarle el máximo beneficio posible. Desde entonces, el Consistorio valenciano no tiene su altavoz mediático.
EL CASO OLIVAS
                  Después de su efímero paso por la Presidencia de la Generalitat –comodín de Zaplana tras su marcha a Madrid-, José Luis Olivas fue recolocado al frente de Bancaja. Como jefe del extinto poder financiero valenciano, Olivas aplicó, con disciplina de buen capataz, bálsamo económico a los proyectos megalómanos del PP de Camps y Rita. El modelo inmobiliario valenciano era exportable. Y Bancaja expandió su negocio a México, Hungría y Rumanía, entre otros. Y allí, el tándem Olivas-Cotino, Vicente, con su sociedad de inversiones Share Capital, dejó el mismo pufo que aquí. Un agujero de casi 100 millones de € que hundió un poco más nuestro enjuto poder financiero. El desenlace es de sobra conocido. La banca valenciana dejó de existir. Ahora, desde la administración autonómica se plantea crear una modesta banca pública, necesaria como instrumento financiero al servicio de la ciudadanía y para mejorar la capacidad emprendedora de las pequeñas y medianas empresas, verdadero motor de la economía valenciana. Este verano no sólo arde la Sabor. 

URBANO GARCIA
urbanogarciaperez@gmail.com

IMÁGENES:
1.    Pablo Casado dando la mano a un inmigrante. JOSE CARLOS VILLANUEVA
2.    Llegada del AQUARIUS a València. EP

3.    Camps, Rita, Olivas, Roig con Ecclestone. Eldiario.es 

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