“Junto con el paro, la precariedad es el mayor problema del mercado de trabajo en nuestro país”, dice Unai Sordo, secretario general de CCOO, en su campaña por un plan de choque que le haga frente. Parte del incremento del trabajo precario vino de la mano de la nueva economía basada en aplicaciones informáticas. Muchas de sus plusvalías ya no se obtienen de la propiedad de los medios de producción, sino de la gestión de programas informáticos y de la búsqueda de ventajas fiscales. Los medios de producción, como en el caso de UBER o Cabify, son propiedad del “autónomo” que los mantiene en perfecto estado de revista para no ser penalizado en la valoración de la calidad del servicio. Todo en nombre de la libertad y de un mundo más competitivo. El usuario lo agradece contratando el servicio. Pero la calidad del empleo no hace más que empeorar. Según un estudio encargado por el Parlamento Europeo “el 70% de los trabajadores de plataformas no tiene protección social, es decir, no cotiza para una pensión y carece de prestaciones (…) sus ingresos están entre un 62% y un 43% por debajo del resto de trabajadores”, se dice en un completo dossier publicado por eldiario.es dedicado a Internet, el futuro y la libertad. La reciente huelga en Amazon y la primera sentencia contra una de estas empresas, Deliveroo, por contratar “falsos autónomos” en lugar de crear empleo fijo, es una pequeña muestra de las ilegalidades en las que incurren.
La casuística de estas empresas es muy variada. No es lo mismo Bla Bla Car que UBER, por ejemplo, aunque ambas transporten viajeros en coches o utilicen algoritmos y big data para valorar su servicio. Una se aproxima a la economía colaborativa, la otra responde a otro tipo de negocio.
Los taxis son un servicio público. Forman parte de los planes de movilidad municipales. Los ayuntamientos dan las licencias. La entrada en el mercado de los Vehículos de Turismo con Conductor (VTC) aprovechó un vacío legal que no fue subsanado hasta 2005. Entonces se limitó por ley a un VTC por cada 30 taxis. A pesar del decreto de 2013 que recordaba esta ratio, las licencias VTC siguieron creciendo hasta cuadruplicar el tope marcado. Según datos del Ministerio, actualmente hay una licencia VTC por cada 8 de taxi. En los últimos años, los gobiernos del PP han aplicado el laissez fairey han relajado los controles. Además, algunas sentencias han autorizado licencias denegadas por el gobierno. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, intentó poner orden en este caos, pero el gobierno de Rajoy impugnó la norma municipal por invadir competencias estatales. Hasta que los taxistas dijeron basta. El reciente conflicto es un síntoma de los problemas de una economía en transición, en donde hay que congeniar el uso de la informática, la defensa de los derechos laborales, la libertad y la calidad del servicio. Marx vuelve a estar de actualidad.
URBANO GARCIA
urbanogarciaperez@gmail.com
Imágenes:
1. Dibujo Karl Marx. Blog KAOS EN LA RED
2. Ciclista con mochila de Deliveroo
3. Huelga de taxistas contra VTC. Albert Garcia
No hay comentarios:
Publicar un comentario