Sin duda, uno de los objetivos que perseguían Pedro Sánchez y el PSOE con la moción de censura constructiva –la única posible en nuestra Constitución-, era visibilidad. El trabajado triunfo de la moción amplió el escenario. Fue ganarla y abrirse la caja de Pandora. Los acontecimientos se precipitaron, desencadenando una serie de consecuencias que están lejos de agotarse. Un terremoto sacudió a las derechas, mientras que las izquierdas cabalgaban de nuevo la ola de la esperanza.
Primera consecuencia. La salida forzosa de Rajoy de la Moncloa dejó con el culo al aire a una derecha que gobernaba por encima de sus posibilidades. Un tigre de papel que diría Godard. El efímero retiro de Rajoy al puesto que tenía allí, en Torrevieja, precipitó en el PP el proceso de la sucesión. Sin otra posibilidad que hacer primarias y abrir el partido en canal. El proceso dejó claro que en el PP no son todos los que dicen. Que ganara Casado al “aparato” formaba parte de la baraka que supone toda consulta a una militancia en estado de shock. Ni mejor ni peor que las otras opciones, aunque su discurso le situe en la derecha más extrema y populista. Claro que para trauma el sufrido por Albert Rivera y C’s. Lejos de recuperarse, siguen subidos al más rancio populismo.
Segunda consecuencia. Los iniciales objetivos del PSOE se multiplicaron por mil. Había que conformar un gobierno. ¿En solitario o de unidad para hacer frente a los retos dejados por el PP?, ese fue el primer dilema. Sánchez y su equipo de confianza lo tenían claro, había que seguir ganando la confianza de la ciudadanía. Nada de “aventuras”. Para mayor seguridad lo mejor era ir en solitario. Tener libertad absoluta para conformar gobierno. ¿Con el fin de terminar la legislatura o para salir del trance? En todo caso, hay que mantenerse abierto a cualquier posibilidad, debió pensar Sánchez. Sería un gobierno provisional, como todos, cuya caducidad vendría marcada por la coyuntura. Ahora, la potestad de convocar las elecciones está en manos de Sánchez. Los comicios se convocarán cuando mejor convenga a los intereses electorales del PSOE. ¿Alguien lo duda?
COMPAÑEROS DE MOCIÓN
Como en las luchas antifranquistas, Sánchez contó con “compañeros de viaje” en su moción de censura contra Rajoy. ¿Cheque en blanco? No lo parece. Estamos viendo las dificultades del PSOE para lograr acuerdos que articulen mayorías. El caso de la renovación de la dirección de RTVE fue sangrante. Y lo seguimos viendo estos días con la votación para subir el techo de gasto, o lo que es lo mismo, para aumentar la posibilidad de endeudamiento. No es mucho, poco más del 1%, pero menos es nada, dicen los posibilistas. ¿Le interesa al PSOE negociar y alargar su mandato? El pasado lunes 20, Podemos se quejó de la falta de diálogo. ¿Considera Sánchez que ahora es el mejor momento para ir cerrando la legislatura? Siempre quedará la duda. Las encuestas hablan de buenos resultados para el PSOE, si ahora se convocaran elecciones. Pero la actualidad política es muy voluble y en cualquier momento podrían volatilizarse las ilusiones. El lunes 20, Podemos anunciaba en rueda de prensa que no había ningún avance en las negociaciones sobre el techo del gasto ni sobre la ley de estabilidad presupuestaria, mostraba su escepticismo sobre la marcha de las conversaciones con el PSOE, y sembraba la duda sobre su voto cuando vuelva a plantearse el tema en el Congreso. Compromís también se queja de la falta de diálogo socialista. ¿Afectará a los PGE2019? ¿Es posible aprobarlos sin modificar el techo de gasto? Ambos temas son independientes, pero a nadie se le escapa que el primero condiciona la capacidad de maniobra del gobierno Sánchez. A mayor capacidad de endeudamiento, más dinero a disposición de las autonomías. Ese es el compromiso del Presidente. ¿Y si el PSOE hiciera del proyecto de PGE2019 su programa electoral? Le serviría para marcar distancias a derecha e izquierda. No se trataría tanto de que salieran adelante como de que fueran útiles para dejar claro dónde está cada cual.
EL “BOTÀNIC” ANTE LAS URNAS
Nada más comenzar a sonar el río, los altavoces mediáticos se hicieron eco de esa posibilidad. Algunos no ocultan su deseo de un adelanto electoral, en sintonía con lo que reclama C’s y, en voz baja, también el PP. Con el adelanto, Sánchez, además del factor sorpresa, aprovecharía la situación aún inestable del masterizado líder del PP, pendiente de un tránsito judicial imprevisible. ¿Y los socios de l’Acord de Botànic? Podemos tiene a dos de sus líderes offside y Compromís está pendiente de sus Primarias. Tendrán que ponerse las pilas. Todo sea por el País.
URBANO GARCIA
urbanogarciaperez@gmail.com
IMÁGENES:
- Pedro Sánchez saluda a Rajoy tras la moción de censura. Pierre-Philippe Marcou (REUTERS)
- Pedro Sánchez con Cañamero (UP) tras la moción de censura a Rajoy. Pierre-Philippe Marcou (REUTERS)
- Ximo Puig, Mónica Oltra y Antonio Estañ. Valencia Plaza
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