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sábado, 2 de noviembre de 2019

CUENTA ATRÁS

A veces, el pasado se convierte en una pegajosa capa de chapapote que nos impide caminar, incluso pensar. Alivia quitarse de encima una pesada losa pero no es suficiente para sanar. Dice Ian Gibson que en esa jornada del 24 de octubre vivimos una catarsis. Discrepo con el ilustre hispanista. Catarsis hubiera sido hacerlo en 1977 o en 1982, fechas clave en nuestra transición democrática. Era necesario hacerlo, aunque 40 años tarde pierde mucho de su poder catártico. Cerrado el capítulo del traslado de la momia, Catalunya vuelve a ocupar las primeras planas. Hay canales privados de televisión empeñados en hacer de la noticia un reality show. Todo por la audiencia. Lo mismo les da el traslado del féretro de un dictador (visto de frente parecía un bizcocho recubierto de chocolate), que las manifestaciones en las calles de Barcelona, día y noche, pacíficas y violentas, cara y cruz de una misma indignación. La cuenta atrás de la breve campaña electoral ha comenzado. Desde hace semanas, todo tiene un cierto tufo electoralista. 

DEL 28-A AL 10-N
                  Apenas siete meses de las últimas generales, y volvemos a las urnas. La pérdida de las mayorías absolutas por los dos partidos que se han turnado en la gobernanza española, ha dejado al descubierto la incapacidad política para articular coaliciones de gobierno. No hay tradición, se apunta. Tampoco parece que haya muchas ganas. La mayoría de las autonomías están regidas por gobiernos de coalición. ¿Por qué lo que es posible en ámbitos autonómicos no lo es cuando se trata de gobernar el Estado? Barrunto que no es sólo cuestión de tamaño. La autonómica no deja de ser una administración secundaria, de rango inferior, subalterna, dependiente de la que tiene el poder real. Nada ni nadie cuestiona quién tiene la sartén por el mango y el mango también. Y ojito con ponerlo en cuestión. La sentencia del Procés tiene un sesgo ejemplarizante que a nadie se le escapa. Ver cortar las barbas del vecino, puede leerse como escarmiento. 
                  A la derecha, atenta a sacar partido de las sentencias judiciales –siempre que no sean contra ella-, le hubiera gustado que la del Procés fuera más dura. Nada de sedición, por lo menos crímenes contra la humanidad. Por pedir que no quede. La derecha parece cómoda con la repetición electoral. Nueva oportunidad. El PP baja el tono, mientras que C’s lo sube acosado por las encuestas. Y los neofranquistas contentos tras conseguir que PP y C’s blanqueen su ideario, los acojan en su seno y asuman su agenda.  
                  Lo curioso es que el PSOE también se apunte a sacar rédito político de la situación catalana. Parece que busca compensar la pérdida de votos catalanes ampliando los apoyos en el resto del Estado. Iceta y el PSC no se muestran muy incómodos. Habrá que ver los resultados el 10-N.
                  Los amigos del diálogo no parecen contar con muchas simpatías, ni dentro ni fuera de Catalunya. En ese espacio se mueve Podemos y Compromís. Dialogar siempre es actividad de riesgo. Ahí está el ejemplo de Manuel Azaña. Las ostias le llegaban de todas partes. Poco importa que el modelo territorial pergeñado en la Transición no dé más de sí. El establishment prefiere dejarlo como está, antes de abrirlo en canal.        

ADIÓS OCTUBRE
                  El octubre valenciano despidió su darrer diumenge con el tradicional Aplec de El Puig. Sobre la cita valencianista flotó el último comunicado del Bloc pidiendo “amnistia pels presos polítics de Catalunya”. Alguien tenía que decirlo. La derecha saltó en tromba, como en los 70 pero sin el eco mediático de entonces. Los vultúridos siguen alimentándose de carroña. Compromís va a la cita electoral del 10-N con Más País. Mal menor tras haber probado las hieles de ir en solitario, opinan algunos críticos con las últimas alianzas de la coalición. Aunque ser cabeza de ratón tienen sus ventajas. No hay pugna de liderazgos, afirman los críticos. 
                  Con la anormalidad instalada en la comunidad lingüística, este año no hubo gala de entrega dels Premis Octubre. A pesar de eso, enhorabuena a los premiados. También a Llum Quiñonero que presentó el jueves 24 su relato sobre el asesinato de Miquel Grau. La losa fue un ladrillo sobre la cabeza de Miquel. Aquel 9 de octubre de 1977, la movilización pidiendo el Estatut fue histórica. Y seguimos lejos de la meta. 
 URBANO GARCIA
Imagen:
1. Bescansa, Errejón, Oltra, Iglesias, Garzón y Montero. PODEMOS

1 comentario:

  1. Perfecta radiografía de un momento que parece que se repetirá en un bucle eterno y sin fin.

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