Golpe, pronunciamiento, sublevación, rebelión, alzamiento, … ¿Cómo calificar las amenazas a la democracia lanzadas en WhatsApp por un grupo de militares? Retirados, ¡sí!, pero que cobran del erario sus pensiones y sobrepensiones a base de múltiples medallas y laureadas. ¿Cómo llamar a quienes lanzan amenazas de muerte a decenas de diputados y a millones de ciudadanos por no comulgar con sus opciones franquistas? “No queda más remedio que fusilar a 26 millones de hijos de puta”, dice Francisco Beca, exgeneral de división, con el aplauso de los neofranquistas que ocupan escaño en el Congreso. ¿Cómo calificar una Justicia que ve sedición en unos titiriteros y no la ve en estos golpistas? No hablan del pasado. No lo dicen desde el rincón de la nostalgia. No añoran el ayer. Es lo que les gustaría para hoy y para mañana.
El
Ministerio de Defensa ya lo ha puesto en manos de la Fiscalía del Tribunal
Supremo de Madrid. Veremos qué hace Felipe VI, exjefe de esta cuadrilla de
facinerosos. A Juan Carlos, mejor no preguntarle. Podríamos llevarnos una
desagradable sorpresa. Desde los púlpitos de la derecha hablan de ámbito
privado cuando se refieren al WhatsApp de los exmilíticos. No sé si esperan que
actúen a cara descubierta, con premeditación, ensañamiento y alevosía para distanciarse
de ellos. En 1981, en vísperas del intento de golpe de Estado del 23F, circulaban
con profusión por los cuarteles El Alcázar, ABC, y los chismes
propagados por Fuerza Nueva llamando a la sublevación militar. Ahora circula el
golpismo digital. Entonces, Blas Piñar era el único diputado que tenía el
neofranquismo. Ahora, los que se consideran hijos ideológicos del dictador
ocupan decenas de escaños. “Sí, son de los nuestros”, dijo una iracunda
diputada sujetándose el brazo para que no la delatara. El neofascismo gobierna
en Andalucía y Madrid gracias al PP y a C’s. No hay más que oír a Ayuso, la
monja alférez del Manzanares, para saber quién marca el paso de oca en la
capital del reino.
Felipe
VI, el ahora titular, mantiene su silencio, a pesar de los llamamientos que recibe
desde las filas de la red de ex militares facciosos, mientras que su padre -el
emérito- ha escrito a Hacienda pidiendo regularizar su situación de defraudador
del fisco. ¿Querrá Juan Carlos I comer los turrones en Madrid con la familia? Lo
que ahora pide “el campechano” es saldar una parte mínima de su deuda fiscal,
apenas medio millón de €. Quedará pendiente la deuda política, incluida la derivada
de las comisiones del AVE a La Meca.
Como ocurrió
en ocasiones anteriores, en que la monarquía borbónica entró en crisis, la culpa
fue de los errores del propio monarca. Así llegaron la primera y la segunda
repúblicas, breves periodos en los que la democracia asomó la cabeza. No hay
dos sin tres. Quienes más reman a favor de la república son quienes defienden de
forma acrítica una monarquía que, hace tiempo, da más problemas que soluciones.
CONSTITUCIÓN
Mientras
que el jefe de Estado que la firmó se relajaba en un oasis junto con los reyes
magos de Oriente, los que ni la querían ni la apoyaron se rompen ahora las
vestiduras por ella. Entre la abstención y el “no” estuvo Alianza Popular,
antecedente inmediato del PP, ambos fundados por Fraga y otros ex ministros de
Franco. En el “no” se situó Fuerza Nueva, representante del franquismo más
rancio y padrino de los Abascales. La Constitución de 1978 puso fin a las leyes
fundamentales del Régimen, pero fue fruto de un acuerdo, de un pacto entre “no
iguales”. Mientras unos, los herederos del Régimen, tenían la sartén por el
mango y el mango también, los otros sólo tenían la fuerza de la razón y el apoyo
de la calle. Poca cosa. La Carta Magna no tocó ni la ley sucesoria, que sigue
estando como en tiempos de Fernando VII, esperando una Pragmática Sanción que permita
la sucesión dinástica. La Constitución también introdujo importantes avances en
derechos humanos y sociales. Y puso las bases de un Estado descentralizado, que
42 años después nada tiene que ver con el de 1978. Por cierto, hablando de
Constituciones. Hay que recordar que Franco juró la de 1931 y eso no evitó que
se levantara en armas contra ella, provocara una cruenta guerra y una
larguísima dictadura que acabó con las libertades, instaurando un régimen
represivo que murió matando. ¡Ah!, un detalle que se me olvidaba. Hasta 2006,
una estatua ecuestre de Franco, similar a la que había en València, presidió la
Academia Militar de Zaragoza. Hay contagios que no se cortan ni con zotal.
URBANO
GARCIA
Imágenes: Ilustración militares.
Uniformology
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