“Somos el tiempo que nos
queda”
Caballero Bonald (1926-2021)
Las casualidades dibujan extrañas coincidencias que
los augures de otro tiempo no hubieran dudado en calificar de sorprendentes.
Una de esas casualidades hizo coincidir el décimo aniversario del 15-M con la
segunda fase de la denominada operación Azud. Las primeras investigaciones de
este caso destaparon una red corrupta que tenía el despacho de José María
Corbín, cuñado de la difunta ex alcaldesa Rita Barberá, como centro de
operaciones. Su hija y, por tanto, sobrina de Rita, Asunción Corbín, mediaba en
los oscuros negocios. Por cierto, en las mimas fechas que se procedía a registros
y detenciones, Asunción Corbín pasaba a ocupar su despacho como asesora municipal
de María José Catalá, la recién catapultada a las altas esferas del PP
valenciano. En el lado más político de la trama estaba Alfonso Grau,
vicealcalde y mano derecha de Rita, además de responsable de urbanismo del Consistorio
durante años. ¿Alguien puede creerse que Rita no estuviera al tanto? El mayor
ciego es quien no quiere ver.
La
parte contratante de la primera parte de la trama era para el sector
empresarial. Empresarios sin escrúpulos son los más interesados en operaciones
especulativas que tenían y tienen el urbanismo como campo de juego. Ese hilo
llevó a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil hasta el empresario
Jaime Febrer, que anotaba en su agenda todos los movimientos de caja para asegurarse
apoyos y silencios.
Tan
necesarios son los políticos que firman como los que callan. Y el silencio
tiene un precio. Es lo que le preguntará la juez que instruye el caso a Rafael
Rubio, hasta hace poco subdelegado del gobierno, y, durante muchos años, artífice
de la política urbanística socialista en el ayuntamiento de València. Ahora entendemos
mejor determinados apoyos del PSPV a proyectos urbanísticos ruinosos para la
ciudad.
El
núcleo del caso Azud era el circuito de Fórmula 1. Capricho de Camps y Rita en
tiempos de vino y rosas. Cuando la mayoría absoluta del PP tapaba todas las
corruptelas. Y el dinero corría a raudales por redacciones y despachos a cambio
de bendiciones. Con la Fórmula 1, el entonces dúo dinámico del PP valenciano se
ganó el aplauso de Ecclestone, dueño de la franquicia automovilística, y de su socio
Alejandro Agag, yerno de Aznar. La pareja valenciana no daba puntada sin hilo.
Habría que revisar la hemeroteca para ver qué periodistas adaptaron sus
opiniones a la calidad del unte.
UNA ATE QUE ATA
Los caminos del urbanismo, la política y el deporte
se entrecruzan en València y no sólo en la Fórmula 1. El caso más escandaloso
es el del Valencia C.F. Tenemos claro que el fútbol es más que un deporte. Alrededor
de ese panal de rica miel revolotean miles de moscas. El nuevo Mestalla es otro
de los proyectos urbanísticos herencia de la era Rita. Su inacabada estructura luce
sus ruinas como un mega monumento a la burbuja inmobiliaria, mientras que el
Valencia C.F. sigue sin cumplir sus compromisos con la ciudad, sin desarrollar
la ATE, la Actuación Territorial Estratégica “Valencia Dinamiza”. Un plan que Peter
Lim, dueño absoluto del equipo merengue, se comprometió ante Rita. Ahora, el
empresario chino quiere otra prórroga de 5 años para retomar las obras. Pero al
Consistorio encabezado por Ribó se le ha acabado la paciencia, al no ver en Lim
la más mínima voluntad de cumplir su palabra. Ahora la pelota está sobre el
tejado del propietario y de la Generalitat Valenciana, firmante del acuerdo.
La ATE del Mestalla también incluyó, por deseo de
Rita y Grau, los terrenos donde se levantaba el edificio del llamado nuevo
Ayuntamiento -construido durante la alcaldía de Clementina Ródenas- y que
fueron permutados para que el promotor Antonio Mestre hiciera el hotel que
quería edificar en el solar de Jesuitas. Un logro tras años de resistencia de Salvem el Botànic, recuperem
ciutat. Su
heredero, Jordi Mestre, dueño también de Expo Hotel y de la cadena Selenta
Group, tampoco parece dispuesto a cumplir la ley. Al Ayuntamiento de Ribó le
tocó la ingrata tarea de derribar el edificio municipal y dejar libre el
terreno para no ser obligado a pagar el lucro cesante que exigían los herederos
de Mestre. ¿Qué hacer ahora?, cuando ni Lim ni Mestre cumplen sus compromisos.
EL MONOLITO
Recuperada la plaza del ayuntamiento para el peatón,
el Consistorio ha querido recordar el décimo aniversario del 15-M y rendir un homenaje
a la sociedad civil organizada. Un monolito recuerda esas luchas que hicieron
de València lo que es hoy en día. Tal vez se queda pequeño para la dimensión
que supuso durante la Transición la lucha por un Saler per al poble y
un Llit
del Túria, nostre i verd. A veces es necesario
recordar el pasado para recuperar un poco de nuestra maltratada dignidad.
URBANO
GARCÍA
Imagen:
Monolito homenaje a los movimientos sociales en la plaza del Ayuntamiento de
Valencia. EFE
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