¡Normal!, estamos en verano. Lo
que no parece tan normal es llegar a los 40oC a principio de julio.
La última vez que el termómetro marcó esa temperatura por estas fechas fue al
inicio del siglo XXI. Tampoco es muy usual que en la costa oeste de Canadá se
registren los 50oC durante varios días. Se habla de varios
centenares de personas muertas. Dicen los expertos en la materia que son
síntomas de la crisis climática. Que los fenómenos meteorológicos extremos cada
vez serán más frecuentes. Que, en zonas de clima mediterráneo, como la nuestra,
las olas de calor se irán convirtiendo en algo habitual en verano. Que las
lluvias cada vez serán más escasas, y cuando llueva, lloverá con ganas. El
refrán de plou poc i el poc que plou, plou
prou seguirá
cumpliéndose, acentuando sus grados más extremos.
Con las extremadas sequías llegan apocalípticos incendios. Se está viendo en Canadá y en algunas zonas de la costa oeste de EEUU. En Australia conocen bien estos ciclos de sequía e incendios, incrementados al introducir una flora poco adecuada. La humanidad está detrás de los últimos grandes cambios de los ecosistemas, nuestra huella de carbono es más mortal que una pandemia sin vacuna. No hacemos lo suficiente. Aprobamos protocolos, ¡para no cumplirlos! La crisis climática crece de forma exponencial, impulsada por la inercia de unos efectos que perduran, aunque reduzcamos sus causas.
CHIRINGUITOS
Cuando el calor aprieta, lo mejor es buscar un
chiringuito en la playa. Es lo que ha hecho Antonio Esquina (antes Toni Cantó),
buscarse un chiringuito a la sombra del madroño. Para promocionar el castellano
en Madrid. ¡Sí!, el castellano, que españolas son todas las lenguas que se
hablan en España, y no veo al Esquina de Ayuso presentando un programa en
TeleMadrid para dar a conocer el euskera, el gallego o el catalán, patrimonio
de todas y todos en este país de países. No se ama lo que se desconoce. Las
guerras culturales emprendidas por el PP de Aznar/Ayuso buscan el voto de
quienes votan al neofranquismo. Voto patriotero, de banderita como vitola hasta
en la mascarilla. Y mientras, un millón de vacunas sin administrar en Madrid.
Hay patriotismos que matan. ¿Cuál es el patriotismo de Mazón/Catalá, el tándem
que manda en el PP de aquí? Habrá que ver qué hace el PP en el tema de la
financiación.
Aguirre, la Espe, la cólera de Aznar, ya le puso uno
-chiringuito, digo- al líder neofranquista, carne de su carne. Así empezó el PP
a incubar el huevo de la serpiente que terminará por engullirlo. O no, veremos.
El PP se las basta solo para engullirse a sí mismo. No hay más que oír las
declaraciones de esa garganta negra y profunda que es el excomisario Villarejo,
el rey de las cloacas. Hablo del caso Kitchen.
Todo apunta a que M. Rajoy sabía mucho más de lo que decía. También la Cospe y su consorte sabían más de lo que recordaban. Así de dúctil y selectiva es la memoria, guarda lo bueno y borra lo malo, y si no, siempre podemos recurrir a métodos más expeditivos. No hay disco duro que resista unos buenos martillazos. Y siempre habrá algún juez indulgente con los delitos de la derecha.
JUSTICIAS
Hace unos días, el Tribunal Supremo (TS) ratificó la
condena del Superior de Madrid (TSJM) a 19 meses de cárcel a Isa Serra,
portavoz de Podemos en la Asamblea madrileña, por un delito -no probado- de
atentado, lesiones y daños, causados el 31 de enero de 2014 durante la
oposición a un desahucio en el barrio de Lavapiés. La sentencia la dictó el
TSJM en abril de 2020. ¿Es ciega la Justicia?
El
mismo día, la Audiencia de Madrid consideró que no hubo delito de odio en un
cartel electoral del partido neofranquista que usaba la mentira y la infamia
para sembrar el odio y arañar unos votos.
El cartel volcaba su bilis en los 200 menores no acompañados que hay en
la comunidad madrileña. Típico del fascismo: demonizar a las minorías y a los
más débiles. “Este colectivo representa un evidente problema social”, dice el
juez sentenciador sin aportar prueba alguna que avale su grave acusación. Hay
jueces que parecen tertulianos de alguna de las muchas emisoras reaccionarias
que andan por ahí.
A pesar de algunos jueces, somos uno de los países en los que más avances sociales ha habido en las últimas décadas. El quinto país del mundo que regula la eutanasia y el suicidio asistido. El Congreso acaba de aprobar una ley trans que protege a esta minoría minoritaria. Sin embargo, desde que se levantaron las restricciones debidas a la pandemia, los asesinatos de mujeres por sus parejas o exparejas, los crímenes y ataques homofóbicos, los delitos de racismo, no paran de crecer. Se denuncia más, hay menos miedo a hacerlo. En otros países están peor. No es consuelo… Aquí, todos somos Samuel.
URBANO GARCÍA
Imagen: Chiringuito en la playa de
la Patacona (València). EFE
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