Ancha y larga, incluso profunda y hasta tridimensional. No hay una sola Castilla como no hay una sola y áspera meseta. Y mira que algunos hacen méritos para que los demás veamos a castellanos viejos, a leoneses, zamoranos, palentinos, pucelanos, abulenses, burgaleses, salmantinos, segovianos y sorianos como todos iguales. Pues no, no lo son. En el extenso territorio de los antiguos reinos de Castilla y León hay de todo, como en botica. Y buena muestra son siempre los resultados electorales. A estas alturas no hago spoiler si digo que el PP ganó las elecciones en Castilla-León, con 31 procuradores (así se llaman los diputados autonómicos de Castilla-León). Se cumplieron las previsiones, pero el PP se quedó lejos de la mayoría absoluta, necesitará muletas, ¿dónde las encontrará?
“¡Qué cara de vicepresidente se te está poniendo!”, le dijo el jefe de flechas y pelayos a su candidato. Ese es el pacto más probable. Supongo que, a estas horas, el PP se preguntará por qué Mañueco anticipó las elecciones. Tenía un socio menguante y sumiso, pero optó por dinamitar con mentiras su gobierno y abrir un baúl de incertidumbres. Quería ser don Rodrigo Díaz de Vivar y se quedó en Rocinante. Al PP le salió mal la jugada. Casado y Teodoro se montaron el cuento de la lechera. Se veían camino de la Moncloa tras vencer en Bermillo de Sayago, pero ni C-L es Madrid, ni sus circunstancias son las mismas. Pensaban inaugurar una autopista y han inaugurado un camino de carros, lleno de curvas. Buscaban la mayoría absoluta y ahora necesitan sí o sí a los neofranquistas para poder gobernar. Es curioso ver cómo las derechas europeas ponen cordones democráticos a la extrema derecha neofascista, mientras que aquí el PP pone alfombras rojas para que desfile la ultraderecha hispana. “Alianza de intereses”, le llama Ayuso.
IDENTIDADES
Cuando
Adolfo Suárez se sacó de la chistera la España de las autonomías y decidió lo
del café para todos, lo hizo atendiendo más a criterios partidistas que
históricos. Y así se entiende que su escudero, digo de Rodolfo Martín Villa,
decidiera unir los destinos de castellanos y leoneses como si fuera una boda medieval
de conveniencia. Había que crear un granero de voto conservador para
contrarrestar el peso electoral de los dinámicos territorios de la periferia,
especialmente de Euskadi y Catalunya. Más de tres décadas lleva el PP
gobernando en Castilla-León, y ahí sigue. Hay dictaduras que no duran tanto.
En 1977, la atención
electoral estaba puesta en la dinámica estatal, lo demás eran utopías y
proyectos. Entonces se reivindicaba la rebelión comunera de Castilla como
símbolo de una identidad perdida. Pero muchos leoneses ni se sentían ni se sienten
castellanos. Su identidad iba por otros derroteros. Con la autonomía se creó un
nuevo espacio institucional y político, con sus propias dinámicas, con sus
desigualdades y centralismos. Con o sin democracia, con o sin autonomías, la
España vaciada se siguió vaciando. Y Soria, León, Zamora, Ávila, … siguieron
perdiendo población. Es lo que pasa cuando se tienen menos oportunidades en el
campo que en la ciudad, en los pueblos que en la capital. Sin duda el éxito de Teruel
Existe espoleó la formación de partidos provinciales que luchan por vencer
estas tendencias centrípetas. El éxito de Soria ¡Ya! con el 42% del voto
soriano y tres escaños es una buena muestra; mayor efecto ha tenido en León,
donde UPL, con el 21,3% ha obtenido también 3 procuradores; y Ávila,
donde Por Ávila, con el 16,8%, ha conseguido un escaño autonómico. Es
una muestra de las ventajas que el sistema electoral otorga a quienes
concentran el voto en circunscripciones pequeñas. Con un 1,5% de los votos, los
partidos de la España vaciada han obtenido el 3,7% de los escaños en las
elecciones del 13F en Castilla-León.
Algo parecido ocurre en las elecciones generales. Y es
que todos nuestros sistemas electorales -autonómicos o estatales-, aunque
ligeramente corregidos, son hijos del usado en el referéndum para la Reforma
Política de 1976. Un sistema preconstitucional, profundamente injusto, que
prima las circunscripciones menos pobladas en detrimento de las áreas más densas
de población y políticamente más dinámicas. Esperemos que las nuevas
formaciones no caigan en un estéril provincianismo.
LECTURAS
Como es natural, los resultados
de Castilla-León también han sido leídos desde el punto de vista valenciano.
Para Catalá han confirmado al tándem PP y neofranquistas como
alternativa al bloque de progreso. La extrema derecha ya ha anunciado que en
C-L eliminará las leyes de memoria democrática y violencia machista. Eso para
ir abriendo boca, y cuando aún no han formado gobierno. Tomemos nota.
URBANO GARCÍA
Imagen: Atardecer en las Hoces del Duratón (Segovia). Getty Images.
La dreta espanyola no és homologable a la europea, no hi ha hagut un trencament amb el franquisme, tot quedava "atado y bien atado" ... la policia, el exèrcit, la judicatura, la monarquia ... eren els mateixos. La corrupció i la manca de transparència també era una herència franquista. A la societat sencera, polítics i votants, ens cal una catarsis. Si el PP s'afona per les baralles internas i guanya Vox, seria una greu crisis, con posible expulsió d'Europa ... seria el moment de una declaració unilateral d'independència de Catalunya i Euskadi ..... no se si soc un il•luso ... però com el futur no existeix, tot és possible
ResponderEliminarSalutacions Urbano ... crec que ens coneixem, jo vivia a València
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