“Los viejos hacen callando y mueren callando. Conviene
escuchar ese silencio”, dice Juan José Millás hablando del pintor Antonio
López, viudo desde hace poco de la también pintora realista Pilar Moreno (fallecida
el pasado 17 de febrero). Viene a cuento la cita a propósito de las residencias
para personas mayores. Ningún silencio ha sido más clamoroso en medio de la callada
pandemia que el de estos lugares de retiro. De repente nos hemos percatado que
detrás de la cortina estaban los viejos. Dejados, depositados, abandonados -de
todo hay en la viña del Señor- en esa especie de guarderías para quienes han
dejado de ser productivos en una sociedad que hace de la productividad su viga
maestra. Nada más cruel que este olvido. Se calcula que unas 20.000 personas ingresadas
en residencias españolas fallecieron a causa de la covid-19. Son cifras
aproximadas. Algunos datos sobre las víctimas reales del SARS-CoV-2 tal vez nunca
se conozcan. Un Consejero de la Comunidad de Madrid dejó escrito negro sobre blanco
que los enfermos de las residencias no fueran hospitalizados. ¿Cabe mayor
infamia que aplicar este criminal triaje desde un despacho oficial? El 80% de
las residencias madrileñas son privadas o concertadas. Los neoliberales
confunden asistencia con hostelería y derechos con negocio. Aquí el PP también nos
dejó esa herencia envenenada. La familia Cotino sacó tajada. No sólo hay que revisar el actual modelo de residencias,
también la sanidad, la educación, la brecha digital, …
PLAN DE SALVACIÓN
A modo de primeros auxilios, las autonomías podrán
disponer de 16 mil millones de € a fondo perdido. Por fin este reparto autonómico
se hará con criterios poblacionales, como reclama Compromís desde hace tiempo. La
principal partida irá a Sanidad. La siguiente, a Educación. “Hay que compensar
los recortes anteriores”, dice Pedro Sánchez. ¿Será suficiente para recomponer
la destroza de más de una década “austericida”? Voces autorizadas lo ponen en
duda. A nadie amarga un dulce. Habrá más ayudas. La cola de damnificados por la
pandemia no para de crecer. La industria automovilística, siempre atenta a
chupar del erario público, ya se ha apuntado. Ximo Puig ha anunciado que las
ayudas a Ford no se harán en función de lo que contaminen los vehículos que
fabrique. ¿De verdad? El chantaje de Nissan está dando resultado. ¿Dónde quedó la
promesa de avanzar en el cambio de modelo productivo y energético? ¿No hemos
declarado la emergencia climática? ¿De qué sirve? Una de las enseñanzas de la Economía
del Bien Común es que la mejor forma de cambiar las cosas es premiar las buenas
prácticas. El economista Christian
Felber tiene destacados seguidores
en tierras valencianas. No estaría de más consultar a científicos y
especialistas para orientar las decisiones políticas. La crisis actual es una
broma comparada con la que nos viene encima, la climática.
BLACK LIVES MATTER
También la protesta contra el racismo se hace global. En
Bélgica, sobran estatuas de Leopoldo II, instigador de matanzas en el Congo e
inspirador de “El corazón de las tinieblas”, la novela de Joseph Conrad. En Bristol, sobran de Edward Colston, destacado comerciante de esclavos del siglo XVII (trasladó de África a
América más de 80.000 personas para ser esclavizadas en las plantaciones de
algodón). En todo el mundo sobran estatuas de prohombres que no lo fueron
tanto. El asesinato por la policía de Minnesota de George Floyd también se recordó
en València. Haciendo caso omiso a la distancia física que impone la pandemia,
miles de personas se reunieron para reclamar el fin del racismo, en EEUU y en nuestro
país. Los CIE son lugares en los que numerosas infamias quedan impunes. El odio,
el racismo, la desigualdad también son una pandemia.
CORINNA VIRUS
Mientras Juan Carlos I fue
Jefe de Estado gozó de inviolabilidad constitucional. Sus corruptelas eran blanqueadas.
Cuando en junio de 2014 se vio obligado a abdicar, se quedó con el culo al
aire. Sus trapicheos con las teocracias árabes fueron anteriores y se corrió un
estúpido velo. No fue el caso de los movimientos de capitales llevados a cabo
en el paraíso fiscal suizo. La legitimidad de los reinstaurados Borbones saltó
por los aires. Lo que sirvió en 1978 para justificar la monarquía, ahora carece
de sentido. La conducta íntegra y transparente exigible a todo responsable
público, también vale para la jefatura del estado, sea rey o presidente de la
República. Las crisis nunca van solas. A la vírica se añaden muchas otras. Habrá
que preparar el duelo.
URBANO GARCIA
Imagen: Concentración contra el racismo en València.
Domingo 7 junio 2020. Urbano García.
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