“¡Cierre al salir, señoría!”, así despidió el
vicepresidente Pablo Iglesias al representante de la extrema derecha
neofranquista, mientras éste abandonaba la Comisión para la Reconstrucción tras
la Covid-19. La derecha ha conseguido instalar la crispación en la vida
parlamentaria. El día anterior fue la diputada noble que no noble diputada,
Cayetana Álvarez de Toledo y Peralta-Ramos, XIII marquesa de Casa Fuerte, la
que llamó terrorista al padre del vicepresidente. ¿Quién da más? Nos jugamos
demasiado como para andar calumniando. Crispar es una de las estrategias más queridas
por el PP, cuando no gana en las urnas. Crispar y acudir a los tribunales. ¿Por
qué será? Es fácil concluir que si la derecha acude tan solícita a los
tribunales es porque confía en que le sean propicios. “Tengas juicios y los
ganes”, dice una maldición gitana. ¿Quién goza en el lodazal?
IMV
Dicen los primeros cálculos que más de 800.000
familias recibirán el Ingreso Mínimo Vital. Podrán beneficiarse hasta 3
millones de personas. Gracias a esta ayuda (de 462€/mes a 1.015€/mes) la parte más
pobre de la sociedad podrá evitar caer en una sima más profunda. Éramos el
único país de la Unión Europea que no la tenía. Una prueba más de nuestra débil
democracia y nuestro incompleto Estado del Bienestar. Es curioso oír el mismo
argumentario contra el IMV en la derecha y en los empresarios. “El IMV no puede
ser estructural”, dice Garamendi desde la CEOE. Y los neofranquistas, igual que
la Iglesia, se oponen a que sea para siempre. Como si solamente ellos tuvieran
los derechos de la eternidad.
La crisis de la Covid-19 se ha cebado más entre la
gente al borde de la exclusión social o ya en ella. El virus no entiende de
clases sociales, pero la clase social sí que entiende de virus, ya sea en
China, en Europa o en los USA. El SARS-Cov-2 no es el único virus que recorre
el mundo. Trump ha hecho del imperio americano un gran show de Truman. El mandatario
señala enemigos desde su realidad inventada. De la irrupción del virus acusa a
China. De la muerte de George Floyd, asfixiado en Minneapolis bajo las rodillas
de un policía, a su mala salud. Del incendio en las calles de USA, a la
izquierda y al Partido Demócrata. Trump ya está en modo campaña. Todo le sirve
con tal de usar el miedo para retener el voto de la temerosa clase media blanca
americana. ¡Ay, el miedo! Es la misma receta usada aquí por la derecha extrema
y la extrema derecha. Los neofranquistas fueron los primeros en jalear las
bravuconadas del inquilino de la Casa Blanca. Dicen los cronistas que, tras los
ceses en la cúpula de la Guardia Civil, se oyó ruido de tricornios en las casas
cuartel. Cuando la historia se repite lo hace en forma de “miserable farsa”. Pues
eso.
CAMBIO DE MODELO
Durante unos meses, la
vírica tapó otras crisis que llegaron antes que ella. La climática, la del
modelo energético e industrial, la migratoria, …. Tras la obligada cuarentena,
todas las crisis vuelven a aflorar. La retirada de Nissan a su reducto nipón, nos
muestra nuestra gran dependencia del exterior. La deslocalización dejó nuestra
industria al borde de la anorexia (sectores como el textil, el mueble, farmacéutico,
pequeños electrodomésticos, componentes del automóvil, … optaron por irse).
Ahora le toca a la gran industria. La inyección de dinero público no ha servido
para retener estas fábricas. Una parte importante de nuestro PIB depende del
turismo y los servicios. Con la movilidad internacional reducida, no queda otra
que tirar del consumo interior. Y todos sabemos lo mal que está la cosa. Crisis
también quiere decir oportunidad. Y la reconstrucción puede ser una buena
ocasión para poner las bases de un cambio de modelo. Alberto Garzón, Ministro
de Consumo, lo tiene claro. El turismo y los servicios son industrias
estacionales, limitadas en el tiempo y condicionadas por la coyuntura. Habrá
que mejorarlos para que tengan más valor añadido.
Las energías alternativas, abandonadas por el PP, pueden
ser un buen punto de partida para la reconversión industrial. También la
rehabilitación de viviendas podría reorientar la actividad de las constructoras,
pendientes de hinchar de nuevo la burbuja inmobiliaria. Potenciar sectores
públicos como la sanidad, la educación o la dependencia se ha mostrado como la
mejor forma de hacer frente a la pandemia. El 70% de las muertes por Covid-19
se produjeron en residencias. Es urgente revisar su funcionamiento y dotarlas
de más medios, ... La lista es interminable. Nadie como la administración local
y autonómica para saber dónde están las prioridades. Y no hay otra que mejorar
la fiscalidad para homologarnos más al resto de Europa.
URBANO GARCIA
Imagen: Colas del hambre en Madrid. Carlos Gil Madrigal.
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