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martes, 2 de junio de 2020

RECONSTRUIR TRAS LA DEVASTACIÓN


“¡Cierre al salir, señoría!”, así despidió el vicepresidente Pablo Iglesias al representante de la extrema derecha neofranquista, mientras éste abandonaba la Comisión para la Reconstrucción tras la Covid-19. La derecha ha conseguido instalar la crispación en la vida parlamentaria. El día anterior fue la diputada noble que no noble diputada, Cayetana Álvarez de Toledo y Peralta-Ramos, XIII marquesa de Casa Fuerte, la que llamó terrorista al padre del vicepresidente. ¿Quién da más? Nos jugamos demasiado como para andar calumniando. Crispar es una de las estrategias más queridas por el PP, cuando no gana en las urnas. Crispar y acudir a los tribunales. ¿Por qué será? Es fácil concluir que si la derecha acude tan solícita a los tribunales es porque confía en que le sean propicios. “Tengas juicios y los ganes”, dice una maldición gitana. ¿Quién goza en el lodazal?  



IMV

Dicen los primeros cálculos que más de 800.000 familias recibirán el Ingreso Mínimo Vital. Podrán beneficiarse hasta 3 millones de personas. Gracias a esta ayuda (de 462€/mes a 1.015€/mes) la parte más pobre de la sociedad podrá evitar caer en una sima más profunda. Éramos el único país de la Unión Europea que no la tenía. Una prueba más de nuestra débil democracia y nuestro incompleto Estado del Bienestar. Es curioso oír el mismo argumentario contra el IMV en la derecha y en los empresarios. “El IMV no puede ser estructural”, dice Garamendi desde la CEOE. Y los neofranquistas, igual que la Iglesia, se oponen a que sea para siempre. Como si solamente ellos tuvieran los derechos de la eternidad.        

La crisis de la Covid-19 se ha cebado más entre la gente al borde de la exclusión social o ya en ella. El virus no entiende de clases sociales, pero la clase social sí que entiende de virus, ya sea en China, en Europa o en los USA. El SARS-Cov-2 no es el único virus que recorre el mundo. Trump ha hecho del imperio americano un gran show de Truman. El mandatario señala enemigos desde su realidad inventada. De la irrupción del virus acusa a China. De la muerte de George Floyd, asfixiado en Minneapolis bajo las rodillas de un policía, a su mala salud. Del incendio en las calles de USA, a la izquierda y al Partido Demócrata. Trump ya está en modo campaña. Todo le sirve con tal de usar el miedo para retener el voto de la temerosa clase media blanca americana. ¡Ay, el miedo! Es la misma receta usada aquí por la derecha extrema y la extrema derecha. Los neofranquistas fueron los primeros en jalear las bravuconadas del inquilino de la Casa Blanca. Dicen los cronistas que, tras los ceses en la cúpula de la Guardia Civil, se oyó ruido de tricornios en las casas cuartel. Cuando la historia se repite lo hace en forma de “miserable farsa”. Pues eso.



CAMBIO DE MODELO

               Durante unos meses, la vírica tapó otras crisis que llegaron antes que ella. La climática, la del modelo energético e industrial, la migratoria, …. Tras la obligada cuarentena, todas las crisis vuelven a aflorar. La retirada de Nissan a su reducto nipón, nos muestra nuestra gran dependencia del exterior. La deslocalización dejó nuestra industria al borde de la anorexia (sectores como el textil, el mueble, farmacéutico, pequeños electrodomésticos, componentes del automóvil, … optaron por irse). Ahora le toca a la gran industria. La inyección de dinero público no ha servido para retener estas fábricas. Una parte importante de nuestro PIB depende del turismo y los servicios. Con la movilidad internacional reducida, no queda otra que tirar del consumo interior. Y todos sabemos lo mal que está la cosa. Crisis también quiere decir oportunidad. Y la reconstrucción puede ser una buena ocasión para poner las bases de un cambio de modelo. Alberto Garzón, Ministro de Consumo, lo tiene claro. El turismo y los servicios son industrias estacionales, limitadas en el tiempo y condicionadas por la coyuntura. Habrá que mejorarlos para que tengan más valor añadido.

Las energías alternativas, abandonadas por el PP, pueden ser un buen punto de partida para la reconversión industrial. También la rehabilitación de viviendas podría reorientar la actividad de las constructoras, pendientes de hinchar de nuevo la burbuja inmobiliaria. Potenciar sectores públicos como la sanidad, la educación o la dependencia se ha mostrado como la mejor forma de hacer frente a la pandemia. El 70% de las muertes por Covid-19 se produjeron en residencias. Es urgente revisar su funcionamiento y dotarlas de más medios, ... La lista es interminable. Nadie como la administración local y autonómica para saber dónde están las prioridades. Y no hay otra que mejorar la fiscalidad para homologarnos más al resto de Europa.   

    URBANO GARCIA


Imagen: Colas del hambre en Madrid. Carlos Gil Madrigal. 

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