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lunes, 23 de noviembre de 2020

PRESUPUESTOS: EFECTOS COLATERALES

Una de las ventajas de los gobiernos de coalición es que amplían el campo de las alianzas. Se vio en la negociación de los apoyos a los Presupuestos. Mientras que el PSOE intentaba llegar a acuerdos con C’s -para que no vetara las cuentas del Estado-, desde Unidas-Podemos hablaban -con idéntico fin- con algunos de los socios que llevaron a Pedro Sánchez a la Moncloa. Los actos siempre tienen consecuencias. También las tiene el diálogo recién inaugurado con todas las fuerzas parlamentarias -sin exclusiones- para evitar el veto a los Presupuestos. Además del cabreo de la derecha -contra ETA vivía mejor-, otro efecto colateral fue que el PNV dejó de ser el único interlocutor vasco. Los herederos de Sabino Arana perdieron el monopolio sobre Euskadi. Ahora tienen competidor. EH-Bildu se sumó a la enmienda de ERC para frenar los desahucios, el PNV propuso quitar el impuesto al diésel. La primera medida, la apoyada por Bildu, va contra la desigualdad, aunque le han puesto pegas jurídicas. La segunda, la del PNV, acelera la crisis ecológica. La violencia de ETA ocultó, durante demasiado tiempo, las diferencias entre la izquierda y la derecha vascas. La normalización democrática también es visualizar todas las opciones. Es curioso que PNV y C’s se arroguen la paternidad de una enmienda que frena la lucha contra el cambio climático. Veremos qué proponen para compensar esta pérdida recaudatoria.  

 PUPITRES

                Coincidiendo con la votación de las enmiendas a la totalidad de los presupuestos, el Congreso votó la nueva ley de educación. Y quien se destapó fue la derecha catalana, votando contra la “Ley Celaá” junto con PP, C’s y franquistas. Catalunya encabeza, tras décadas de políticas de CiU, privatizaciones sanitarias y conciertos educativos. En Catalunya, hasta ahora, las diferencias entre izquierda y derecha estaban ocultas por el Procés. Mientras, la derecha estatal ha hecho casus belli de la nueva ley de educación. Y eso que ley Celaá apenas cuestiona la concertada, y, como dicen las organizaciones estudiantiles, hace una tibia defensa de la enseñanza pública. Durante el breve periodo democrático que fue la II República, se hizo, en proporción, más por la educación pública que en los últimos 40 años. No es raro que la derecha ladre. Con las dictaduras siempre vive mejor. Parece demagogia, pero cuando bajamos a tierra eso es lo que hay. Durante el siglo XIX y casi todo el XX, a excepción de unos pocos años, la iglesia tuvo el monopolio de la educación. Sigue siendo su bien más preciado, su dogma, su libertad. Su brazo armado, digo del PP, ha iniciado una nueva cruzada: manifestaciones a todo gas, mesas petitorias y recursos al Constitucional. Déjà vu. Las cifras son contundentes. España tiene el doble de centros concertados que la media europea. La comparación con Francia es abismal. Algo parecido ocurre con la enseñanza especial. La ONU y la UNESCO han pedido que la pública la asuma. Pero no hay recursos. Una parte importante de ellos se destina a financiar una educación elitista y doctrinaria, incluso a colegios que segregan por sexos, incumpliendo la Constitución. La nueva ley da una década para mejorar la oferta pública de la educación especial, para hacerla inclusiva de verdad.

 LA REGLA Y LA EXCEPCIÓN

                Mientras esto ocurría en la Carrera de San Jerónimo, aquí, el Ayuntamiento del cap y casal sacaba adelante, con la abstención de C’s, unos presupuestos excepcionales para una situación excepcional. De nuevo, el consistorio valenciano encabeza la lista de cumplidores. También en les Corts la tramitación se ha acelerado después del “lapsus” con la partida correspondiente a la Conselleria de Mónica Oltra. Muchos vieron síntomas de agravio en un inexplicable error. Los presupuestos para 2021 tienen una elevada provisionalidad, pendientes de la evolución de la pandemia y del boicot húngaro y polaco a los presupuestos europeos. A pesar de que no hay semana sin que una nueva vacuna contra la Covid-19 anuncie novedades, el coronavirus sigue tan activo como en marzo y su amenaza es tan terrible como en los peores días de la infección. En víspera del puente de la Inmaculada Constitución, todos los territorios se apuntan al cierre para… ¡salvar la Navidad! Hay miedo a repetir el repunte que siguió al relajo estival. Sobran los motivos.   

NOTA: El puerto de Arguineguín, puerta sur de Europa, es la imagen de la indignidad. Cientos de refugiados hacinados en su muelle, ¿recuerdan el Aquarius? La crisis en el Sáhara incrementa la llegada de pateras a las costas canarias. Marruecos golpea a Europa en su espinilla. Efecto colateral. ¿Qué espera la UE para actuar?                    

                URBANO GARCIA

urbanogarciaperez@gmail.com

Imagen: Muelle en el puerto de Arguineguín con migrantes hacinados. EL DIA. La opinión de Tenerife.

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