La bandera ondeará en la fachada de
los colegios; sonará el himno nacional, mientras los alumnos van entrando; la
foto del rey estará al lado del crucifijo en un lugar preferente del aula. Este
podría ser el texto resumido de algún decreto de Franco o de su precursor, Miguel
Primo de Rivera. Se parece mucho a la moción aprobada por el ayuntamiento de
Murcia para “la defensa y protección de los símbolos nacionales desde las escuelas
públicas”. Un ligero matiz: los dictadores lo hubieran impuesto por decreto, la
propuesta murciana sólo puede ser una propuesta a considerar por las direcciones
de los centros. Eso sí, aprobada por las tres derechas que en este tema van de
la mano, ¿añoran el franquismo?
Hace unos días, tras haberse
producido en poco tiempo el asesinato de 5 mujeres y el hijo de una de ellas,
la Comisión de Igualdad del Congreso hizo un minuto de silencio por las
víctimas de la violencia machista. Minuto al que la representante de la derecha
más a la derecha se resistió a sumarse.
El jueves 27, en medio de la
crisis humanitaria en la ciudad de Ceuta, el portavoz ultraderechista Carlos
Verdejo insultó a los ceutíes musulmanes y a Fátima Hamed, diputada del
Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía, intentando sembrar el odio en una
ciudad multireligiosa y multicultural. A la derecha más extrema le gustaría
poder eliminar de la faz de la Tierra a quienes no opinan como ella.
Ultranacionalismo doctrinario,
machismo, xenofobia y racismo, son algunas de las características de la extrema
derecha comunes con los fascismos institucionalizados. Allí donde los
neofascistas tienen capacidad de imponer su dogma, lo aplican sin pestañear. Lo
hicieron en Madrid, con la complacencia de las otras derechas, cuando arrancaron
la placa de Largo Caballero o de las Trece Rosas, o cuando proponen levantar un
monumento a la Legión en la Plaza de Oriente, lugar de oración para la
nostalgia franquista.
El 13 de junio, las 3 derechas volverán
a cogerse de la mano para dinamitar cualquier diálogo que mejore las relaciones
con Cataluña. Al PP y a C’s les salió cara la foto de Colón, ¿Lograrán evitarla
ahora?
INDULTOS
Detrás
de esta postura tramontana de las derechas hispanas está la posibilidad de que
se otorgue el indulto a los condenados del Procés. Las derechas se agitan cuando se trata de indultar a
políticos, como los catalanes, con los que no están de acuerdo. Sintonizan más
cuando son los suyos los indultados.
El 23 de diciembre de 1988, el
gobierno de Felipe González indultó a Alfonso Armada, uno de los principales
actores del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Había sido condenado a
26 años, 8 meses y un día, sólo cumplió 7 años de prisión. Diez años después,
el 23 de diciembre de 1998, fue el gobierno de Aznar el que indultó
parcialmente a Vera y Barrionuevo, condenados a 12 y 10 años, respectivamente,
por su implicación en el secuestro y asesinato del ciudadano francés Segundo
Marey, llevado a cabo por los GAL en 1983. Tan sólo cumplieron 3 meses en
prisión. Sobran las palabras.
Creo no equivocarme si digo que una
gran mayoría quiere que se solucione cuanto antes el conflicto del Estado con
Catalunya y de ésta con el Estado. El error fue judicializar un problema
político, en vez de darle soluciones políticas. Una vez juzgado y condenado el
asunto, ¿cómo volver a la senda del diálogo? Esa es la cuestión. Y no caben
medias tintas: o negociar o seguir con la espiral del desencuentro.
Los neofascistas lo tienen claro:
cuanto peor, mejor para ellos. No contemplan otra solución que el uso de la
fuerza. ¿Dónde conducen las mesas petitorias del PP? Ya lo vimos. Cuando
recogieron firmas contra la reforma del Estatut catalán lo único que consiguieron fue marginarse más de
la política catalana. El anticatalanismo que sembraron les sirvió para sacar
algunos réditos electorales por el resto de España. Poco grano para tan amarga
siembra. La competencia por el espacio de la derecha es feroz, aunque lo único
que parece estar en pugna es quién ocupa la postura más extrema. Quién se hace
con las banderas y los apoyos que sustentaron al franquismo. El C’s de
Arrimadas anda como alma en pena, mendigando que no se convoquen elecciones en
Andalucía antes de tiempo. Mientras el PP de Casado, subido a la grupa del
pandémico éxito electoral de Ayuso, cree que todo el monte es orégano, y que la
pradera de San Isidro se extiende de Algeciras a Perpiñán.
Luego está el poder judicial. Su Consejo
General lleva años sin ser renovado. A pesar de eso, no ha parado de hacer
nombramientos y de pronunciarse sobre el bien el mal con la competencia que se
le supone. El mal funcionamiento de las instituciones deteriora la calidad de nuestra
democracia, deslegitima sus instrumentos y deteriora la convivencia hasta
niveles extremos. Como diría aquel, menos mal que somos una ciudadanía sana y
madura. Y si no, siempre nos quedará el Villarreal para soñar con Europa.
URBANO GARCÍA
Imagen: Prietas las filas en la Plaza
de Colón de Madrid. AFP/Óscar del Pozo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario