Se dice que las peores son las de
febrero, por la resaca que dejan las rebajas. No estoy seguro. Al menos en el
recién estrenado 2022. No hay más que asomarse al balcón del ruedo ibérico para
darse cuenta de cómo está el patio, con unas fuerzas de la reacción
encabritadas por no ser ellas las que mangoneen a su antojo los fondos europeos
Next Generation. Ha sido anunciar el gobierno de coalición la distribución de una parte
mínima de esos fondos entre algunas autonomías para que las derechas
capitaneadas por la reina del chotis se lanzaran al degüello. No importa si cuatro
de las comunidades más beneficiadas están administradas por el PP; por cierto,
una de ellas es Madrid. No importa si el dinero a distribuir es una minúscula
parte del total. Nada importa cuando de lo que se trata es de desgastar, marcar
la diferencia, señalar con el dedo, sembrar la duda. Así es que, aprovechando
que todas las instituciones europeas están en manos de la derecha, la cúpula
del PP se fue a Bruselas a chivarse de lo que hacían los sociatas con el dinero
europeo. Cómo si la UE no hubiera dado su visto bueno a las cuentas. Hay que
ser mezquino para ciscarse en el país intentando boicotear que lleguen los
fondos europeos.
Claro que el PP está de campaña electoral. A Díaz Ayuso le salió bien su maniobra de adelantar las elecciones en Madrid, se quitó de encima a C’s y dejó sin espacio a los neofranquistas asumiendo su discurso. Dicen que Castilla-León no es lo mismo. Veremos. En previsión de que no haya un Madrid bis, Casado anda subiéndose a todo cerdo, cochino o marrano que pasa por su vera, como se vio en la protesta montada por las grandes empresas ganaderas. Peridis lo ha fichado para sus viñetas. Casado hace guiños a la extrema derecha, para evitar la infidelidad de sus votantes. ¡Todo por la Patria! Casado y el PP saben que, si se desinfla C’s, sólo les queda la muleta del neofascismo. En Burgos o en Alicante, sin ir más lejos.
CUIDADOS
Aquí andamos liados con las
residencias. En las de mayores, como en todo, algunos problemas se resolverían
con más dinero. Muchas de ellas -hablo de las valencianas- son públicas de
gestión privada. No sé si es el mejor sistema. Sigue siendo mayoritario.
Revertir su privatización parece más difícil que en los hospitales. ¿O no? Hace
unos días, el trágico accidente en una de Moncada dejó al descubierto sus carencias.
Parece que la Conselleria está trabajado en un plan de choque para estos
centros en los que se cebó la primera ola de la COVID-19. La atención a las
personas mayores y dependientes es uno de los pilares del Estado del Bienestar,
bien estaría dedicarle más financiación y recursos.
Y luego están las otras residencias, las de menores
tutelados. Ambas dependen de la misma Consellera, de Mónica Oltra. Un
completo informe entregado por la Conselleria al Síndic de Greuges destapó la vulnerabilidad de las y los jóvenes que
llegan a estas residencias: de los 175 abusos sexuales detectados, 131 se
produjeron antes de entrar en la residencia, y en ninguno de ellos estaba
implicado personal del centro. Sin embargo, las derechas y algunos medios de
comunicación aprovecharon que el Pisuerga pasa por Valladolid para poner la
lupa sobre la vicepresidenta del gobierno y su situación personal, en lugar de fijarse
en cómo llegan estas personas a las residencias. ¡Hay que ser carroñeros!
La mayoría, por no decir todas las personas que están
en centros tutelados provienen de entornos familiares desestructurados y al
borde de la marginalidad. Son personas cuya vulnerabilidad se incrementa
exponencialmente cuando llegan a determinada edad. No hay más que ver la red de
prostitución que anidaba en algunas residencias de Madrid, para entender la
dimensión del problema.
ESCALADAS
Si no teníamos poco con nuestro
patio, llegó la escalada de la tensión al otro lado del Mediterráneo. Por si
alguien aún no ha caído, parte del incremento del precio de la energía se debe
a la subida del precio del gas. Nosotros tenemos garantizado el suministro
desde Argelia, pero esa vía quedó reducida tras el cierre del oleoducto que
pasa por Marruecos. Alemania depende del gas ruso como principal fuente de
energía. Europa se la juega en su frontera oriental. No le queda otra que
apostar por la diplomacia y no estaría mal que en vez de apelar a la OTAN se
pusiera en manos de la ONU. Si quieres la paz, no prepares la guerra. ¿Y EEUU? Pues
no es descabellado pensar que ande buscando alguna forma de colocar su
superproducción de armamento. La retirada de Afganistán, dejando en manos de
talibanes armas y material bélico para montar la guerra de Troya, fue una
muestra de lo sobrado que está. ¿Y Gran Bretaña? Sabemos que, tras el Brexit,
Europa le molesta. Ucrania puede ser nuestra peor cuesta de enero.
URBANO GARCÍA
Imagen: Residencia de ancianos.
Alex García.
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