Utopía, así con mayúscula, es como se llama el espectáculo de Leo Bassi que pudimos ver durante unos pocos días en el nuevo Teatro Flumen. Era la primera vez que el actor italiano actuaba en Valencia.
Bassi es uno de los ejemplos de las carencias culturales en las que el PP nos tiene sumidos. Iconoclasta, crítico, agitador, con un discurso claramente de izquierdas, Bassi no es bien visto por los cancerberos del orden, por los guardianes de la moral. Por eso lo prohíben allí en donde pueden. La nómina de cómicos censurados por la derecha es inacabable. Tenemos el ejemplo próximo de Xavi Castillo perseguido sin descanso por el inquisidor Rus.
Pero volvamos a Utopía. No a la de Tomás Moro, a la de Leo Bassi. El payaso y actor afincado en España nos hace cómplices de su cabreo por el origen y soluciones dados a la crisis económica. Es fácil empatizar con quien se muestra indignado por cómo los Estados se han plegado a los intereses mezquinos de los mercados, es decir de los bancos. Y de cómo la izquierda –incapaz de crear nuevas utopías- desaprovecha la mayor crisis del capitalismo para dar alternativas al sistema. Por eso, ante la falta de líderes, Bassi abandera -de payaso blanco y con una gran bandera roja- la revolución de recuperar la utopía para construir un futuro más justo y mejor.
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Bassi levanta su voz y dibuja su mueca sobre esa mayoría que paga y calla. Llama a la rebelión, reclama el derecho a soñar, reivindica la utopía como palanca para transformar el mundo. “La derecha vive en el pasado, lo quiere conservar y rechaza los cambios por cuestionar su dominación”, dice Bassi.
El pasado se conoce, el futuro es incierto. La izquierda tiene la obligación de soñar el futuro para poder construirlo. Cuando la izquierda claudica, deja el terreno expedito para que la derecha haga lo que le venga en gana. Más desigualdad, más injusticia, más opacidad,…más corrupción. Esa es la fórmula que, por conveniencia, la derecha española guarda oculta en su manga a la espera de la cita electoral.
Mientras haya otros que nos hagan el trabajo sucio no tenemos por qué preocuparnos, piensan los dirigentes del PP. Rajoy aguarda que ZP siga quemándose haciendo las impopulares reformas que reclama la Unión Europea, los mercados, la banca, los dueños del mundo... Y que pague el elevado precio político de tomar esas medidas. Así él, Mariano, el ungido por Aznar, podrá revestirse con oropeles de salvador. Triste sino el nuestro, espectadores de un tiempo de crisis y con una izquierda que renuncia a soñar.
Elegir lo mejor, ese es el dilema. A nadie le gustan los sucedáneos. Cuando la izquierda es incapaz de pensar el futuro y copia el programa de la derecha, la gente opta por el original. Deberían tenerlo en cuenta en el PSPV. Nadie entiende sus renuncias. Solo sirven para salir en Canal 9. Poco y mal.
El espacio dejado por los ideales, el vacío de las utopías ha sido ocupado por la ilusión de consumir. De ciudadanos pasamos a ser consumidores. Buscamos la felicidad, pero nos conformamos con chuches. Y en ese mercadeo la derecha siempre gana.
DESAFECCIONNo sube la intención de voto al PP, baja la del PSOE. La desafección siempre afecta más a la izquierda, sobre todo cuando gobierna. Muchos de los votantes de izquierdas del PSOE se sienten abandonados, dejados a su suerte, a la suerte que marcan los mercados. No hay ninguna fuerza capaz de recoger tantos sueños rotos, lo dicen los sondeos de opinión. Crece la abstención entre los ciudadanos de izquierdas que, desencantados, renuncian a intentar con su voto cambiar las cosas. Pero hay muchas opciones en donde elegir, todo menos quedarse en casa y dejar que otros construyan sus sueños sobre nuestro silencio. Claro que eso lo puede decir un payaso blanco.
Por escribir Corrüptia -una comedia sobre la corrupción y el caso Gürtel- el periodista Josep Lluis Fitó ha sido apartado de la retransmisiones de pelota valenciana por la dirección de Canal 9. Así las gasta el PP por estos lares, censurando y amedrentando. Tal vez por eso, los cómicos han dicho ¡basta!, y no acudieron a la entrega de los XIX Premis de les Arts Escèniques, ni ellos, ni los empresarios agrupados en AVETID.
Faltan utopías, ¡sí! También ganas en los partidos de izquierda para hacer un frente común contra el mal gobierno y el descrédito de la democracia que practica la derecha valenciana. Así nos va.
Faltan utopías, ¡sí! También ganas en los partidos de izquierda para hacer un frente común contra el mal gobierno y el descrédito de la democracia que practica la derecha valenciana. Así nos va.
URBANO GARCIA
urbanogarciaperez@gmail.com
Imágenes:
2 Leo Bassi en Elx. De www.absolutelche.com
3 Cartel “Utopía” de Leo Bassi.
4 Leo Bassi ante el cartel de “Utopía”. De www.laverdad.es
5 “Il quarto stato” de Pelliza da Volpedo.
6 Fotomontaje de Zapatero y Rajoy. De www.7medios.com
7 Rebajas. De www.maripiliponteareas.com
8 Sondeos intención de voto. De www.nuevasgeneracionespv.com
9 Cartel de Corrüptia. De www.elpenjoll.blogspot.com
10 Cartel por la unidad de la izquierda. De www.lobosrojos.blogcindario.com
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