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jueves, 12 de enero de 2012

LA CUESTA

Empezamos 2012 como terminamos 2011, intentando remontar una empinada cuesta. No hay rebajas que la hagan más suave. Enero era el mes más penoso de terminar. Ahora no. Ahora, por efecto de esta crisis tan parecida a una estafa piramidal, la subida empezó mucho antes. Ya veremos hasta cuándo dura. Como estamos viendo, las elecciones generales no han solucionado nada. Todo sigue igual, o peor. No han transcurrido ni los cien días de cortesía, a los que el propio PP renunció, y vamos de mal en peor. Mariano tenía prisa por ocupar la Moncloa, nombrar ministro al ex presidente de Lehman Brothers para España y Portugal, y amenazar a tirios y troyanos con las siete plagas de Egipto si no nos plegábamos a su bitácora. Todo, menos dar la cara. Hasta el martes 10 de enero no la dio. Y fue a la agencia EFE. 

IMPUESTOS
                Durante la precampaña, la campaña, la post campaña y hasta en el discurso de investidura, Mariano fue claro, muy claro, demasiado claro para lo que nos tiene acostumbrados. “El PP no subirá los impuestos”, dijo por activa y por pasiva. Pero se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, y la cojera de Mariano se aprecia hasta cuando está sentado. No es que yo esté en contra de los impuestos porque sí, es que no me gustan quienes mienten para ganar elecciones. “Estamos en una situación económica muy mala que exige medidas excepcionales para volver a donde estábamos”, ¿lo dijo Mariano? Pues no. Fue Soroya la encargada de transmitir la buena nueva. ¿Y Mariano? ¿Dónde está Mariano? Lo suyo no es dar la cara precisamente, hasta el martes por lo menos. Y entonces qué dijo. Pues más de lo mismo. Lo mal que estamos, la necesidad de aplicar medidas duras,… Tal vez, Mariano esperaba tras su exaltación a los altares monclovitas brotes verdes, o azules. Aunque de estos últimos ya vamos bien servidos. Pues nada.
Para reducir el déficit público no hay muchas soluciones. O se reduce el gasto o se incrementan los ingresos. Y poco más. Para que haya más ingresos tiene que haber más cotizantes, o sea crear empleo, o que se ingrese más por impuestos. Como lo de crear empleo parece difícil por ahora, la única salida factible es subir los impuestos o crear nuevos, mal que le pese al PP que gusta más del tijeretazo.
                Y ¿qué impuestos sube el PP? Pues ni más ni menos que los que afectan a las rentas del trabajo. Vamos, lo fácil. Nada más sencillo que incrementar las retenciones del IRPF para obtener dinero rápido. Otra vez los trabajadores pagan una crisis que no han causado ellos. El palo es doble, ya que también se congela el salario mínimo interprofesional, un baremo para calcular muchos de los capítulos que conforman el salario. De controlar las transacciones especulativas o la evasión de capitales, nada de nada.
Olvida el PP que nuestro país es uno de los miembros de la Unión en donde las rentas del trabajo más contribuyen al sostenimiento del Estado. También se olvida de ese agujero negro llamado economía sumergida. Y de que aquí las rentas altas son las que más se escaquean. Un olvido que no parece casual.

UVAS DE IRA
                El ejecutivo valenciano también dio la bienvenida al nuevo año con medidas económicas. Aquí se optó más por los recortes, sin descartar futuros incrementos impositivos. Y se acudió a lo más a mano, a los empleados de la administración. A ellos, a los funcionarios y a sus nóminas, dedicó sus preferencias el PP valenciano. El personal sanitario y educativo, transferido a la comunidad, es el más afectado. Y a ellos dirigió Alberto Fabra sus recortes. Recortes no sólo de nóminas, también de contrataciones. Una siembra que augura una excelente vendimia de uvas de ira antes de primavera.
                 “Los enredos están volviendo al PP valenciano”, se queja Rita. Con razón. No es lo mismo dar euros a espuertas a los “amigos” que hacer recortes. No es lo mismo abrir aeropuertos sin aviones que cerrar escuelas. No es lo mismo gestionar pelotazos que vacas flacas. Y al PP ya le salen los enanos.
NOTA: El hacha se cierne sobre los trabajadores de RTVV. Tras años de excesos, de censuras, de atracos, los que causaron tantos males quieren sanar a la víctima haciéndole una lobotomía para dejarla catatónica.

URBANO GARCÍA

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