“Nadie lo sabe”, argumenta el juez en la sentencia por
el hundimiento del Prestige en las
costas gallegas para exculpar de responsabilidad a los imputados. Todo el
marrón para el maquinista, digo el capitán. Los demás, especialmente los que
tomaron las decisiones políticas, se han ido de rositas. En ocasiones, hay
decisiones judiciales de una ceguera digna de la figura que representa a la
propia Justicia. ¿Hace falta recordar qué pasó en el TSJ valenciano con los
trajes del curita? Ya sé que fue un tribunal popular el que dictaminó la
inocencia del imputado, pero hasta llegar a ese punto no se puede afirmar que
se hicieran las cosas bien. Pero volvamos a la inicial confesión de ignorancia.
Al menos el chapapote era visible. Durante meses cubrió con su oleoso manto las
costas gallegas, arruinó la pesca y pringó a cientos de voluntarios. Pero, ¿qué
pasa cuando el delito es incoloro, inodoro e insípido?, ¿cuando se extiende
como una mancha de aceite pero sin dejar rastro? ¿O es que la gente mira hacia otra
parte cuando la corrupción llama a su puerta? ¿Qué ha pasado en tierras
valencianas que parecen arrasadas por un ciclón? De verdad, ¿nadie lo sabe? En
teoría, para eso está la justicia, para esclarecer los delitos. Y haberlos los
ha habido, en Galicia y aquí. Aunque la justicia no los vea.
INDULTO
Contra
el vicio de pecar está la virtud del indulto. Al menos eso piensan los que se
apuntan a ser indulgentes sabiendo que sus barbas están en remojo. Digo de los casi
50 diputados autonómicos del PP que hace unos días firmaron la solicitud de
indulto para uno de los suyos, el ex alcalde de Torrevieja, Hernández Mateo, condenado
a tres años de cárcel y siete de inhabilitación por prevaricación, entre otros
delitos. “Es mayor y lleva marcapasos”, argumentó el impulsor de la iniciativa,
su amigo y camarada Andrés Ballester. Por lo visto, para este diputado, ser
mayor y llevar marcapasos exime del cumplimiento de la ley. Tomen nota. El que
también debería tomar buena nota es el Molt
Honorable, cuyo grupo parlamentario no parece estar muy en sintonía con sus
propuestas para combatir la corrupción. Es lo que le faltaba a Fabra, que sus
colegas le segaran la hierba a sus pies. Menos mal que en las cosas importantes
hay consenso, debe pensar el President,
mientras deshoja la margarita de quién será el beneficiado por el cierre de
RTVV. A tenor de la calma que hay, en eso también debe de haber acuerdo en las
filas del PP valenciano. ¿Qué le habrá prometido Rajoy? A lo mejor nada. Fabra
se conforma con poco. Con condonar parte de la descomunal deuda que arrastra el
gobierno valenciano, sería suficiente para el Molt Honorable. ¿Y si Rajoy da a Fabra por amortizado y por perdida
la taifa valenciana? Entonces todo tendría sentido. Seríamos de nuevo la cabeza
de turco, el conejillo de indias en el que el PP experimentaría la doctrina del
shock que tanto le gusta aplicar.
INSULTO
No
terminan en el indulto de Mateo las cuitas judiciales del PP. También Rita ha
tenido su cita con la Justicia. Ha sido en calidad de testigo ante el juez
Castro, instructor de la causa Nóos en la que está imputado Urdangarín. Ella y
su ahijado, digo de Camps, fueron cómplices necesarios para que el yerno del
Rey birlara casi 4 millones de € de las arcas públicas valencianas. “Yo no he
hecho ni firmado nada. Ni me reuní en Zarzuela con Iñaki”, dijo Rita en su
descargo. La alcaldesa burló a la prensa entrando a la ciudad de la Justicia
por la puerta trasera. Un privilegio que le había negado el juez. También su
camarada Camps se mofó de la Justicia. El ex Molt Honorable, que se acogió a su
derecho a declarar por escrito, no estuvo localizable durante el fin de semana
que el juez Castro pasó en Valencia. ¿Dónde se escondió Camps? Él dice que
estuvo en su casa. “Me faltó salir a la calle con un megáfono”, dijo Camps en
plan chulesco a Info Libre. Se nota
que al ex no le gusta declarar sin conocer los argumentos de sus socios de
correrías. Él sabrá por qué. Lo cierto es que no merecemos los valencianos una
plaga bíblica como la que nos ha caído.
¿De
verdad queda alguien que aún no sepa lo que nos ha pasado?
URBANO GARCIA
FOTO: EFE