www.carteleraturia.com

domingo, 24 de noviembre de 2013

¿QUÉ HA PASADO?


“Nadie lo sabe”, argumenta el juez en la sentencia por el hundimiento del Prestige en las costas gallegas para exculpar de responsabilidad a los imputados. Todo el marrón para el maquinista, digo el capitán. Los demás, especialmente los que tomaron las decisiones políticas, se han ido de rositas. En ocasiones, hay decisiones judiciales de una ceguera digna de la figura que representa a la propia Justicia. ¿Hace falta recordar qué pasó en el TSJ valenciano con los trajes del curita? Ya sé que fue un tribunal popular el que dictaminó la inocencia del imputado, pero hasta llegar a ese punto no se puede afirmar que se hicieran las cosas bien. Pero volvamos a la inicial confesión de ignorancia. Al menos el chapapote era visible. Durante meses cubrió con su oleoso manto las costas gallegas, arruinó la pesca y pringó a cientos de voluntarios. Pero, ¿qué pasa cuando el delito es incoloro, inodoro e insípido?, ¿cuando se extiende como una mancha de aceite pero sin dejar rastro? ¿O es que la gente mira hacia otra parte cuando la corrupción llama a su puerta? ¿Qué ha pasado en tierras valencianas que parecen arrasadas por un ciclón? De verdad, ¿nadie lo sabe? En teoría, para eso está la justicia, para esclarecer los delitos. Y haberlos los ha habido, en Galicia y aquí. Aunque la justicia no los vea.   



INDULTO

            Contra el vicio de pecar está la virtud del indulto. Al menos eso piensan los que se apuntan a ser indulgentes sabiendo que sus barbas están en remojo. Digo de los casi 50 diputados autonómicos del PP que hace unos días firmaron la solicitud de indulto para uno de los suyos, el ex alcalde de Torrevieja, Hernández Mateo, condenado a tres años de cárcel y siete de inhabilitación por prevaricación, entre otros delitos. “Es mayor y lleva marcapasos”, argumentó el impulsor de la iniciativa, su amigo y camarada Andrés Ballester. Por lo visto, para este diputado, ser mayor y llevar marcapasos exime del cumplimiento de la ley. Tomen nota. El que también debería tomar buena nota es el Molt Honorable, cuyo grupo parlamentario no parece estar muy en sintonía con sus propuestas para combatir la corrupción. Es lo que le faltaba a Fabra, que sus colegas le segaran la hierba a sus pies. Menos mal que en las cosas importantes hay consenso, debe pensar el President, mientras deshoja la margarita de quién será el beneficiado por el cierre de RTVV. A tenor de la calma que hay, en eso también debe de haber acuerdo en las filas del PP valenciano. ¿Qué le habrá prometido Rajoy? A lo mejor nada. Fabra se conforma con poco. Con condonar parte de la descomunal deuda que arrastra el gobierno valenciano, sería suficiente para el Molt Honorable. ¿Y si Rajoy da a Fabra por amortizado y por perdida la taifa valenciana? Entonces todo tendría sentido. Seríamos de nuevo la cabeza de turco, el conejillo de indias en el que el PP experimentaría la doctrina del shock que tanto le gusta aplicar.     



INSULTO

            No terminan en el indulto de Mateo las cuitas judiciales del PP. También Rita ha tenido su cita con la Justicia. Ha sido en calidad de testigo ante el juez Castro, instructor de la causa Nóos en la que está imputado Urdangarín. Ella y su ahijado, digo de Camps, fueron cómplices necesarios para que el yerno del Rey birlara casi 4 millones de € de las arcas públicas valencianas. “Yo no he hecho ni firmado nada. Ni me reuní en Zarzuela con Iñaki”, dijo Rita en su descargo. La alcaldesa burló a la prensa entrando a la ciudad de la Justicia por la puerta trasera. Un privilegio que le había negado el juez. También su camarada Camps se mofó de la Justicia. El ex Molt Honorable, que se acogió a su derecho a declarar por escrito, no estuvo localizable durante el fin de semana que el juez Castro pasó en Valencia. ¿Dónde se escondió Camps? Él dice que estuvo en su casa. “Me faltó salir a la calle con un megáfono”, dijo Camps en plan chulesco a Info Libre. Se nota que al ex no le gusta declarar sin conocer los argumentos de sus socios de correrías. Él sabrá por qué. Lo cierto es que no merecemos los valencianos una plaga bíblica como la que nos ha caído.

            ¿De verdad queda alguien que aún no sepa lo que nos ha pasado? 

URBANO GARCIA

FOTO: EFE

No hay comentarios:

Publicar un comentario