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viernes, 1 de noviembre de 2013

SIN ROMPER


Cabanyal: Passar sense trencar, así se tituló una jornada sobre la rehabilitación del barrio del Cabanyal-Canyamelar organizada por la Universitat Politècnica de València y la Fundación EQUO, entre otros. El debate giró en torno a un proyecto de los arquitectos e ingeniero Anna María Bordás y Miguel Peiró que plantean una rehabilitación del barrio sin necesidad de arrasar una parte de él ni romper su preciada trama urbana, un valor a preservar. Las cosas se pueden hacer de otra manera. Se pueden hacer respetando a las personas y cuidando del patrimonio. Además, la crisis del ladrillo dificulta la aplicación de proyectos especulativos. Pero Rita, erre que erre, sigue con su plan de romper un barrio que merece ser tratado como si fuera un centro histórico. La alcaldesa debería romper menos y oír más a la sociedad civil valenciana.

SOCIEDAD CIVIL
            Claro que Rita no es la única que hace oídos sordos a esa sociedad organizada. El PP se ha instalado en una especie de absolutismo sin ilustrar que confunde reparto de prebendas con razones convincentes. Su hegemonía sólo se basa en tener el poder, para así repartir más entre los lobbys (lobbies) de su cuerda. Lo malo de esa forma de hegemonía es cuando no hay nada que repartir. Entonces ocurre como le pasó a Fabra, Alberto, que muchos de sus supuestos amigos le dejan compuesto y sin novia. Ocurrió hace unos días. Fabra quería reunirse con esa parte de la sociedad civil que le rinde pleitesía. Presidencia de la Generalitat montó un costoso ágape en el edificio Veles i Vents con el sector del empresariado que está sumamente agradecido al PP por haber repartido el pastel en tiempos de bonanza. Ahora vienen mal dadas, pero algunos, los más listos de la pandilla, saben que no hay mal que cien años dure y piensan que siempre es conveniente estar a buenas con el poder. Así podrán ponerse los primeros cuando vuelvan las vacas gordas y con ellas otro reparto. Eso es previsión y no invertir en preferentes. Lo reseñable del caso fue la ausencia de muchas organizaciones empresariales que no parecen dispuestas a seguir bailando el agua a un poder que ni es poder ni pinta nada.   

DESINFORMACIÓN
            ¿Cuál es la causa del descrédito del gobierno valenciano? ¿Por qué el President y los Consellers son tan mal valorados por la ciudadanía? ¿Por qué el PP pierde apoyos en todas las encuestas? Posiblemente no haya una única respuesta. Una percepción bastante generalizada es que el PP nos ha llevado a la ruina actual y es incapaz de sacarnos de ella. Claro que el PP confía su futuro en que una sociedad desinformada es una sociedad manipulada. Tal vez por eso, el actual Consell apuesta por mantener a la sociedad valenciana bajo el umbral de la desinformación.
            El lunes 21 empezó en la Audiencia el juicio sobre la legalidad del ERE que afecta a más de mil trabajadores de RTVV. En los años de gobierno “pepero” la plantilla de la radio televisión autonómica pasó de 700 a 1700 trabajadores, al tiempo que su audiencia caía en picado. Un balance insoportable para cualquier empresa y un buen motivo para la reflexión. Sin embargo, el Consell optó por seguir engordando su principal instrumento de propaganda. La crisis le ha servido de excusa para ceder esa bicoca pública al negocio privado y de paso hacer limpieza étnica, quiero decir ideológica. Y en ello está, si la justicia no lo impide.
            Tener buena información no es un lujo, es una necesidad de toda sociedad democrática. A la valenciana le cuesta un ojo de la cara mantener unos medios de titularidad pública. Posiblemente necesiten redimensionarse para adaptarse a los nuevos tiempos. Pero el PP pretende venderlos a precio de saldo después de haberlos convertido en su oficina de colocación y, lo que es peor, haber hecho de ellos una gran fábrica de manipulaciones y mentiras.   
    
URBANO GARCIA
urbanogarciaperez@gmail.com

FOTO: El PAÍS 

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