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miércoles, 26 de marzo de 2014

DRONES

Tal vez no vuelen demasiado alto, pero sí lo suficiente como para que se pueda obtener desde ellos una perspectiva de entomólogo. Ya se sabe que vistos desde suficiente altura, los seres humanos somos, por el tamaño, insignificantes insectos colonizando el planeta. Los drones nacieron como artilugios bélicos, aunque no hay que olvidar los antecedentes del aeromodelismo como punto de partida. Claro que como ocurre con muchos avances técnicos de la humanidad, la guerra suele acelerar las inversiones necesarias para hacerlos posibles. Con algunos progresos ocurre lo que dice La Verbena de la Paloma, “las ciencias adelantan que es una barbaridad”, y en ello estamos. Mientras los drones eran utilizados como eficaces armas de destrucción selectiva, la legislación para su uso civil estaba paralizada. Y así seguimos. El dueño de la Dipu, digo de Alfonso Rus, frenó en seco su intención de introducir drones para mejorar la vigilancia de los campos de cultivo. Argumentó la inexistencia de normativa. No le falta razón. Pero lo que debería hacer Rus es azuzar a su partido que también gobierna en Españaaaaa!, para que solucione lo antes posible ese vacío legal. Siempre que lo haga con transparencia y consenso, apunto yo. Aspectos estos no siempre atendidos por Mariano y sus mariachis. Pero Rus no descarta el uso de drones en corridas de toros y otros festejos. Aunque algunos falleros no han podido utilizarlos para enseñar desde otro punto de vista sus calles iluminadas y sus monumentos.
            La inacción pública no suele paralizar los avances, cuando detrás de ellos hay un buen nicho de negocio. Si ocurre eso, como así parece, no faltarán “emprendedores” dispuestos a arriesgar sin riesgo, a ofrecer sus servicios –privados, eso sí- a la administración pública para que ésta privatice servicios nasciturus. Un tema que complace en exceso al PP. Es lo que hizo con las resonancias magnéticas. Antes de que la sanidad pública las incorporase a su catálogo de servicios, el Consell de Zaplana ya se las había ofrecido a la iniciativa privada para que hiciera su agosto. Había que hacer una gran inversión sin garantías de rentabilidad, argumentó el entonces Molt Honorable para justificar la cesión. Con esas palabras, el de Benidorm parecía velar por el interés público. Nada más erróneo. Así fue cómo se castró la modernización de los servicios radiológicos propios y se externalizó la explotación de las nuevas tecnologías de exploración clínica. La historia es bien conocida, a ese vivero de “emprendedores” se apuntaron algunos altos cargos del PP que apostaron sin arriesgar, sabiendo que tenían asegurada por convenio la clientela y, lo más importante, la continúa y permanente entrada de ingresos procedentes de las arcas públicas. Ahora, con la perspectiva que da el tiempo, sabemos que nada de lo que nos vendieron fue cierto. La privatización de la sanidad no es más barata para el contribuyente. Más bien al contrario. Los valencianos, junto con los madrileños, somos los que más pagamos por los servicios sanitarios. Nuestro modelo –el que aplicó el PP de aquí y el de la capital-, es parte de nuestra ruina. En Madrid, los tribunales han paralizado la cesión de hospitales públicos a la gestión privada. Aquí el modelo Alzira sigue siendo el preferido por el Consell. Algo parecido pasa en la educación. La consellera Catalá quiere agilizar los trámites para que los centros concertados gocen de las mismas ventajas que los públicos, permitiendo incluso la cesión de suelo público para la construcción de centros de gestión privada. Parece que el PP tiene prisa en dejar todo atado y bien atado. Pero volvamos a los drones.

ESPÍRITU SANTO
            ¿Qué hace un político del PP cuando está amortizado? Pues se va volando al Senado o al Parlamento Europeo. Parece que Rita sopesa esta segunda posibilidad como salida airosa tras cuatro lustros al frente del Consistorio. Y es que el caso Noos le produce juanetes. La Gürtel, varices. Y Compromís, migrañas. Su amigo Margallo le hará un hueco, si al final él no acompaña a Cañete a Bruselas. Todo controlado. Es lo que tiene la designación digital, sin sorpresas. El rojo Rita ondearía en lo alto del Reichstag comunitario. Y desde allí, ¿cómo nos ven? Seguramente con preocupación. No es para menos. Los próximos meses serán de intensa actividad judicial. Por el banquillo pasarán ilustres ex gerifaltes del PP. Todos ellos implicados en turbios asuntos relacionados con corrupciones varias. No hay semana sin escándalo. Lo del medio kilo, limpio de polvo y paja, que se agenció Pedro García volando sobre el Papa, merece un capítulo en los Soprano. El ex director de RTVV comparte papel en el reparto con Juan Cotino, perejil en todas las salsas. ¡Como no!, esa costosa mochila nos tocará pagarla a todos los contribuyentes. No era un dron, ¡era el espíritu santo! 

URBANO GARCIA


FOTO: Peter Mathew

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