Los
países, como las personas, están llenos de cicatrices. Unas más, otras menos,
todas son dolorosas. Viendo la sucesión de mapas en los que se ha ido
configurando Europa durante el pasado siglo, uno se percata de lo herido que
sigue estando este apéndice del vasto continente euroasiático. A la mínima,
vuelve a sangrar la herida mal cicatrizada. Ayer fue Yugoeslavia, hoy es
Ucrania. ¿Por dónde sangrará mañana? La geopolítica dibuja extrañas líneas que
luego la realidad social rediseña. Una corrección que no siempre se hace de
forma pacífica. Ese fue uno de los motivos por los que se creó la Unión
Europea, para intentar que el diálogo fuera el único método de resolución de
los conflictos. Para que la cooperación borrara fronteras. Pero, visto lo
visto, no hay duda de que aún queda un largo trecho por recorrer.
La historia de los países también es
como esas muñecas rusas, unas dentro de otras, las matrioskas. Capas que se superponen como si fueran las de una
cebolla. Si buscamos en los estratos de Ucrania encontramos las raíces de lo
que fue la Rusia zarista. También nos encontramos con los tártaros ocupando ese
territorio. No todos los movimientos internos de población del periodo
soviético se debieron a la represión estalinista, algunas de esas corrientes
migratorias respondían a la búsqueda de mejores condiciones de vida. La URSS no
tenía fronteras internas, tampoco las tiene la Unión Europea. Sin embargo, allí
y aquí el encaje territorial sigue siendo una asignatura pendiente.
SUÁREZ
Los países son sus gentes y sus
circunstancias. Suárez, con sus luces y sus sombras, apostó aquí por un diseño
autonómico con algunos rasgos de originalidad, pero también buscando ciertos
beneficios electorales y pactando con el pasado. Fue una solución transitoria
que dejaba la puerta entreabierta a una posterior evolución federal. Pero
algunos se empeñan en fosilizar aquel momento histórico de hace cuatro décadas.
Hoy las circunstancias han cambiado. Ni el estado español es el mismo ni la
Unión Europea. Que las personas se acoplen a la horma no siempre da buenos
resultados. Lo lógico es hacer lo contrario: el molde debe adaptarse a las
personas y no al revés. En todo caso, el debate está servido. Un libro
colectivo El federalismo plurinacional. ¿Fin
de viaje para el Estado autonómico?, da buena cuenta de este tránsito y
plantea el agotamiento de un modelo incapaz de resolver los problemas actuales.
Suárez no dejó legado autobiográfico.
Él será lo que los demás quieran que sea. El resto está en las hemerotecas. Tal
vez, uno de sus mejores retratos sea el que le hizo Javier Cercas en Anatomía de un instante, de lectura
imprescindible para entender un personaje complejo, en unas circunstancias
complejas. En su muerte, anunciada preventivamente tras 11 años de irse
apagando por el Alzheimer, gozó del beneficio de la glosa absoluta. Tirios y
troyanos se pusieron de acuerdo en glorificarle, mientras las voces disidentes eran
silenciadas. Su capacidad de consenso no estaba reñida con las múltiples capas
que como estratos formaban su coraza. Dentro del ingeniero centrista que fue,
había un Ministro Secretario General del Movimiento, más al interior un
Gobernador Civil siempre atento a las circunstancias. También había otro Suárez
Director General de RTVE capaz de poner en marcha Crónicas de un pueblo, un proyecto de Carrero Blanco, y la primera
descentralización de TVE. Adentrándonos más, encontramos a un joven falangista
abulense…
DIGNOS
INDIGNADOS
El óbito de Suárez coincidió con la
llegada a Madrid de la Marcha por la Dignidad. Una espectacular demostración de
la indignación que sacude el país. Ni el acoso policial ni la desinformación de
algunos medios ni la criminalización preventiva de la protesta por parte de
algunos dirigentes del PP lograron silenciar la pacífica y digna crítica de los
indignados. Los brutales incidentes posteriores, protagonizados por una
minoría, han servido de excusa a la autoridad in-competente para volcar sobre
los organizadores de las marchas pacíficas toda la responsabilidad por lo
sucedido. La Delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, lejos de asumir
responsabilidades, ha anunciado la apertura de un expediente sancionador a la
plataforma que organizó la digna y pacífica marcha. Nada de investigar a los
verdaderos culpables de los incidentes, nada de pedir explicaciones por una
actuación policial claramente mejorable. ¿A quién podía beneficiar convertir la
plaza de Colón de Madrid en una plaza Maidán ucraniana? Algunos dirigentes del
PP parecen más interesados en meter miedo a la población que en conocer la
verdad. Habría que ver sus matrioskas.
URBANO
GARCIA
FOTO:Nižnij Novgorod
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