Eso debió pensar Rajoy
cuando llegó a sus oídos que los monumentos falleros de este año –el 25 de mayo
son las elecciones europeas- iban a tener como motivo más repetido la subida
del IVA a la fiesta. Así que ordenó al cancerbero de la hucha, digo a Montoro,
que soltara lastre, que con lo que arrastra el PP ya tiene suficiente como para
irse a pique. Así que el guardián de las alforjas se puso manos a la obra y
bajó del 21 al 10% el gravamen sobre las efímeras arquitecturas. El gremio
respiró más tranquilo, pero el mal ya está hecho, al menos para este año. Los
artistas apenas tiene tiempo para rehacer la faena. Así que en las próximas
Fallas, al menos en algunos monumentos, las críticas a las medidas fiscales están
garantizadas. Desconozco si San José ha intervenido.
SANTORAL
En versión oficial, la Virgen del Rocío y Santa
Teresa se han dado la mano para sacarnos del pozo. A esa pareja de mediadoras
atribuye el gobierno de Rajoy el descenso del paro que indica la última
encuesta de población activa. Con esos antecedentes, Alberto Fabra debería
ficharlas para resolver el misterio del topo infiltrado en las alacenas de
Presidencia. Aunque el sabueso que lo investiga es de cuidado, dicen los
cronistas. Algunos de ellos apuntan a “amigos” que ha dejado Blasco en las
entretelas de la Corte como los muñidores de topolandia,
Pero volvamos a la EPA de 2013. A pesar de sus
datos más bien discretos, Mariano y sus mariachis lanzaron las campanas al
vuelo. ¡Se acabó la miseria!, les hubiera gustado gritar. Pero no se
atrevieron. Se supone que por prudencia, o para no cabrear más al personal.
Algún economista les ha debido de decir que una cosa es la macro y otra la
economía doméstica. Que la primera puede ir muy bien, pero que eso no significa
que la segunda vaya igual. Y en esas estamos. Porque la estadística también
dice que se ha incrementado el número de hogares con todos sus componentes en
el paro, que se han destruido miles de puestos de trabajo estables y de
calidad, que los nuevos trabajos son temporales, en precario y mucho peor
pagados,… En resumen, que se sustituye empleo de calidad por contratos basura. Tal
vez, en eso consista el milagro del santoral tan bien representado en el
calendario festivo.
MOTÍN
Construir un santoral democrático no es tan fácil.
Tradiciones y fiestas juegan un papel importante. Pero su consolidación
necesita tiempo. Por desgracia, nuestros períodos democráticos más bien han
sido excepcionales. Hace unos días, en el barrio de Velluters, se volvió a
representar por quinto año consecutivo la que algunos historiadores califican
como la primera revuelta obrera de la ciudad. Los hechos ocurrieron el 21 de enero
de 1856. Los trabajadores de la hasta entonces floreciente industria de la seda
reclamaban mejoras salariales. El sector atravesaba una crisis causada por una
enfermedad del gusano –la pebrina-, y por la introducción del vapor en la
industria sedera, amenazando con reducir la mano de obra. Había motivos para la
protesta. La recreación festiva actual enlaza con la situación que ahora vivimos.
Que el recuerdo de aquellos hechos de hace más de siglo y medio se transforme en
fiesta popular no es sencillo. Tal vez nunca ocurra. Pero así, de forma casi
anecdótica, se va tejiendo ese entramado de tradiciones y festejos que tanto
contribuyen a cohesionar una sociedad.
Los motines también amenazan la pax mariana que Cospedal ha instalado en
el partido del gobierno. El furúnculo de VOX se agranda a costa del ala más
derechista del PP. No le iría mal al partido hegemónico de la derecha soltar ese
lastre para centrar su discurso, pero el miedo a perder más apoyos lo paraliza.
El caso es que el beaterio del PP anda revuelto. A unos les tienta la vox de la caverna, a otros retirarse a
cultivar caquis. Tiempos crepusculares para el PP. En Madrid, la marea blanca y
la justicia frenan la privatización de la sanidad. Habría que recordar que el
experimento empezó en tierras valencianas. El modelo Alzira es el espejo en el
que se mira el PP.
NOTA: Las ONGD
valencianas han puesto en marcha www.casoblasco.info, un portal para rehabilitar
la dignidad de la cooperación al desarrollo mancillada por el comportamiento
mafioso de los protagonistas del #CasoBlasco.
URBANO
GARCIA
Foto: EL PAÍS Mónica Torres
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