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miércoles, 15 de noviembre de 2017

EL TAPÓN

Antes de que terminara otra semana de pasión catalana, el Gobierno de Rajoy anunciaba los recursos de inconstitucionalidad contra las leyes autonómicas de pobreza energética y de función social de la vivienda. Ambas leyes tienen un mismo objetivo, poner al servicio de la población más castigada por la mal llamada crisis la limitada capacidad legislativa de la Generalitat Valenciana. Son las dos últimas propuestas boicoteadas por el Consejo de Ministros. El asunto no es baladí. Se trata de dos leyes justas, que velan por las personas con menos recursos. El obstruccionismo del ejecutivo de Rajoy deja bien claro cuáles son los verdaderos intereses que defiende. No hace falta ser el sabio Salomón para adivinarlo. El argumentario para obstaculizar las leyes valencianas más progresistas siempre se camufla bajo los mismos criterios supuestamente legalistas, “la atribución por parte de la Generalitat de funciones que no le corresponden”. ¡Mande! O sea que Rajoy reconoce que corresponde a su gobierno hacer algo para paliar los efectos de la pobreza energética y la exclusión del acceso a la vivienda. Por cierto, dos derechos constitucionales. Y entonces, ¿por qué no hace nada? Rajoy y su gobierno son como el perro del hortelano, ni hacen ni dejan hacer.
                  En una sociedad donde el poder es difuso, a veces es difícil saber quién es culpable del aumento de las desigualdades. Pero en ocasiones está claro. Es lo que ocurre con las dos leyes ahora recurridas ante el Tribunal Constitucional por el ejecutivo de Rajoy. Ambas leyes afectan a los más pobres, ambas minimizan los efectos de la desigualdad, ambas intentan remediar la exclusión social, ambas forman parte de las buenas prácticas políticas,… ¿Por qué alguien se opone a ellas?

OLIGOPOLIO
                  Carlos Moragues, representante de Rajoy en tierras valencianas, repite los argumentos del gobierno: “la ley autonómica contra la pobreza energética establece un procedimiento que contradice los plazos previstos en la normativa estatal para el corte del suministro”. ¿Contradice? Lo que hace la ley de la Generalitat es dar más garantías al consumidor. Ampliar los plazos para cortar el suministro. Proteger al ciudadano frente al poder omnímodo del oligopolio energético. ¿Y qué hace Rajoy? Pues dejar claro que quién manda en la política energética es él, y que él gobierna para los oligopolios y no para la ciudadanía, ni más ni menos. La ley valenciana también insta a las compañías comercializadoras, antes de proceder al corte del suministro energético a una vivienda, a comunicárselo a los servicios sociales del municipio correspondiente, y obliga al gobierno valenciano a garantizar los suministros básicos a las personas en riesgo de exclusión social. A pesar de eso, Moragues dice que en el gobierno “vamos a ser firmes en el cumplimiento de la ley porque es nuestra responsabilidad”. Cualquiera que lo oyera pensaría que habla el guerrero del antifaz.
                  Tanta crueldad con los que menos tienen choca con la generosidad con la que el gobierno de Rajoy trata a las grandes empresas energéticas. El caso del coste de Castor, plataforma situada entre Castellón y Tarragona, es el más sangrante. Su mantenimiento cuesta cada año 16 millones al erario público. Además, el Estado ha indemnizado por cese de actividad con 1350 millones de € a Escal UGS, la empresa dueña del proyecto de almacén submarino de gas. “Este dinero sería más útil si se empleara para impulsar la transición energética a un modelo menos contaminante, tan necesario en la lucha contra el cambio climático”, dijo el diputado de EQUO, López de Uralde.

LA TRAMA
                  No ha sido el de Castor el único bosque oculto tras el arbolado catalán. “La Gürtel es corrupción en estado puro”, dijo Manuel Marocho, inspector jefe de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF), ante la comisión del Congreso que investiga la trama mafiosa. El informe de la UDEF señala al PP como organización necesaria para la comisión del delito. Una parte del partido que dirige Rajoy estaba diseñado para delinquir. ¿Para qué está diseñado el resto?
                  A preguntas de Carolina Bescansa, Marocho fue confirmando uno por uno los nombres de los líderes del PP beneficiados por la caja B de su partido. Caja alimentada con los ingresos fraudulentos obtenidos por la trama en la que la Gürtel era la clave de bóveda. Aunque uno de los señalados era el propio Rajoy, las palabras de Marocho apenas han tenido eco en un ecosistema informativo okupado por la actualidad catalana. Y es que el refrán “no hay mal que por bien no venga” resuena con fuerza en todos los medios de comunicación. Su estruendo no deja oír el resto.
URBANO GARCIA

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