Es uno de los bienes más preciados. El natural y el
moldeado por nuestra presencia. Paisaje y paisanaje son inseparables. El hollado
por la tribu. El cultivado. El plantado y construido. Nuestra huella ecológica,
a veces respetuosa, muchas más depredadora.
La
Punta. Un espacio de fértil huerta entre la autovía de El Saler y ese
insaciable devorador de territorio que es el puerto de València. Sacrificada a
los dioses del desarrollismo, a una modernidad mal entendida, a un crecimiento
económico siempre insuficiente, siempre insatisfecho. Fértil huerta convertida en
ZAL, en depósito de contenedores. Descolorido cementerio de oxidados sarcófagos
metálicos. Hace ya un cuarto de siglo que a València le amputaron ese lóbulo pulmonar
en aras de un desarrollo no justificado. Lo peor siempre se lo llevan las
personas, las gentes que habitaban ese edén a las puertas de la urbe. Muchas
habían nacido allí. Allí crecieron, jugaron, vivieron sus primeros escarceos
amorosos,… Su casa y un poco de huerta era todo lo que tenían. Un día llegaron
las expropiaciones forzosas. Por interés general, les dijeron. Para no pagarles
su justiprecio. ¿Qué vale una vida?
Ayuntamiento
y Autoridad Portuaria atenazaron el futuro de ese trozo de huerta. Costó
sangre, sudor y lágrimas arrancar a aquellas gentes de sus propiedades. Nunca
se rindieron. Sentencias judiciales les dieron la razón cuando la razón había
sido arrasada. Lo que tardó siglos en ser moldeado, despareció en poco tiempo.
¿Cómo recuperar el paisaje devastado? En esas estamos.
BOSQUES
Una
ola de incendios ha asolado grandes extensiones boscosas de Portugal y Galicia.
Además de los pirómanos, el mantenimiento y conservación de los montes es una
de las primeras causas. También influye cómo se reforesta, y qué se hace con
los terrenos y las maderas quemadas. Terra Mítica se levantó sobre un monte
quemado, recalificado y tras declarar de utilidad pública el parque temático.
El cambio climático, según los expertos, tiene mucho que ver con la proliferación
y virulencia de los últimos incendios. La extrema sequía convierte los bosques
en teas. Pero algunos incendios comienzan en los despachos. Y es que hay políticas
que los favorecen.
A
veces el humo nubla la visión o los árboles impiden ver el bosque. El tema
catalán cubre todo con su espesa capa de ceniza. La dialéctica epistolar y autos
judiciales que parecen dictados por algún pirómano, avivan el fuego político,
copan las portadas y relegan temas importantes a un segundo plano. La floja
sentencia por el saqueo de la CAM contrasta con la mano dura con la que se
castiga a iaioflautas y activistas
cívicos por sus ideas. La prisión preventiva de los Jordis (Cuixart y Sánchez),
secretarios de Omnium y ANC, ordenada por una jueza laureada por el PP y a
petición de la Fiscalía es un palo más en la rueda del diálogo y alimenta el
relato épico del soberanismo catalán.
FRAUDES
La
corrupción casi ha desaparecido de las agendas mediáticas, aunque los procesos siguen.
Es lo que pasa con la llamada operación Taula. El juez Gómez Saval continua instruyendo
la causa. Algunas de las empresas contratadas por el equipo municipal que
dirigía Rita Barberá testificarán en un caso que va más allá de los dos
billetes de 500 € que supuestamente blanqueaban concejales y asesores. La
investigación apunta a que esas empresas contribuyeron con varios millones de €
a la “caja B” del grupo municipal del PP. Una especie de fondo de reptiles que sirvió,
entre otras cosas, para que el PP gastara en sus campañas electorales mucho más
de lo que declaraba. Así de dopado acudió el PP de Rita a los comicios de 2007.
El mismo juez instructor pide a Alfonso Grau, vicealcalde, mano derecha y
hombre de paja de la ex alcaldesa, una fianza de 1 millón de € como presunto
autor de un delito de malversación de caudales públicos. ¿Cómo recuperar lo
robado?
El
sistémico saqueo de las arcas no es el único factor que nos ha llevado a la
actual pauperización. La desigualdad ha crecido con la crisis. Hoy somos más
pobres que ayer y todo apunta a que las cifras van en aumento. Un tercio de la
población valenciana ya se asoma a la exclusión social. El merecido premio 9 d’Octubre de la Generalitat a la
plataforma cívica Pobresa Zero es el
reconocimiento de una impotencia, la de frenar el incremento de personas
pobres.
Es
la crónica de un paisaje social devastado por incendios cuya causa hay que
buscarla en la mala política. Esa que más que resolver problemas tiende a
incrementarlos.
URBANO GARCIA
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