¿Por qué el PSOE dio un cheque en blanco al PP para
ocupar las instituciones catalanas? ¿Renuncia el PSOE a formar parte de la alternativa
al PP? ¿Quién impide la adaptación del Régimen del 78 a las exigencias democráticas
del siglo XXI? ¿El artículo 155 en su máxima expresión soluciona algo? ¿Es que
la actual TVE dirigida por el PP es modelo de imparcialidad? ¿Es más “veraz,
objetiva y plural” que TV3?... Son algunas de las muchas preguntas que plantea
la manu militari aplicada a intentar resolver
el tema catalán. Rajoy ha hecho de nuevo una de las suyas, dejar en manos de
otros –los jueces y ahora el Senado- deshacer la madeja catalana liada en parte
por él con la valiosa ayuda del bloque soberanista. Algunos politólogos opinan que
la espiral de tensión que vivimos se alimenta de dos electorados que actúan
como conjuntos disjuntos. El PP renuncia a sus electores en Catalunya a favor
de C’s. Los soberanistas no tienen votantes en el resto del Estado y no les
importa perderlos. Eso explicaría en parte el desgarro del histórico PSC/PSOE, necesitado
de votos dentro y fuera de Catalunya. Por cierto, ¿qué hará el electorado del
PSC?
VERTIGEN
À bout de soufflé. Da vértigo pensar en los escenarios imaginados ante los
abismos de tanta pasión. Más cuando en la lista de 27 nominados para estudiar
cómo se aplicará el artículo 155 figuran destacados senadores del PP como Alberto
Fabra o García Albiol. El historial del último está lleno de exabruptos y
coqueteos con la derecha más extrema. Entre los méritos del ex President del Consell está haber cerrado
Canal 9, después de haberlo saqueado económica e informativamente durante dos
décadas por su partido. ¿Será ese el verdadero modelo que baraja el PP para los
medios de comunicación autonómicos? Si es así, fuimos pioneros. El PP
experimenta en el País Valenciano lo que luego pretende aplicar al resto del
Estado. Lo hizo con el modelo sanitario. El de la Ribera en Alzira fue el
primer hospital público de gestión privada. Ahora está en fase de volver a ser
100% público, tras demostrar que su rendimiento privatizado no es mayor. Hace
unos días, el ex Conseller Manuel Llombart,
en el púlpito de la FAES y de la mano de Aznar, no tuvo reparo en atacar la
sanidad pública universal y defender el negocio a costa de la salud. Ese es el
programa del PP.
Durante
mucho tiempo, el PP valenciano gozó de bula para hacer y deshacer a su antojo.
En 2005, González Pons, entonces Conseller
de Comunicación, propuso que los informativos territoriales de TVE se hicieran
en Presidència de la Generalitat. ¿Esa es la objetividad
del PP? Ahora, con el 155, Rajoy quiere que los informativos de TV3 se hagan desde
la Moncloa. El Consejo de Informativos de TVE ha pedido que se aplique el 155 a
RTVE, a ver si así es plural y objetiva.
PUTREFACCIÓN
Está
acreditado, el PP financió ilegalmente algunas de sus campañas electorales
gracias a su caja B que recibía ingresos de la trama Gürtel. Lo ha dicho la
fiscal anticorrupción, Concepción Sabadell. Los papeles de Bárcenas dejan al
descubierto cómo el PP acudió dopado a la cita con las urnas. ¿Cómo revertir
unos resultados electorales obtenidos con métodos nada democráticos? ¿Quién
pagará el estropicio causado? Mientras en la Audiencia Nacional la cúpula de la
red mafiosa y numerosos ex altos cargos del PP escuchaban atentos el informe de
la fiscalía, en los juzgados de València declaraba como imputada/investigada
Carmen Navarro, la actual tesorera gerente del PP. “Económicamente hablando, el
PP es un partido en cascada”, dijo la tesorera descargando toda la
responsabilidad de las cuentas electorales del PP valenciano en los gerentes
provinciales.
Por
el juicio del caso Taula ya han pasado, además de los ex tesoreros, numerosos
cargos del PP y algunos empresarios. De estos, ocho han reconocido que dieron
al PP más de un millón de € para financiar campañas electorales a cambio de
concesiones públicas. Las vistas continúan. Ante la Audiencia Nacional, dado su
aforamiento, tiene que declarar parte de la cúpula del PP valenciano en la época
que se investiga (2005-2015). Queda mucha mierda por aflorar tras el telón
catalán.
El
23 de octubre de 1977, un año antes de la Constitución, Josep Tarradellas, president de la Generalitat en el
exilio, volvía a Barcelona. Adolfo Suárez necesitaba garantizarse una cierta
paz territorial para su proyecto de transición. Luego llegó “el café para
todos” y un inexplorado Estado Autonómico. Cuatro décadas después, aquel modelo
y aquella Constitución dan señales de agotamiento. Y de nuevo nos asomamos al
abismo con el vértigo del desacuerdo.
URBANO GARCIA
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