Hace unos días se cerró el plazo para la presentación de las candidaturas para las próximas Elecciones Generales. No sé si Pedro Sánchez consiguió con el adelanto electoral el resultado que buscaba, pillar al resto de partidos con el píe cambiado. Los nervios de última hora para completar las listas, parece que le dan la razón. Y eso que todo apuntaba a que los Presupuestos Generales de 2019 no saldrían adelante en medio del juicio al Procés. Un proceso que como el de Kafka parece destinado a perdurar en la memoria. “Sin Presupuestos, la legislatura está agotada”, había dicho por activa y por pasiva el presidente del gobierno y autor de Manual de resistencia. El adelanto no pilló por sorpresa a los soberanistas catalanes. Lo desencadenaron y aún se vanaglorian de ello. Aunque dicen malas lenguas que el rumbo ya estaba trazado. Pasara lo que pasara con unos Presupuestos que el PSOE no veía como totalmente suyos, la feria electoral ya estaba en marcha.
LISTAS Y LISTOS
¿Y las candidaturas? Parece que al PSOE le sobran nombres para llenar las listas. Y más después de los giros y sorpresas que ha dado la grey socialista en los últimos meses. Podemos, en previsión de que no terminara la legislatura, adelantó sus primarias. Y Compromís cubrió el expediente de las Generales como pudo, con el proceso de las primarias autonómicas ya en marcha.
Más complicado lo ha tenido la derecha tricéfala, necesitada de marcar la diferencia sin cortar ninguna de sus cabezas. Hasta en eso han competido, a ver quién llevaba en sus listas más toreros o más generales (retirados, claro). Los cazadores son la agitprop. La pasión cinegética no cotiza tanto en las urnas ni da tanto lustre como un milítico o un traje de luces. Es curioso que Suárez, en 1977, se negara a pactar con Fraga y Blas Piñar para hacer un frente de derechas, y ahora su hijo vaya en las listas del PP, en un frente similar al que su padre rechazó. ¿Dónde está el centro?
Las prisas no son buenas. A los neofranquistas les han fallado los controles. Eso explica que se les haya colado algún ultra facha con antecedentes penales. Al neonazi Vega Peinado llegaron a tiempo para retirarlo. El periodista Antonio Maestre lo denunció en La Marea. Eso es lo que hay hacer con el neofranquismo, desenmascararlo en vez de darle cancha en las TV. En octubre de 1994, Vega Peinado golpeó a un profesor de la Universitat de València provocándole una discapacidad parcial. Un broncas violento de los muchos que cultivó la derecha valenciana en la Transición. Acunado por José Luis Roberto, España 2000, y por Sentandreu, GAV, en esa camada negra tan próxima al partido neofranquista. Todos los 9 d’Octubre, hacen méritos con sus violencias -no sólo verbales- en la Processó Cívica de la mañana y en la manifestación valencianista de la tarde.
EL PROGRAMA
Todo el mundo es consciente de lo ideologizadas que serán estas elecciones generales. Apenas se habla de programas. Unos hacen del Proyecto de Presupuestos Generales su carta de presentación. Otros andan a rebufo de la agenda que les marca el neofranquismo. Ahora toca hablar de las armas, ahora de feminazis, hoy del aborto y mañana de que se rompe España. El proceso al Procés alimenta un nacionalismo españolista reactivo que seguramente se reflejará en las urnas.
Y en eso salió Moctezuma. El dios de la lluvia sigue llorando sobre México. Hasta el Papa Paco ha pedido perdón por los crímenes hechos en nombre de la Iglesia Católica Apostólica y Romana. Se nota que ha leído a Eduardo Galeano. Los patrioteros nostálgicos de viejas glorias imperiales volvieron a subirse a la grupa de la demagogia luciendo sus oxidados argumentos.
La derecha tricéfala anda a codazos a ver quién se sitúa a la vera de Aznar, asesor áulico del trifachito. Abascal, criado en los chiringuitos de Esperanza Aguirre, hace valer su complicidad con Steve Bannon, ex asesor de Trump e instigador de la extrema derecha europea, para ganar puntos. C’s sigue perdido en su laberinto de ambigüedades, pone un cordón sanitario al PSOE y tiende la otra mano a un acuerdo a la andaluza, con el neofranquismo debajo de la alfombra.
Pablo Iglesias regresó a la escena pública dando un toque de atención a los medios de comunicación en las campañas electorales. Las TV privadas van a la suya, haciendo caja aunque sea dando pábulo a fakes y paparruchas. Faltan organismos de control que vigilen la veracidad de lo que dicen. La democracia está en juego. De las autonómicas valencianas, la próxima semana.
URBANO GARCIA
Imágenes:
1. Limpiando el hemiciclo del Congreso. CHEMA MOYA/ EFE
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