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viernes, 5 de abril de 2019

ERIAL

Hay que reconocer ingenio y gracia a jueces y policía judicial poniendo nombre a los casos que investigan. No es fácil bautizar tanto asunto relacionado con la corrupción. En la última legislatura del PP (2011-2015) los expedientes se acumularon en los Juzgados a velocidad de vértigo. Ahora, con espoleta retardada, llegan a los tribunales. Muchas de las tramas pasaron o tuvieron su epicentro en tierras valencianas. Ha sido tal la abundancia que hasta hemos exportado. Taula, Grügal, Gurtel, Púnica,… la lista es infinita. Todo nombre tiene su lógica. También Erial. Me gusta imaginarme que tras años de vino y rosas, de enriquecimientos sin mesura, cuando cayó tan lustroso trampantojo vimos que tan solo había un paisaje arrasado, un páramo, un erial. 
                  Hace unos días, la jueza que instruye el caso Erial en el que está implicado el ex Ministro y ex Molt Honorable, Eduardo Zaplana, dio orden para que éste pudiera abandonar la prisión preventiva en la que estaba desde su detención. El argumento de la jueza para tomar esta medida no es otro que haber localizado gran parte del dinero supuestamente sisado por EZ. El último hallazgo, en un banco suizo, es de casi siete millones de €. El total bloqueado por la Justicia a Zaplana asciende a casi 13 millones de €. Una minucia comparado con los casi 90 de beneficio obtenidos por el clan de los Cotino, gracias a los “favores” de EZ. ¡Para hacerles un monumento!  
                  El capital amasado por Zaplana procede de mordidas por concesiones amañadas siendo Molt Honorable. Supuestamente, claro. Los centros de inspección de vehículos (ITV) y el plan eólico eran los negocios cuya concesión a los Cotino sirvió para que Zaplana llenara su hucha. Papel destacado en la trama tiene Juan, ex Jefe Superior de Policía, ex Conseller,ex President de les Corts, supernumerario de la Obra y condimento en todos los guisos valencianos de la corrupción. La estela de los Cotino –tío y sobrinos- se pierde entre mochilas, urinarios y pantallas de plasma. 

LO NOSTRE
                  Malversación, tráfico de influencias, cohecho, prevaricación, blanqueo de capitales y hasta pertenecer a banda criminal, son algunos de los 10 delitos que se imputan a Zaplana. Poca broma, aunque EZ siga siendo inocente hasta que no se demuestre lo contrario. 
                  Ahora que está tan de moda envolverse en la bandera y proclamarse patriota, deberíamos preguntarnos cuál es la verdadera patria de los sinvergüenzas que saquean lo que es de todos. Es cierto que son comportamientos individuales, pero también lo es que algunos actos son tolerados, consentidos o favorecidos por determinados sistemas de valores. 
                  Quien está en política para forrase, es lógico que haga lo que dice cuando esta en política. Es lo coherente. Si el modelo económico es privatizar lo público, vendérselo a amiguetes y asegurarse un buen retiro gracias a los favores hechos siendo cargo público, no hay duda de qué estamos hablando. Se trata de prevaricación, aunque se vista de seda. 
                  De los cuatro ex Presidents de la Generalitat del PP, tres están bajo sospecha. Las dos décadas de mayorías de la derecha -más “absolutistas” que absolutas-, dejaron un reguero de pestilencias que ahora se ventilan en sede judicial. Los herederos de ese pasado sin controles pretenden que olvidemos lo que hicieron sus antecesores. Pero es que su pasado aún hiede. El PP instauró la corrupción sistémica. ¿Quién nos asegura que no repetirán lo que ya hicieron?     
                  La múltiple convocatoria electoral que se desarrollará hasta mayo estará contaminada por el proceso al Procés. Será difícil aislarse del ruido mediático generado en el Tribunal Supremo. Es posible que los decibelios nos impidan oír otras propuestas. Tendremos que hacer un gran esfuerzo. 
                    
MATRACA
                  La derecha ha sacado estruendosas vuvucelas, banderas como pendones de conquista y rancios discursos cargados de odio. Su campaña, como estamos viendo, será contra Catalunya, contra el diálogo, contra la convivencia pacífica. A falta de propuestas válidas para resolver problemas complejos, lo único que ofrecen es aplicar un 155 sin fecha de caducidad. Poner un motor al odio para que no decaiga. Carles Mulet, senador de Compromís, repitió durante 1’ la palabra Catalunya, para mostrar lo cansino que es oír durante 4 años lo mismo al PP. Y es que el odio no forma parte de nuestras señas de identidad, que no nos vengan con matracas ni milongas.
URBANO GARCIA

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