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viernes, 5 de abril de 2019

HEZ

La “H” es sorda. No importa si está o no a efectos del lenguaje oral. Y de oralidad se trata. O de cante hondo. Con “H” que suena “J”. ¡Joder con el lenguaje! Sin entrar en consideraciones médicas, humanas o religiosas, el caso Erial o Eduardo Zaplana debería hacernos reflexionar sobre nuestra capacidad de discernimiento. Sobre lo engañosas que pueden llegar a ser nuestras percepciones. Sobre lo ciegos que podemos estar y lo vendidos que estamos ante los trampantojos mediáticos. “Sacadme el lado bueno, ¡eh!”, solía decir EZ a los periodistas antes de cualquiera de las muchas declaraciones que prodigaba siendo Molt Honorable. Hay que cuidar la imagen en una sociedad que se fía más de las apariencias que de la verdad que ocultan. Y EZ cuidaba y cuida mucho la suya. Siempre bronceado, como recién salido de una cabina de rayos UVA.
                  Zaplana llegó a Benidorm desde su Cartagena natal a finales de los 70. El 11 de agosto de 1992, en que las llamas llegaron a las puertas de la ciudad, ya era su alcalde. Hacía unos meses que ostentaba el bastón de mando. Lo arrebató, gracias a una tránsfuga –Maruja Sánchez- a Manuel Catalán (PSOE), ganador de las elecciones del 22 de mayo de 1991. Maruja demostró que en política también se puede tener un precio. Sobre todo cuando no hay vergüenza ni escrúpulos. Se juntaron ambición y ganas de comer. También la colaboración de la subdirectora de Las Provincias. En ella encontró Maruja escondite para su transfuguismo. Los astros favorecían al ambicioso joven de la peña El Picarol. La alcaldía de Benidorm fue su plataforma de lanzamiento. A los pocos meses se produjo el incendio de Serra Pelada. Un pinar protegido y dos millones de metros cuadrados de suelo no edificable a expensas de una decisión política. La oportunidad llegó a los tres años. Cuando EZ asaltó la Presidencia de la Generalitat gracias al “pacto del pollo” con la UV de González Lizondo.

PELOTAZOS
                  De tierra calcinada a Terra Mítica. La Generalitat se convirtió en promotora de aquel parque temático. Sería un nuevo Orlando. Fitur-1999 fue la lanzadera del nuevo experimento político-empresarial. Ensayo de lo que sería el núcleo duro de las políticas de EZ y del PP: eventos, privatizaciones, coyunda entre las políticas públicas y los negocios privados… ¡Vaya liberales! 
                  La investigación judicial del caso Erialsospecha que en los sobrecostes del Parque están los inicios de la fortuna que EZ acumuló durante años. Un capital que sigue oculto en numerosos paraísos fiscales. Los parques eólicos y los centros de ITV también alimentaron su corrupta hucha.                 
                   El pasado enero, el Supremo ratificaba la condena a 17 empresarios por el fraude de las facturas falsas de Terra Mítica. La corrupción actúa como una mancha de aceite. Las políticas del PP han sido una magnífica incubadora para este tipo de corruptelas. Terra Mítica abrió la veda. Luego llegaron la Gürtel, la Púnica, la visita del Papa, la Fórmula 1, Taula,… la corrupción se convirtió en la forma sistémica de financiación ilegal del PP. Dopado acudió el partido de Fraga, Aznar, Zaplana, Camps,… a las citas electorales. Y así fraguó sus mayorías absolutas tras las que ocultó el saqueo de las arcas públicas. Se repiten modus operandi y algunos personajes aparecen en todas las salsas.     

LA MULA
                  Juan Cotino es uno de los figurantes de tan selecto elenco. Ex Director General de la Policía, ex Conseller, ex President de les Corts,… y aún activo miembro del Opus Dei. Se le vio acarreando miles de mochilas amarillas cuando la visita del Papa, negociando silencios con las familias de las víctimas del accidente del metro, comprando las tierras más fértiles de las huertas de La Punta, él y algunos de sus familiares aparecen en los mayores escándalos de corrupción que han asolado nuestra reputación. Y ahora aparece en el caso Erial. El tema no es menor. Todo apunta a que Cotino actuó de “mula” llevando dinero de su amigo Zaplana de aquí para allá. Esas mismas fuentes señalan que Cotino aprovechó sus contactos policiales para eludir incómodos registros. El tema, si se confirma, es muy grave. Pone en cuestión el funcionamiento de nuestras instituciones. La opacidad con la que ha actuado el PP valenciano durante mucho tiempo. La falta de mecanismos de control. La nula transparencia con la que el PP gestionaba los asuntos públicos… En fin, demasiada hez ocultando con su pestilencia el aroma del azahar que ya perfuma la primavera.     
URBANO GARCIA
Imágenes:
  1. Eduardo Zaplana saliendo de declarar en el Juzgado. EFE

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